Los científicos ya han anunciado que el mar está al borde del colapso en lo que a pesca se refiere y que hay miles de especies amenazadas. Para colaborar en su recuperación, la ONG Oceana estudia hábitats marinos y propone su protección a la UE. Ricardo Aguilar, Director de Investigación de Oceana, nos habla sobre el estado del bello y desconocido mar. Texto: Marta Iglesias. Fotos: © OCEANA /Juan Cuetos

-Estamos ante la mayor extinción de especies en muchos años, ¿qué porcentaje del total son marinas?
-Pues no se sabe, porque muy pocas de las especies identificadas son marinas. Es una de las grandes asignaturas pendientes. Ahora mismo en tierra se conocen más de un millón de especies identificadas y se cree que faltan otros dieciocho millones todavía por identificar. En el caso del mar, se conocen cerca de cuatrocientas mil y se cree que puede haber entre veinte y cuarenta millones por identificar. Del mar se conoce muy poco, principalmente lo superficial, de cuarenta metros hacia abajo es desconocido, sin embargo constituye la mayoría del mar.

-Entonces pueden estar extinguiéndose especies marinas que ni siguiera conocemos...
-Seguramente sí, debido a las artes de pesca destructivas o la contaminación. Hasta hace poco se creía que era imposible extinguir las especies marinas porque muchas tienen una distribución bastante amplia. Luego se ha comprobado que hay especies que, igual que pasa en tierra, son exclusivas de lugares concretos. Hoy están amenazadas o en peligro de extinción ballenas, delfines, algunas focas, tiburones, rayas, pez sierra, pez guitarra...

-¿Protegiendo especies marinas se lograría evitar el colapso en la pesca previsto para 2050 o sólo alargar esta fecha?
-Para muchas especies esto supondría la posibilidad de recuperación; otras necesitan más medidas, como la buena gestión pesquera en especies migratorias que se mueven por extensiones muy grandes. Aquí se necesita una buena gestión internacional porque si sólo proteges una zona concreta, al animal lo pescan en otra.

-Ante la falta de fronteras del mar, lo único que funcionan son los acuerdos internacionales...
-Exactamente. En muchos casos ahí es donde está el grave problema, porque cuando tienes una especie en tus aguas, eres tú el responsable de gestionarla bien. Pero cuando estás hablando de un atún que viene desde el Atlántico, entra en el Mediterráneo a desovar, luego sale y sube al Cantábrico, y se va por todo el Atlántico norte, pues estamos hablando que son muchísimas flotas y muchísimos países. Incluso gran parte de su viaje está en alta mar, que no pertenece nadie y es una ciudad sin ley. Ahí cada uno puede hacer lo que quiera si no hay un acuerdo internacional, y es donde normalmente se complica la gestión pesquera.