AGOSTO 2007
NACIONAL
Foto: Carlos Fernández |
“La Iglesia vive como una agresión lo
que es una normalización de la educación en valores, porque debilita
su monopolio” |
Educación para la ciudadanía, asignatura
polémica
El próximo curso los alumnos de Secundaria de Andalucía,
Aragón, Asturias, Cantabria, Cataluña, Extremadura y Navarra estudiarán
Educación para la Ciudadanía. El resto lo harán en 2008. La Iglesia
Católica anima a sus fieles a la ‘objeción de conciencia’ contra estos
estudios. La polémica está servida. Nos informa sobre ello
Carlos Fernández Liria, profesor de Filosofía en
la Universidad Complutense de Madrid y coautor de uno de los
manuales sobre educación para la ciudadanía.
-¿Qué
valores básicos se recogen en la nueva asignatura?
-Los valores son los relativos al compromiso con el
Estado de Derecho y con la Democracia. En principio no deberían haber
molestado, por tanto, a la Iglesia ni a la derecha de este país, puesto
que no hay ninguna línea política que pretenda apartarse de los valores
del Estado de Derecho. Nosotros hemos sacado un libro en el que
pretendemos defender una tesis que puede llamar la atención,
fundamentalmente porque proviene del pensamiento de izquierdas.
Planteamos que en una sociedad capitalista, el Estado de Derecho y la
Democracia son incompatibles, imposibles, inviables. No pretende
adoctrinar sino sencillamente hacer una argumentación crítica sobre la
realidad social en la que vivimos. Lo que no se puede hacer, como han
hecho el resto de los libros de texto, es plantear el tema de la
Democracia y el Estado de Derecho sin hacer ninguna mención al tipo de
sociedad en la que están pensados esos conceptos. No se puede plantear
el tema del Estado de Derecho sin mencionar ni una sola vez la palabra
capitalismo, porque vivimos en una sociedad capitalista.
-Se
pretenden enseñar valores éticos basados en los derechos humanos,
mientras la Iglesia asegura que es un intento de laicidad. ¿Desde cuándo
derechos humanos y religión están mezclados?
-Desde mi punto de vista no se pueden mezclar. La postura
de la Iglesia está siendo de un cinismo y de una hipocresía tan grotesca
que yo ni siquiera entiendo cuál es el razonamiento que pretenden hacer.
O sea, ¿cómo les puede molestar que se eduque en valores laicos, cuando
ellos llevan educando en los valores religiosos -de una determinada
religión- durante siglos? Además ellos han tenido el monopolio del
adoctrinamiento religioso durante larguísimos periodos, como por ejemplo
durante todo el franquismo, y les ha parecido bien. Desde el mismo
momento en que se intentó debilitar ese monopolio empezaron a protestar,
y ahora viven como una agresión lo que no es más que una normalización
del problema de la educación en valores.
-¿Diría que la ética es universal frente a la parcialidad de las
religiones?
-Efectivamente, yo creo que sí. Y eso lo han defendido
también autores cristianos. El propio Jesús dijo que todos los
mandamientos se podían resumir en uno solo: “Amarás al prójimo como a ti
mismo”. Es decir, te pondrás enteramente siempre en el lugar del otro,
lo cual es un principio filosófico completamente formal que es además la
raíz del derecho y que el pensamiento ilustrado considera precisamente
la forma misma de la universalidad. Mientras que Jesús predica unos
valores universales, la Iglesia me parece el mayor enemigo del
cristianismo y de la figura de Jesús, pretendiendo imponer en el espacio
público unos determinados valores propios de una secta de psicópatas
mafiosos, que tienen una determinada concepción vital aberrante. Es
curioso, porque los que defendemos la universalidad de la ética frente a
la parcialidad de la religión, creo que somos más cristianos que los
propios defensores del orden eclesiástico, los obispos.
-La
Iglesia se ha rebelado contra la asignatura, ¿es que no comparte algunos
valores éticos universales?
-La doctrina de la Iglesia no atenta contra los derechos
de las personas y sin embargo para mí su postura en general es un
atentado continuo contra la Carta de los Derechos Humanos.
Fundamentalmente en la medida en la que la Iglesia ha combatido a la
Teología de la Liberación y se ha encogido de hombros frente a lo que
este movimiento católico ha llamado el pecado estructural, o el mal de
las estructuras o el mal de la economía capitalista. Desde este punto de
vista creo que la Iglesia se sitúa enteramente al margen del pensamiento
civilizado de la Ilustración y por tanto en una postura que
inequívocamente nos arroja a una especie de Edad Media preilustrada y
precivilizada.
-La
asignatura busca fomentar el pensamiento crítico y la libertad de
conciencia, algo que no existe en la Iglesia Católica. ¿Puede ser esto
el origen del enfrentamiento?
-Sí, efectivamente. A la Iglesia nunca le ha convenido
fomentar ni el espíritu crítico ni la libertad de conciencia porque
pretenden tener el monopolio del adoctrinamiento. Y a eso es a lo que
ellos llaman libertad. El monopolio del adoctrinamiento es un verdadero
escándalo que se ve reflejado en la primera chica objetora de conciencia
de la Comunidad de Madrid, que declaró que ‘a mí no me come el coco ni
Dios, y mucho menos el Estado’. Esta persona no se puede presentar como
un ejemplo de espíritu crítico, sino más bien todo lo contrario. Me
parece que, como miembro perteneciente a una secta religiosa, no está
dispuesta a que nadie le haga tambalear su ideario con crítica y con
libertad de conciencia. Porque la Iglesia es una secta religiosa como
cualquier otra, lo que pasa es que tiene más poder. |