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EL ARBOL DEL BUHO

 

  Me suelto de los anclajes de mi mente. Me lanzo a un vacío que está lleno de vida y en él aprendo…
Aprendo que todo es temporal, cada momento de la vida es único e irrepetible y lo que vivo en realidad depende de mí, del valor para mirar de frente a las cosas, de la humildad para comprender que soy una alumna de la vida.
 

 

DICIEMBRE 2007

EL ARBOL DEL BUHO
EXISTENCIA
POR ELENA G. GOMEZ

Soy la suma de mi pasado, la realidad de mi presente y lo que sueño para el futuro.

Pasado

Me detengo, miro hacia atrás, rebobino la película de mi vida y estudio lo que fui, lo que hice, en todo lo que creía.
No me arrepiento del pasado. Lo que hice, mal o bien, forma parte de mi aprendizaje. Tal vez ahora no haría las cosas así, lo sé, pero de nada sirve porque lo que está hecho, hecho está. Lo que tengo muy claro es que nada ni nadie tiene culpa de mi pasado, que sería cobarde, muy cobarde, pensar que los demás son los responsables de mis actos, de mis errores o de mis fracasos. Viene a mi mente una frase, "aprendo más de mis fracasos que de mis éxitos".
Busco en el pasado no sólo lo que tengo que aprender, sino algo más profundo, ese hilo conductor que une toda mi vida, esa mano que me mueve, esa voz que me guía. No quiero darle forma, pero siento que está ahí, que forma parte de mi existencia, que permanece por encima de todas las cosas, y que soy yo, ese yo no temporal, ese yo no superficial, ese yo eterno.

Presente

Regreso al presente y me muevo. Vivir es moverse, crear, participar. Sólo lo que se detiene se muere. Cada instante de mi vida es único, irrepetible, por eso no quiero perder la ocasión de hacer, de expresar, de transmitir.
En el presente todo es temporal. Todo tiene un principio y un fin. Todo está en movimiento, en transformación.
Me miro al espejo y no soy la misma de ayer, cientos de células ya se han muerto, trozos de mí han desaparecido, entonces… ¿Por qué pienso igual que ayer? ¿No hay cambios en mi mente?… ¿Por qué me empeño en defender mis ideas?... ¿Por qué tengo que aferrarme a las cosas?... ¿A qué temo?
Sí, me hago preguntas porque sólo si me pregunto las cosas estaré mentalmente viva y podré comprender que cada momento es distinto, si no, entraría en la niebla de la monotonía, incluso podría llegar a pensar que todo es igual, que nada cambia, que nada se mueve, y sé que no es así, que sólo si miro dentro, dentro de mí, dentro en profundidad, podré ser consciente del movimiento.
Me suelto de los anclajes de mi mente. Me lanzo a un vacío que está lleno de vida y en él aprendo…
Aprendo que todo es temporal, cada momento de la vida es único e irrepetible y lo que vivo en realidad depende de mí, del valor para mirar de frente a las cosas, de la humildad para comprender que soy una alumna de la vida y que ésta me enseña que lo primero que tengo que hacer es aprender a escuchar.
En mi presente existen los presentes de muchas otras personas, y he comprendido que nuestros presentes se relacionan y es su correcta relación lo que nos permite vivir.
En el presente todo está unido creando una gran red, por eso sólo el que se apunta al movimiento del conjunto, el que aprende a poner en primer lugar a los demás que a sí mismo, ése, entra en el tren del Futuro.

Futuro

El Futuro es un Espacio. Un espacio que está lleno. Lleno de Sueños, de proyectos, de ideas.
Me gusta imaginar que en el Futuro hay un tren que se mueve por el espacio y que se pueden subir a él todas las personas que lo deseen, porque en el tren no hay diferencias, no hay razas superiores, ni tampoco se diferencia por los sexos, ni la condición social, ni los estudios o la clase a la que se pertenece.
El tren tiene sólo un código de acceso, la clave es la actitud que cada uno tiene en la vida y en él sólo entran aquellas personas que han comprendido que el Futuro es grupo, es unidad. Aquellas personas que no buscan su riqueza personal, ni basan su vida en tener más que los demás, en ser más importante que los otros, en tener más poder, porque han comprendido que el planeta, en su conjunto, es un gran cuerpo y nosotros somos parte de él.
Personas que han comprendido que la fuerza está en el grupo, que la amistad, la confianza, el esfuerzo común es lo que nos permite vencer.
Personas que ya son conscientes de que no son los protagonistas sino que cada uno es un actor más de esta gran obra que es la vida, y que para que la obra sea un éxito hay que cuidar todos del proyecto, y que ya no basta con realizar cada uno su papel, sino que es necesario ayudar a que otros también puedan hacerlo.
El Futuro es grupo. Es para aquellos que desarrollen una conciencia grupal, por encima de todo lo individual. Una conciencia planetaria, por encima de todos los localismos. Una conciencia de búsqueda para mejorar el desarrollo de toda la humanidad.
El futuro no excluye a nadie, somos cada uno de nosotros, con nuestra actitud, los que decidimos estar o no en él. §

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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