-Tuve ocasión de entrevistarle hace once años. En aquel momento formaba parte de un grupo de "atrevidos" que luchaba dentro de la izquierda por una necesaria transformación ¿Consiguió su cometido?
-Absolutamente. Ese grupo que se llamaba Nueva Izquierda y que estaba formado por unas tres mil personas, acabó integrándose en el Partido Socialista cuando Zapatero fue elegido Secretario General. Nosotros entendimos inmediatamente que aquello era la renovación y que por tanto no tenía ningún sentido ir por separado. Así que nos integramos y además fortalecimos ese nuevo proyecto de renovación de la izquierda que inició Zapatero.

-¿Qué balance hace de estos casi cuatro años de legislatura?
-Ha sido una legislatura que mantiene muy alto el listón que ha ido ganando la democracia en nuestro país. Date cuenta de que España en el siglo XX aún era considerada como un país atrasado, mortificado por la guerra civil y la dictadura. Sin embargo la democracia ha tenido la fuerza suficiente para levantar el vuelo y, en esta legislatura, dar un salto cualitativo muy importante en el terreno económico y social. España en la etapa de González entra en Europa y empieza un diálogo con los países más desarrollados. Pero ahora somos líderes. En el programa electoral decíamos que España no sólo tenía que estar en Europa, sino liderarla. Y esto ya es un hecho. Somos el país de la UE que más crece y más empleo genera.

-Del programa electoral que presentaron en su día, dígame qué se ha cumplido y qué queda aún pendiente.
-Prácticamente se ha cumplido todo el programa electoral. Considero que es el mejor programa que ha elaborado nunca el PSOE. Estaban las ideas claras. España tenía que ser líder, debía dar un salto de crecimiento económico, debía convertirse en la España de los ciudadanos que aprovecha el crecimiento y la prosperidad y reinvierte todo ello de nuevo en los ciudadanos. Ha sido la legislatura de los derechos civiles y sociales. De la igualdad entre hombre y mujer. De la especial atención a los mayores con la aprobación de la Ley de Dependencia. En la próxima legislatura -espero que estemos ahí-, vamos a centrarnos en la franja de cero a tres años que es esencial en el futuro educativo del país. Ha sido muy importante también la incorporación de la mujer en los puestos representativos en la política -listas electorales paritarias-. Por otro lado, acabamos de asistir a una legislatura ejemplar, donde el presidente se ha sometido al control del Parlamento más que ningún presidente en toda la historia de la democracia. Ha ido al Senado a contestar preguntas cuando nadie lo había hecho antes. Y aquellas otras cosas que no se han conseguido en el desarrollo democrático es porque el PP las ha bloqueado. En esta legislatura el país ha experimentado una importante transformación y creo que la próxima tiene que ser la definitiva modernización política, social y económica.

-Si como me comenta, prácticamente se ha cumplido el programa electoral, ¿qué hay en el horizonte de aquí a las elecciones?
-Este último período de sesiones va a ser el más intenso de toda la legislatura en cuanto a actividad legislativa. El otro día aprobamos las dos leyes más modernizadoras de toda la democracia que afectan a la Guardia Civil, dos leyes históricas que suponen el cumplimiento del programa electoral propuesto por Zapatero en 2004. Me refiero a la Ley Reguladora de los Derechos y Deberes de los miembros de la Guardia Civil y a la Ley de Régimen Disciplinario de este cuerpo. Hemos impulsado leyes como la de Desarrollo Sostenible y Rural, la de la Memoria Histórica. Tenemos un fin de legislatura muy potente y debemos de aprovecharlo para sacar todo esto a la luz.

-Desde el principio la legislatura de Zapatero contó con el apoyo de la mayoría de ciudadanos. No obstante, y según las encuestas, temas como el Estatuto de Cataluña, diálogo con ETA, Ibarretxe, parecen haber hecho mella en una parte de la opinión pública.
-Las encuestas vienen dando una distancia parecida a la que tuvieron el PSOE y el PP en su momento. Una vez que se producen las elecciones estos datos tienen una relativa credibilidad porque la gente no está pensando en las elecciones sino en temas concretos. Cuando vuelven a tener relevancia es cuando se convocan de nuevo las elecciones y la gente piensa qué alternativa va a votar y a quién. Pienso por tanto que hay que relativizar el asunto.
Esta ha sido una legislatura muy difícil donde hemos tenido que afrontar retos muy importantes. Tuvimos que asumir muchas decisiones equivocadas del Gobierno Aznar, la primera la entrada en la guerra de Iraq contra Naciones Unidas, contra el pueblo español. Luego la gestión desastrosa y mentirosa del atentado más trágico de la historia de España: el 11-M. Luego, volvimos a la Europa de la que nos había alejado José María Aznar al convertirnos en perrito faldero de Bush. Posteriormente nos encontramos con la reforma de los estatutos de autonomía, el último el de Castilla y León y el más tenso, el Estatuto de Cataluña. Texto claramente adaptado a la Constitución y rebajado en las pretensiones máximas que tenía en sus orígenes. Luego viene el diálogo con ETA. Un proceso imprescindible después de tres años y medio sin matar, con un alto el fuego y sobre todo, con una esperanza de paz encima de la mesa. ¿Qué ocurre a partir de aquí? Pues que el PP decide romper todos los esquemas y consensos implícitos y aprovecha cada uno de estos temas para obtener ventaja electoral. No se juega con el terrorismo, ni con la bandera, ni con la fiesta nacional... pero el PP lo ha hecho. Personalmente me entristecería que tuviesen razón y que se demostrara que jugar con lo que nos une a todos los españoles o con el terrorismo sirve para combatir a un Gobierno y no para, unidos, luchar por la paz. Los ciudadanos tendrán oportunidad de juzgar estos comportamientos en marzo y estoy convencido de que van a considerar que la acción del Gobierno ha sido la más sensata y prudente. La que debería de haberse hecho.

-¿Cree usted que en política, un acto de valentía a corto plazo acaba pagándose?
-Creo que un gobierno debe de ser valiente. No puede estar pensando en el coste electoral porque sino no haría muchas cosas. El gobierno toma decisiones y la gente juzga. El veredicto democrático lo tienen los ciudadanos. Un gobierno gobierna para todos con independencia de lo que hayan votado y por tanto, tiene que pensar en lo que es beneficioso para todos los españoles. Al final como digo, son ellos los que juzgan.

-Explíqueme para qué sirve una campaña electoral. ¿Un eslogan puede ser más importante que el trabajo hecho día a día?
-No, creo que no. Lo importante es el trabajo realizado, aunque la campaña también es importante porque es donde se concentra el foco de atención. Es el espacio aprovechado por los partidos para explicar la situación actual y sobre todo, plantear un programa de futuro. Las campañas son necesarias, aunque no suficientes. Estoy convencido de que a la hora de votar, el juicio que realice un ciudadano sobre el Gobierno, no será sobre lo que se haya dicho en la campaña sino sobre lo realizado a lo largo de estos cuatro años.

-¿Le ha sido difícil en este período como portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, mantener el lema que en su día les planteó Zapatero de "tono conciliador, no levantar la voz ante las provocaciones, gritos y demás"?
-No, porque nosotros realmente nos creemos eso del talante dialogante y democrático. Yo además soy de esa forma de ser y te aseguro que no me ha costado ningún trabajo. Sí me han parecido indignantes algunas cosas que se han escuchado por boca de algunos dirigentes del PP, muy demagógicas, oportunistas y acusaciones sin fundamento. Pero creo que en política hay que tener honestidad intelectual y en ese sentido, el Partido Socialista la ha demostrado. Hemos apostado por el diálogo y el PP no lo ha hecho; por eso se ha quedado solo siempre.

-Dentro de las filas socialistas se hablaba de un problema de comunicación entre el Gobierno y el ciudadano. ¿Cree que no se han sabido comunicar puntualmente los avances conseguidos?
-No niego que el Partido Popular -apoyado en una batería mediática de medios afines muy importantes- haya reiterado mensajes sistemáticos que hubiesen podido obstaculizar algo el conocimiento de las cosas que realmente se estaban haciendo. Pero me suena a excusa. Estamos en un país donde los ciudadanos se nutren de múltiples medios de comunicación y donde las cosas se pueden conocer a través de distintos medios. Yo creo que la gente sabe lo que se ha hecho porque las leyes se han aprobado. Los ciudadanos experimentan cambios en su nivel de vida, en su trabajo, y eso está ahí aunque muchas veces la denominada agenda política se haya visto atraída por otros temas muy mediáticos como el terrorismo. Creo que son cosas diferentes.

-Siempre han dicho que los grandes grupos de comunicación se mueven atraídos por el poder y el dinero. Las ideas suelen quedar en un segundo plano. Me refiero con ello a las declaraciones realizadas hace un tiempo por un responsable del grupo Prisa, Juan Luis Cebrián. Aquello parecía toda una declaración de guerra...
-Esas declaraciones del señor Cebrián me parecieron equivocadas. Creo que esa conexión de "no me ha gustado lo que ha pasado con la guerra del fútbol y por tanto yo critico las políticas del Gobierno"... no me parece algo que se corresponda con la realidad. Pienso que ese diagnóstico que hace de echarle la culpa de todo lo sucedido a la política de comunicación del Gobierno, es inconsistente.

-Primero se bloquea la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Ahora saltan chispas en el Tribunal Constitucional (TC) y se habla de una posible revisión de leyes aprobadas en el Parlamento como la Ley de Igualdad o la de matrimonios homosexuales. ¿Podría haber un paso atrás en el tema de derechos y libertades?
-España no puede envidiar a ningún país del mundo en cuanto a nivel y garantía de derechos y libertades. En cuanto a esas leyes, tengo el convencimiento de que no van a ser consideradas inconstitucionales por el TC. ¿Por qué? Porque las conozco, he trabajado en ellas, las he votado y he participado en su aprobación. El hecho de que estén ante el TC no quiere decir nada, sólo significa que el PP intenta ganar en el TC lo que ha perdido en el Parlamento. Sistemáticamente ha empleado este recurso contra todo lo que se aprobaba en el Parlamento y no le gustaba: La ley de matrimonios homosexuales, la de igualdad entre hombre y mujer, la del Estatuto de Cataluña, etc. Ha intentado convertir al TC en la tercera cámara, por eso hay tantas leyes ahí. El TC es el pilar fundamental de nuestra democracia y ha sido siempre una referencia respetada y respetable. Esta institución va a dictar sentencias como lo ha hecho siempre: prudentes y sujetas a la Constitución.

-Cambiando de tema. ¿Qué opinión le merecen las declaraciones en contra del cheque bebé para madres solteras y homosexuales que expresó en su momento, la Conferencia Episcopal?
-Me parece algo disparatado, del siglo XIV. Las personas que desde la Iglesia Católica dicen eso tienen que darse cuenta de que no tiene nada que ver con lo que piensan los católicos españoles ni los religiosos españoles. Creo que son unos señores que están ahí, en la cúpula de la Conferencia Episcopal y que dicen cosas como si fueran de Marte. ¿Cómo se puede decir que a los niños hay que discriminarles en las ayudas en función de dónde nacen? ¿Si lo hacen en casa de una madre soltera no se les ayuda? Esto además de inhumano va contra los derechos humanos. Me parece de las barbaridades más raras que he escuchado por boca de nadie. Todos los niños españoles van a tener los mismos derechos nazcan donde nazcan. A veces me llevo las manos a la cabeza porque personas que no tienen ningún tipo de experiencia personal familiar, que no son expertos en la materia, se atreven a hablar ex cátedra como si supieran más que nadie. ¡Es algo de una osadía...! No entienden nada de lo que está pasando en España. Creo que deberían de estudiar a la sociedad española, sus necesidades, sus costumbres, para estar un poco más cercanos a la realidad social. Eso que comentas me parece algo tan descabellado que no se me hubiese ocurrido nunca que podría salir de la boca del portavoz de la Conferencia Episcopal.

-Una curiosidad, señor Garrido. ¿Ha llegado hasta aquí por azar o por necesidad?
-Estaba trabajando en la dirección del partido junto con Alfredo Pérez Rubalcaba. El propio partido decidió que fuésemos portavoz y secretario general, respectivamente, durante dos años. En un momento determinado el presidente del Gobierno designó ministro del Interior a Rubalcaba y la dirección del partido me dio la confianza para ocupar el puesto de portavoz. Fue una decisión política.

-¿Se ha arrepentido alguna vez?
-Ni mucho menos. Estoy contentísimo de estar aquí. Trabajo mucho, pero me parece apasionante lo que hago. Creo que es un honor el poder estar al frente del grupo parlamentario porque es el que apoya al Gobierno y del que dependen muchas cosas que afectan a la vida de todos los españoles. Nuestra mayor preocupación es estar cerca de la gente y sus necesidades, para eso nos han elegido los españoles y nos pagan. Me siento agradecido y con una gran responsabilidad en mis manos.  §