rofesa
un amor desbordado por todo lo relativo a su tierra, y cualquier ocasión
es buena para demostrarlo. La celebración del Año Jubilar Lebaniego le
ha dado una buena oportunidad para llevar Cantabria más lejos de lo que
nunca hubiera imaginado. Esperan superar el millón de visitantes. Cuando
se le da la enhorabuena, responde que sólo espera situar Cantabria
dentro del contexto del mundo globalizado en el que vivimos.
Se lleva bien con el actual presidente del gobierno, al que se refiere
como "mi amigo José Luís Rodríguez Zapatero". Con él ha llegado a
acuerdos importantes para Cantabria. Especialmente valioso ha sido el
apoyo conseguido para el ambicioso Proyecto Comillas y su Centro de
Estudios del Español, que convertirá la región en una referencia para
los castellano-hablantes de todo el mundo.
-Por mucho
que tengamos una lengua común, algunos se esfuerzan en insistir en la
desintegración de España. ¿Por fin se rompe o no se rompe?
-Qué se va a romper. Eso es un cuento chino. España es más España
ahora que nunca. Esas afirmaciones me recuerdan a las pintadas que había
en las calles a finales de los 70 cuando se aprobó la Constitución,
"España una y no veintiuna", y cosas de esas. Lo que se ha demostrado es
que el sistema autonómico y la Constitución han traído a España los
treinta años mejores de su historia. Ningún país del mundo ha prosperado
tanto como éste.
"Qué se va a romper España. Eso es un cuento chino. España
es más fuerte hoy que nunca" |
-O sea, que
podemos salir a Europa sin complejo de inferioridad.
-Hombre, hace cuarenta años los españoles salían con una maleta
amarrada con una cuerda a fregar los váteres de Frankfurt. Ahora cuando
salen van a los mismos hoteles que el resto de los europeos. Y si hasta
hemos subido cuatro centímetros la talla media. ¡Cuatro centímetros!
¿Por que? Pues porque comemos. Y además comemos bien. Antes ver un yogur
llamaba la atención y ahora comemos los mismos yogures que comen los
daneses. Todo esto ha venido de la mano de la descentralización y de un
sistema político adecuado.
-¿La gente
de a pie percibe España más como una unidad, o como una suma de partes?
-Para empezar, es la primera vez que hay un 90% de españoles de
acuerdo en torno a la idea de España-Comunidad-Democracia-Constitución,
cosa que no ha habido nunca en este país, donde siempre ha estado una
España contra otra. Acabamos de ver en los mundiales de fútbol el fervor
español que hay. Además, la realidad es que ningún gobierno puede
conceder la autodeterminación a ningún territorio. Eso está recogido en
la Constitución y la Constitución sólo la cambian dos tercios de los
españoles. Yo no veo ese lobo que quiere presentarnos la oposición.
España es más fuerte hoy que nunca.
-¿Y esas
peleas entre comunidades por ser más, tener más, estar más arriba?
-Yo siempre digo: discriminación no, diversidad sí. Es que yo no
quiero lo mismo que Cataluña. No tengo por qué dedicar recursos al
idioma cántabro, porque aquí tenemos el español. Tampoco quiero una
policía autonómica, prefiero la Guardia Civil, que lo hace mejor. Aquí
no bailamos la sardana, sino la jota montañesa. Pero ojo, sí quiero los
mismos derechos en financiación.
-Un día se
le ocurre besar la bandera de España y mire la que se arma.
-Yo no sabía que había allí una bandera de España, Aznar no la
ponía. Podía no haberla besado pero, no sé, me hizo ilusión al ver las
dos allí, la de Cantabria y la de España, en dos mástiles grandes. Y
mira el revuelo. Si un francés oye la marsellesa y se pone la mano en el
pecho no pasa nada.
-¿Parece
que últimamente está mal visto declararse español?
-Yo, por haber nacido en Polaciones soy cántabro, y por haber nacido
en Cantabria soy muy español. No tiene sentido lo uno sin lo otro.
Repito que el sistema de autonomías ha sido maravilloso para el
desarrollo de España. Lo que no tiene sentido es que las carreteras de
Cantabria las decidan desde Madrid, porque allí no saben ni donde están
los pueblos. Ese era el sistema de Franco, poner un gobernador civil que
venía de Cataluña a arreglar los problemas de aquí.
-Como
regionalista, se lleva mal con los nacionalismos.
-Cuando me preguntan si los regionalistas somos primos de los
nacionalistas les contesto que no somos ni primos cuartos. Ni un gen
tenemos en común. Soy antinacionalista por naturaleza. Soy autonomista.
Entiendo que la mejor manera de defender una nación es desde el pueblo
de cada uno. Si un ayuntamiento va bien, si una región va bien, irá bien
el país entero.
-¿Le damos
un voto de confianza al proceso de paz en Euskadi?
-Antes de nada, digo que en esta materia nadie me puede acusar de
ser un blando, porque me he jugado el bigote en el tema vasco durante
años. Yo he sido varias veces candidato en ayuntamientos vascos para
rellenar listas, porque en el País Vasco, si te presentas a las
elecciones y no eres de HB, automáticamente te ves obligado a llevar
escolta. Entonces ¿quién se presenta a las elecciones en esas
condiciones? ¿Un loco, un suicida? ¿Y qué es lo que hacen los partidos
para rellenar las candidaturas? Llevar a Revilla de número siete en las
elecciones de Llodio, por ejemplo, que no he preguntado ni los votos que
he sacado. Nosotros en las últimas elecciones hemos tenido que mandar
250 carnés de identidad para rellenar listas de partidos españoles. Y yo
le digo al lehendakari: en esas condiciones, que ganes las elecciones no
tiene ningún mérito. Si un rival mío tuviese que llevar escolta para
presentarse a las elecciones, yo me retiraría.
"Yo he aparecido entre los
amenazados por ETA y me he negado a llevar escolta. He
firmado un documento en el que me responsabilizaba de lo que
me pudiera ocurrir" |
-Aclarado
este punto opina que…
-…pues opino que hay que intentar la paz en Euskadi sin
claudicaciones políticas. Yo creo que hay una pequeña posibilidad,
porque hay una situación nueva, y es que ETA hoy no puede matar, pero no
por que no tenga a doscientos psicópatas dispuestos a hacerlo, sino
porque un muerto es muy caro hoy. La sociedad ya no tolera muertos. Un
atentado hoy como el de Hipercor sería catastrófico para el entorno de
ETA. Están aislados internacionalmente. La violencia es la única lacra
que España tiene pendiente para la total integración en Europa, porque
somos el único país que tiene una banda de asesinos. Hay que aprovechar
este momento de debilidad sociológica.
-Su nombre
ha estado en el punto de mira de ETA.
-Pues sí, yo he aparecido entre los amenazados por ETA y me he
negado a llevar escolta, no he tenido escolta en mi vida. He firmado un
documento en el que me responsabilizaba de lo que me pudiera ocurrir.
Vivo en Astillero, en un edificio de ocho alturas con jardín. Voy a
trabajar y vengo en mi coche. Hasta hace tres años he tenido que tomar
muchas precauciones personales: antes de salir diez minutos mirando por
la ventana, revisar las ruedas y los bajos del coche con un aparato. La
verdad es que personalmente ahora vivo más tranquilo, ya no me agacho
para mirar debajo del coche. También estaba harto, como muchísima gente,
de ir todas las semanas al ayuntamiento para guardar un minuto de
silencio. Traslado ese egoísmo personal a miles de personas, que tienen
ese mismo alivio.
-¿Puede
hacerse sin el Partido Popular?
-Yo espero que el PP se sume si ve que esto se consolida, porque yo
creo que debería tener el consenso de todos. Yo di mi opinión también
favorable cuando empezaron conversaciones Felipe González y Aznar, y
aquella era una situación mucho más difícil porque teníamos muertos
encima de la mesa. Una de las negociaciones se inicia estando Ortega
Lara secuestrado. Ahora no hay ninguna bomba reciente ¿por qué no le
vamos a dar al presidente una posibilidad? La paz es lo que más añora el
pueblo español.
Además, si no hay claudicaciones políticas y lo que se le pueda ofrecer
a esta gente entra en la Constitución, el pueblo español puede, una vez
se abandonen las armas, ser generoso.
-Parece que
va más a gusto a Madrid ahora que está Zapatero en la Moncloa.
-Pues sí, nos hemos entendido bien desde el primer momento. Yo quise
conocerlo antes de hacer el pacto, en un momento en el que nadie daba un
duro por él. Estuvimos hablando durante tres horas, interrogándole yo
más bien, con la libreta en la mano. Le di un notable porque vi que
había ideas. A partir de ahí gana las elecciones y tengo que decir que
me ha tratado muy bien, aunque tampoco es que pidiera cosas que no
fueran de justicia. Algunos me dicen que si soy un pelota, pero ¿por qué
voy a hablar mal de él? Sería estúpido, no tengo razones. Además,
incluso le llevo anchoas.
"A lo mejor algún presidente no me ve con buenos ojos
porque piensa que les estoy fastidiando
la parafernalia,
pero es que es excesivo el boato" |
-Supongo
que la cordialidad en un mundo tan frío como el de la política es algo
que se agradece.
-Hombre, yo estuve cuando era Aznar presidente, y la verdad, ha sido
un cambio. La entrevista protocolaria era estar una hora con Aznar y que
no te dijera nada. Yo hablaba, hablaba, hablaba, y él, te miraba,
apuntaba dos cosas en una libreta. Tú te ibas de allí con una sensación
indefinida. No sabías si le habías gustado, si te tenía manía, si te iba
a conceder lo que le habías pedido. La gente me preguntaba qué tal, y yo
no sabía qué contestar. Aznar era un frontón.
Zapatero por lo menos habla, y a mí me gusta eso, será porque yo hablo
mucho también.
-Sabe que
se está cargando todos los protocolos.
-Es que yo tengo esta manera de ser. Lo que a otros les parece que
va con el cargo a mí me da vergüenza, y no es pose. ¿Qué me voy a creer
yo, si soy presidente de quinientas mil personas, que es como un barrio
grande? El otro día vino a verme el embajador de Bangladesh, un país de
ciento cuarenta millones de habitantes. ¿Y yo voy a ir con un coche
oficial, una bandera, cuatro guardaespaldas? Es que los de mi pueblo,
que se acuerdan de mí guardando las vacas de niño, van a pensar que me
he vuelto tonto. Hombre, tampoco ando en caballo. Si tengo que ir a
Madrid, voy con mi traje, mi corbata, pero lo que me importa es si me
traigo algo para Cantabria o no.
-Qué poco
acostumbrados estamos los españoles a la mesura por parte de la clase
política, que nos sorprenden estos gestos.
-Hombre a lo mejor algún presidente no me ve con buenos ojos, piensa
que les estoy fastidiando la parafernalia, pero es que es excesivo el
boato. Mira: los presidentes van en avión con cuatro guardaespaldas. Y
el coche va por delante con otros tantos. Y luego tienen que esperar
allí y hospedarse en hoteles. Con todo ese séquito las reuniones de los
presidentes autonómicos parecen el entierro de Don Corleone. Diecisiete
coches negros, más uno delante y otro detrás con los guardaespaldas,
suman cincuenta. ¡Y no caben! Al final acaban llevándonos en autobús. A
mí me da igual. Yo como sólo voy con la cartera no tengo problema. Pero
yo creo que hay que darle un tono de normalidad a las cosas, y saber que
el que hoy está de presidente mañana será otra cosa. Si te aficionas a
la parafernalia, a que te llamen "señor Presidente" y tal, cuando dejas
el cargo te entra una locura y no sales de casa.
-Sus
andanzas en los taxis de Madrid han dado que hablar, y sobre todo que
pensar.
-¿Pero por qué? ¿No están los taxis para llevar a la gente? Si es
que además conocen las calles mejor que nadie y no tienes que esperar.
Vas al hotel, dejas la maleta. Abajo, cinco taxis en fila. "A la
Moncloa". Primero hay un poco de vacile, claro. Antes me preguntaban que
a qué número, ahora ya me conocen y nadie pone ninguna pega. La primera
vez que fui a ver a Aznar casi no me dejan entrar. "Ustedes me dirán:
¿voy andando?". Un kilómetro. En julio. Cuarenta grados a las cinco de
la tarde. "Pues una de dos, o entra el taxi o me vienen a buscar". Y el
taxista: "Ya le dije que no se podía entrar". Y yo: "Pues vas a ser el
primero". Al final le pusieron un pirulo de luces en el coche y adentro.
Además, como ya le había pagado en la puerta, no me cobró el recorrido
hasta dentro. Gratis total.
-Lleva las
cuentas al dedillo.
-Siempre lo más eficaz y lo más barato.
-¿Sabe todo
lo que se gasta?
-A mí un viaje a Madrid me sale por cien mil pesetas, tengo ahí las
facturas. De la otra manera serían dos millones. ¿Pero qué pasa si me
gasto cien mil pesetas y vuelvo con cincuenta mil millones para arreglar
el tema del agua? Y eso que era el día de los inocentes...
"Aznar era un frontón. Nunca sabías si le habías gustado
o si te tenía manía. Zapatero por lo menos habla, y a mí me
gusta eso, será porque yo hablo mucho también" |
-¿Cómo fue
eso?
-El presidente nos convoca una vez al año y a mí me citó el 28 de
diciembre. Era el día disponible, a mí me preguntó y me dio igual. Aquí
se organizó una risa general. Chorradas del PP. Era un día como otro
cualquiera y además a mí me salió muy bien. Es más, este año le voy a
pedir que repitamos el día, para reírme yo un rato de los que me
criticaban.
-Presume de
ser un currante. Perdone que se lo diga pero no estamos muy
acostumbrados a ver a los políticos currar.
-Pero ¿tú crees que esto es un despacho? Mira, en ese tablero pongo
los papeles con chinchetas y no se me olvida nada. Y nunca he llegado
tarde a ningún sitio. Nunca. En mi vida, y tengo 63 años. Ni hago
esperar a nadie un minuto. Por eso Madrid no me gusta, porque no
calculo. También es verdad que si quedan conmigo a una hora doy un
margen de cortesía y el que lo pierde se pone a la cola otra vez. Es
otra cosa, la puntualidad, a la que la gente no está acostumbrada.
-Por
cierto, ¿cómo lleva la ley antitabaco de la ministra Salgado?
-(Silencio) Vamos a ver, yo soy respetuoso con las leyes, pero esa
señora, igual que la Consejera de Sanidad de aquí, no va a hacer que
deje de fumar. Yo soy fumador de puros y no voy a dejarlo lo diga quien
lo diga. Además, no me perjudica, me lo ha dicho el médico. No calo el
humo. Te canto la Traviata con una voz que no la tiene Pavarotti. No
toso. No me canso. He participado en la maratón de Carrefour, 10 km.
para no profesionales, y quedé entre los primeros. Así que ahí mismo, en
el balcón, tengo mi cenicero...