Las claves del
laberinto
Foto cedida por ESADE |
Siempre le recordaremos como uno de los autores
de La Buena Suerte, aquel libro donde descubrimos la lectura que sirve
para pensar a través de verdades universales. Pero Rovira no se detuvo
en este éxito y siguió mezclando su trabajo como profesor de economía en
ESADE, con conferencias, programas de radio y nuevos libros. Hoy nos
hace un regalo para guiarnos en el camino de la vida: El laberinto de la
felicidad.
Texto: Marta Iglesias
El nuevo libro de Álex Rovira nació
tras un flechazo intelectual con Francesc Miralles, autor de libros de
autoayuda. Ambos tenían los mismos gustos y una manera similar de ver el
mundo. Así que de ese encuentro nació la idea de escribir un libro
juntos, El laberinto de la felicidad (Aguilar). Sencillas claves para no
perderse en las encrucijadas de la vida, escritas de un modo tan
accesible que puede leerse como moderno cuento infantil o profunda
reflexión.
-¿Cómo distinguiremos que hemos entrado en ‘El laberinto de la
felicidad’, para buscar el sentido de nuestra vida?
-Normalmente tomamos conciencia de que estamos en él cuando sentimos
que hay una fuerza interior que nos impulsa a buscar una respuesta y a
transformarnos. La vida nos lleva a menudo al laberinto, pero a veces no
queremos darnos cuenta de que estamos en medio de él. Cuando abrimos los
ojos ya hemos dado el primer paso para poder salir del laberinto.
-Sin
saberlo, ¿todos caminamos en nuestro laberinto personal al centro de
nosotros mismos?
-Sí. Creo que desde la consciencia o desde la inconsciencia, todo
viaje en la vida es un viaje iniciático cuyo destino inevitable -y eso
lo veremos en la muerte-, somos nosotros mismos. Se lo explicaba a mi
hija mayor, cuando me preguntaba por qué elegí el laberinto para el
libro: ‘Si das una vuelta sobre tu propio eje, ¿qué ves? Un círculo
infinito inmenso. Y tú ¿donde estás? En el centro’. Pues la vida es eso,
siempre estás en el centro de tu propio laberinto.
- Pistas en el laberinto -
-¿Qué
importancia tiene el amor en nuestra vida?
-Toda. Ya lo decía Publio Virgilio: "El amor todo lo vence". Y es
verdad, pero no desde el sentimentalismo sino desde el amor como
voluntad de que el otro esté mejor, el amor como fuerza que nos impulsa
a intentar crear un universo más habitable. Si la vida tiene sentido de
ser vivida es por amor a las personas que nos rodean. Si seguimos
viviendo es porque tenemos alguien que nos espera o un proyecto
pendiente.
-A menudo
no valoramos lo que nos aporta lo que tenemos alrededor. ¿Es la herencia
de una sociedad capitalista, que siempre está persiguiendo lo que no
tiene?
-Sin duda. Se puede ser sumamente feliz careciendo de cosas
aparentemente lujosas. Para mí el lujo es lo esencial, tener tiempo con
la gente a la que quiero o realizar un paseo por la montaña. La
tecnología puede dar confort, me puede aportar una cierta vanidad, un
cierto estatus pero no tiene nada que ver con la felicidad. Hay que
diferenciar las experiencias intensas de las profundas. Un petardo es
intenso pero no es profundo.
"Sólo entregándonos al dolor podremos llegar a la gratitud.
Y desde ella transformarnos y volver a nacer" |
-"Lo que
crees es lo que creas", o "Creer es crear". ¿Si deseamos cambiar algo en
nuestra vida, debemos cambiar nuestros pensamientos?
-Absolutamente. Esa frase la repito continuamente. Nuestras
creencias son las que conforman nuestras realidades. Lo que crees sobre
ti, sobre los demás y sobre la vida, se acaba confirmando. Todo lo que
nos rodea no es más que la manifestación de un conjunto de procesos
conscientes e inconscientes, individuales y colectivos. Si tú no haces
un trabajo en tu conciencia es imposible que cambies. El cambio no viene
de fuera, y si viene así es inestable, como la gente a la que le toca la
lotería y lo pierde todo al cabo de muy poco tiempo. Pero si el cambio
parte del interior, éste se manifiesta necesariamente en los procesos de
relación y poquito a poquito la vida le va cambiando.
- El poder
de los sueños -
-En el
libro indicas que hay que seguir a la mariposa para salir del laberinto.
¿Son los sueños esa mariposa?
-Es una excelente lectura de la metáfora, que se puede interpretar
de diversas formas. De alguna manera la mariposa es el alma, pero
también es el deseo, es el anhelo, es el talento natural, aquello que
estamos llamados a poder llegar a ser, es la oportunidad que nos brinda
la vida para poder desarrollar todo nuestro potencial. Nacemos gusanos
pero podemos morir mariposas. ¿Qué le ocurre a un gusano de seda cuando
cortas el capullo en el momento en el que tiene que empujar para salir?
Si le facilitas la salida, el gusano convertido en mariposa no volará
nunca, se arrastrará por el suelo. Es una metáfora de lo que nos sucede
también en la vida. Nosotros sólo podremos volar si con nuestra propia
fuerza somos capaces de vencer la resistencia que nos imponen a veces
las dificultades de la vida.
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"Hay que hablar con nuestros miedos, mirarles a los ojos y
entonces se revelan como lo que realmente son: un deseo que
no nos estamos atreviendo a llevar a cabo" |
-¿Dónde y
por qué perdemos la capacidad de soñar que tenemos cuando somos niños?
-Porque la resignación es un suicidio fácil y cotidiano. Porque
estamos acompañados de demasiado cinismo. Porque es mucho más fácil
tomarse la pastilla o apretar el mando a distancia, que hacer un trabajo
sobre la propia conciencia. Porque es mucho más difícil cuestionarse a
uno mismo con coraje, con valentía, con honestidad y durante mucho
tiempo. Porque es mucho más difícil hacer uso de la palabra para
transformarse que no de la química. Porque el entorno a veces puede
resultar muy peligroso a quien, en un ejercicio de conciencia y de
voluntad, transforme su vida y demuestre que el cambio es posible. Por
mil motivos. En definitiva, por miedo.
-¿Cómo
distinguir entre un obstáculo ficticio que nos hemos creado y los que
trae la vida y son reales?
-Hablando contigo mismo, tomando distancia de ti mismo. Es la única
manera. Nadie te puede decir si aquel obstáculo es real o ficticio hasta
que tú lo veas, y muchas veces te darás cuenta de que ese obstáculo que
te parecía real, es totalmente ficticio. Mira, la característica común
de las personas que han superado un reto difícil es que cuando te hablan
de ese obstáculo que les parecía algo insalvable, evocan la experiencia
con tres sentimientos, que son: alegría, gratitud y humor. Ahí está todo
dicho.
-El miedo,
una puerta -
-Afirma que
el miedo es el medio de encontrar lo que uno necesita. Sin embargo ante
un temor, lo habitual es darse la vuelta. ¿Qué nos va a permitir
traspasar esta puerta?
-A mí me gusta decir que el miedo más que vencerlo hay que
transformarlo, porque vencerlo es negarlo y lo que niegas te acaba
sometiendo, en cambio lo que aceptas te acaba transformando. Hay que
hablar con nuestros miedos, mirarlos a los ojos y entonces se revelan
como lo que realmente son: un deseo que no nos estamos atreviendo a
llevar a cabo. Por tanto, se superan hablando con uno mismo. ¿Cuánto
tiempo dedicamos a cuestionarnos y a hablarnos a nosotros mismos?
Poquísimo, muy poco tiempo. ¿Cuánto tiempo dedicamos a pensar en las
cosas o en nuestro trabajo? Muchas horas. Tendríamos que hacer de
nuestra vida un objeto de pensamiento.
"Tenemos que andar con mucho respeto y mucha humildad por el
laberinto de la vida,
porque siempre hay cosas por aprender" |
-Tememos a
la muerte, los obstáculos, al propio miedo... Según el libro, los
conceptos menos atrayentes son las salidas. ¿Tenemos cambiada nuestra
interpretación de la vida?
-Creo que el principal problema que tenemos los humanos es que no
aceptamos la dualidad. Es decir, queremos las cosas buenas de la vida
sin asumir las consecuencias o las responsabilidades que implica
tenerlas. Queremos que haya vida y que no haya muerte, que sea verano
pero que no haya invierno. Es como pedirle al corazón que siempre esté
en sístole y nunca en diástole. Algo imposible. Además el gran consumo
trata de estimular continuamente esta estupidez, haciéndonos creer en un
placer continuo donde aparentemente no puede haber espacio para la
calma, para la tristeza. Precisamente abrazando a una persona que amas,
en la pérdida de un ser amado común, puedes experimentar una profunda
felicidad, dentro del dolor que no admite paliativos. Por lo tanto el
gran problema es que no admitimos la dualidad, y si no admites la
dualidad, no admites la realidad y no puedes vivir plenamente. En el
momento en el que integras conscientemente todo, que admites que en
cualquier instante te puedes morir, que no eres propietario de nada sino
depositario, entonces te entregas al río de la vida y fluyes.
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"Las personas que han superado un reto difícil evocan la
experiencia con tres sentimientos: alegría, gratitud y
humor" |
-¿Quién o
qué nos ha puesto el temor como centinela ante nuestras puertas de
salida?
-Pues muchas veces nosotros mismos sin saberlo, porque yo creo que
no hemos sido educados en una inteligencia de la felicidad. La felicidad
es una inteligencia, es un lenguaje, es volver a aprender, pero se tiene
que aprender en la práctica y por lo tanto si no se nos ha educado en
esa inteligencia de la felicidad, no podremos funcionar. Como no nos han
enseñado, tenemos que ser nosotros mismos los que lo construyamos. Ahí
hay un reto y una enorme dificultad que muy pocos están dispuestos a
asumir.
-"Para
nacer, primero hay que morir". ¿En qué circunstancias sentimos verdadera
necesidad de morir para volver a nacer?
-En toda circunstancia que implique un cambio, una renovación
radical. Continuamente estamos viviendo procesos de duelo que no
acabamos de integrar porque nos resulta demasiado terrible aceptar el
dolor y el sufrimiento. Pero sólo entregándonos a él podremos llegar a
la cima del proceso de duelo, que es la gratitud, y desde ella integrar
lo bueno que ya no está y entonces transformarnos y volver a nacer. §
Las seis dimensiones de la felicidad,
según Álex Rovira
"Para mí la felicidad
es una postura ante la vida, ante uno mismo y ante los demás.
Esta actitud tiene seis dimensiones en las que cabe
prácticamente todo. La primera, sin duda, es el amor. En ese
sentido la felicidad consiste en hacer felices a los demás, en
entregarse. Cuando tú amas y te sabes amado, ese proceso te
permite entrar en contacto con el otro, hacer que crezca y
nosotros crecer. La segunda dimensión es la conciencia: quien
conoce ama y quien ama es feliz. Yo te diría que es feliz el que
es consciente de lo que tiene y lo sabe valorar. La tercera,
clarísima, es la voluntad de sentido, que es esa actitud que nos
lleva a dar un significado positivo y constructivo a todo lo
vivido. Nace de una tremenda fuerza interior. Por ejemplo, si no
hubiera pasado tal enfermedad no hubiera aprendido tal cosa. La
cuatro es servir, ser útiles a los demás, poner la inteligencia
al servicio del amor, incluso aunque sea en el hecho de servir
para olvidarnos de nuestras propias miserias. Yo he vivido que
cuando te entregas a una causa difícil y cuando colaboras con
alguien que está sufriendo, entras en conexión con algo muy
profundo, algo que te trasciende. El quinto es el coraje: vivir
es un desafío. El coraje no lo entiendo como la ausencia de
miedo, sino como la consciencia de algo por lo cual merece la
pena arriesgarse. Por último tenemos la alegría. Sería la sexta
dimensión, porque la alegría es mucho más pura, simple y desnuda
que la felicidad. Es mucho más franca, directa. Pero hay muchas
personas que se pierden las pequeñas alegrías mientras están
buscando o persiguiendo la gran felicidad. Así que merece la
pena estar atentos a lo que la vida nos brinda en cada momento
para tener pellizcos de alegría." §
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Rovira en
profundidad...
-¿Quién es Álex Rovira?
-Te doy mi palabra de que no lo sé. Soy todos los personajes
de mi libro, aunque el otro día mi hijo me identificó con el
cazador de mariposas. ¿Por qué?, le pregunté. ‘Porque a ti te
gusta poner mariposas en el camino de las personas para que
ellos mismos encuentren el camino al centro del laberinto’. Y es
que a mí me encanta este trabajo. Creo mucho en la psicología,
creo mucho en la palabra como herramienta de transformación de
las personas y me encanta poder provocar la reflexión amable a
través de libros que sean breves pero que ayuden a las personas
a hacerse preguntas.
-¿Alguna vez te has adentrado en los
caminos confusos de ‘El laberinto de la felicidad’?
-Sí, y sigo en ello. Por convicción y por compulsión. Y a
veces casi extraviándome en ellos, como cuando nació mi hija
hace dos años, que casi la perdemos. Yo continuamente hago el
ejercicio de cuestionarme a través de hacer la terapia
psicológica, de la meditación, del trabajo. Creo que tenemos que
andar con mucho respeto y con mucha humildad por el laberinto de
la vida, porque siempre hay cosas por aprender.
-¿Qué ingresas cada día en el Banco del
Amor?
-Intento ser amable, cuya etimología es ‘ser susceptible de
ser amado’. Si además haces algo que pueda ser útil, perfecto.
¿Y cómo se hace eso? De muchas maneras. En el día a día en el
trato con las personas que tienes cerca, colaborando con causas
sociales a las que les faltan recursos. Intentando escribir
sobre cuestiones que creas que pueden ser útiles, ayudando a las
personas que intentan hacer su trabajo muy bien. Se trata de
estar disponible.
-¿Con qué sueñas?
-Pues con un mundo más habitable, en el que nuestros hijos
tengan posibilidades. Nos queda mucho trabajo por hacer para que
la utopía se encarne, porque hay mucha injusticia social, mucho
desequilibrio, mucha falta de solidaridad... |
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