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OCTUBRE 2006

Miguel Angel Revilla

Miguel Angel Revilla
Presidente de Cantabria

Su debilidad es Cantabria. O su fuente de fuerza, según cómo se mire. Lleva tan puesto el papel de presidente de los cántabros que ha dejado de ser un cargo para convertirse en un estilo de hacer política. El estilo Revilla. Dinamitando el protocolo y la parafernalia asociada a los cargos políticos y al poder. Algunos le echan en cara un exceso de naturalidad. La mayoría se lo agradecemos. Texto: Carolina Fernández. Fotos: L.G.

A su aire

Profesa un amor desbordado por todo lo relativo a su tierra, y cualquier ocasión es buena para demostrarlo. La celebración del Año Jubilar Lebaniego le ha dado una buena oportunidad para llevar Cantabria más lejos de lo que nunca hubiera imaginado. Esperan superar el millón de visitantes. Cuando se le da la enhorabuena, responde que sólo espera situar Cantabria dentro del contexto del mundo globalizado en el que vivimos.
Se lleva bien con el actual presidente del gobierno, al que se refiere como "mi amigo José Luís Rodríguez Zapatero". Con él ha llegado a acuerdos importantes para Cantabria. Especialmente valioso ha sido el apoyo conseguido para el ambicioso Proyecto Comillas y su Centro de Estudios del Español, que convertirá la región en una referencia para los castellano-hablantes de todo el mundo.

-Por mucho que tengamos una lengua común, algunos se esfuerzan en insistir en la desintegración de España. ¿Por fin se rompe o no se rompe?
-Qué se va a romper. Eso es un cuento chino. España es más España ahora que nunca. Esas afirmaciones me recuerdan a las pintadas que había en las calles a finales de los 70 cuando se aprobó la Constitución, "España una y no veintiuna", y cosas de esas. Lo que se ha demostrado es que el sistema autonómico y la Constitución han traído a España los treinta años mejores de su historia. Ningún país del mundo ha prosperado tanto como éste.

"Qué se va a romper España. Eso es un cuento chino. España es más fuerte hoy que nunca"

-O sea, que podemos salir a Europa sin complejo de inferioridad.
-Hombre, hace cuarenta años los españoles salían con una maleta amarrada con una cuerda a fregar los váteres de Frankfurt. Ahora cuando salen van a los mismos hoteles que el resto de los europeos. Y si hasta hemos subido cuatro centímetros la talla media. ¡Cuatro centímetros! ¿Por que? Pues porque comemos. Y además comemos bien. Antes ver un yogur llamaba la atención y ahora comemos los mismos yogures que comen los daneses. Todo esto ha venido de la mano de la descentralización y de un sistema político adecuado.

-¿La gente de a pie percibe España más como una unidad, o como una suma de partes?
-Para empezar, es la primera vez que hay un 90% de españoles de acuerdo en torno a la idea de España-Comunidad-Democracia-Constitución, cosa que no ha habido nunca en este país, donde siempre ha estado una España contra otra. Acabamos de ver en los mundiales de fútbol el fervor español que hay. Además, la realidad es que ningún gobierno puede conceder la autodeterminación a ningún territorio. Eso está recogido en la Constitución y la Constitución sólo la cambian dos tercios de los españoles. Yo no veo ese lobo que quiere presentarnos la oposición. España es más fuerte hoy que nunca.

-¿Y esas peleas entre comunidades por ser más, tener más, estar más arriba?
-Yo siempre digo: discriminación no, diversidad sí. Es que yo no quiero lo mismo que Cataluña. No tengo por qué dedicar recursos al idioma cántabro, porque aquí tenemos el español. Tampoco quiero una policía autonómica, prefiero la Guardia Civil, que lo hace mejor. Aquí no bailamos la sardana, sino la jota montañesa. Pero ojo, sí quiero los mismos derechos en financiación.

-Un día se le ocurre besar la bandera de España y mire la que se arma.
-Yo no sabía que había allí una bandera de España, Aznar no la ponía. Podía no haberla besado pero, no sé, me hizo ilusión al ver las dos allí, la de Cantabria y la de España, en dos mástiles grandes. Y mira el revuelo. Si un francés oye la marsellesa y se pone la mano en el pecho no pasa nada.

"Hay que darle un tono de normalidad a las cosas, y saber que el que hoy está de presidente mañana será otra cosa. Si te aficionas a que te llamen "señor Presidente", cuando dejas el cargo te entra una locura y no sales de casa"

-¿Parece que últimamente está mal visto declararse español?
-Yo, por haber nacido en Polaciones soy cántabro, y por haber nacido en Cantabria soy muy español. No tiene sentido lo uno sin lo otro. Repito que el sistema de autonomías ha sido maravilloso para el desarrollo de España. Lo que no tiene sentido es que las carreteras de Cantabria las decidan desde Madrid, porque allí no saben ni donde están los pueblos. Ese era el sistema de Franco, poner un gobernador civil que venía de Cataluña a arreglar los problemas de aquí.

-Como regionalista, se lleva mal con los nacionalismos.
-Cuando me preguntan si los regionalistas somos primos de los nacionalistas les contesto que no somos ni primos cuartos. Ni un gen tenemos en común. Soy antinacionalista por naturaleza. Soy autonomista. Entiendo que la mejor manera de defender una nación es desde el pueblo de cada uno. Si un ayuntamiento va bien, si una región va bien, irá bien el país entero.

-¿Le damos un voto de confianza al proceso de paz en Euskadi?
-Antes de nada, digo que en esta materia nadie me puede acusar de ser un blando, porque me he jugado el bigote en el tema vasco durante años. Yo he sido varias veces candidato en ayuntamientos vascos para rellenar listas, porque en el País Vasco, si te presentas a las elecciones y no eres de HB, automáticamente te ves obligado a llevar escolta. Entonces ¿quién se presenta a las elecciones en esas condiciones? ¿Un loco, un suicida? ¿Y qué es lo que hacen los partidos para rellenar las candidaturas? Llevar a Revilla de número siete en las elecciones de Llodio, por ejemplo, que no he preguntado ni los votos que he sacado. Nosotros en las últimas elecciones hemos tenido que mandar 250 carnés de identidad para rellenar listas de partidos españoles. Y yo le digo al lehendakari: en esas condiciones, que ganes las elecciones no tiene ningún mérito. Si un rival mío tuviese que llevar escolta para presentarse a las elecciones, yo me retiraría.

"Yo he aparecido entre los amenazados por ETA y me he negado a llevar escolta. He firmado un documento en el que me responsabilizaba de lo que me pudiera ocurrir"

-Aclarado este punto opina que…
-…pues opino que hay que intentar la paz en Euskadi sin claudicaciones políticas. Yo creo que hay una pequeña posibilidad, porque hay una situación nueva, y es que ETA hoy no puede matar, pero no por que no tenga a doscientos psicópatas dispuestos a hacerlo, sino porque un muerto es muy caro hoy. La sociedad ya no tolera muertos. Un atentado hoy como el de Hipercor sería catastrófico para el entorno de ETA. Están aislados internacionalmente. La violencia es la única lacra que España tiene pendiente para la total integración en Europa, porque somos el único país que tiene una banda de asesinos. Hay que aprovechar este momento de debilidad sociológica.

-Su nombre ha estado en el punto de mira de ETA.
-Pues sí, yo he aparecido entre los amenazados por ETA y me he negado a llevar escolta, no he tenido escolta en mi vida. He firmado un documento en el que me responsabilizaba de lo que me pudiera ocurrir. Vivo en Astillero, en un edificio de ocho alturas con jardín. Voy a trabajar y vengo en mi coche. Hasta hace tres años he tenido que tomar muchas precauciones personales: antes de salir diez minutos mirando por la ventana, revisar las ruedas y los bajos del coche con un aparato. La verdad es que personalmente ahora vivo más tranquilo, ya no me agacho para mirar debajo del coche. También estaba harto, como muchísima gente, de ir todas las semanas al ayuntamiento para guardar un minuto de silencio. Traslado ese egoísmo personal a miles de personas, que tienen ese mismo alivio.

-¿Puede hacerse sin el Partido Popular?
-Yo espero que el PP se sume si ve que esto se consolida, porque yo creo que debería tener el consenso de todos. Yo di mi opinión también favorable cuando empezaron conversaciones Felipe González y Aznar, y aquella era una situación mucho más difícil porque teníamos muertos encima de la mesa. Una de las negociaciones se inicia estando Ortega Lara secuestrado. Ahora no hay ninguna bomba reciente ¿por qué no le vamos a dar al presidente una posibilidad? La paz es lo que más añora el pueblo español.
Además, si no hay claudicaciones políticas y lo que se le pueda ofrecer a esta gente entra en la Constitución, el pueblo español puede, una vez se abandonen las armas, ser generoso.

-Parece que va más a gusto a Madrid ahora que está Zapatero en la Moncloa.
-Pues sí, nos hemos entendido bien desde el primer momento. Yo quise conocerlo antes de hacer el pacto, en un momento en el que nadie daba un duro por él. Estuvimos hablando durante tres horas, interrogándole yo más bien, con la libreta en la mano. Le di un notable porque vi que había ideas. A partir de ahí gana las elecciones y tengo que decir que me ha tratado muy bien, aunque tampoco es que pidiera cosas que no fueran de justicia. Algunos me dicen que si soy un pelota, pero ¿por qué voy a hablar mal de él? Sería estúpido, no tengo razones. Además, incluso le llevo anchoas.

Miguel Angel Revilla

"A lo mejor algún presidente no me ve con buenos ojos porque piensa que les estoy fastidiando
la parafernalia, pero es que es excesivo el boato"

-Supongo que la cordialidad en un mundo tan frío como el de la política es algo que se agradece.
-Hombre, yo estuve cuando era Aznar presidente, y la verdad, ha sido un cambio. La entrevista protocolaria era estar una hora con Aznar y que no te dijera nada. Yo hablaba, hablaba, hablaba, y él, te miraba, apuntaba dos cosas en una libreta. Tú te ibas de allí con una sensación indefinida. No sabías si le habías gustado, si te tenía manía, si te iba a conceder lo que le habías pedido. La gente me preguntaba qué tal, y yo no sabía qué contestar. Aznar era un frontón.
Zapatero por lo menos habla, y a mí me gusta eso, será porque yo hablo mucho también.

-Sabe que se está cargando todos los protocolos.
-Es que yo tengo esta manera de ser. Lo que a otros les parece que va con el cargo a mí me da vergüenza, y no es pose. ¿Qué me voy a creer yo, si soy presidente de quinientas mil personas, que es como un barrio grande? El otro día vino a verme el embajador de Bangladesh, un país de ciento cuarenta millones de habitantes. ¿Y yo voy a ir con un coche oficial, una bandera, cuatro guardaespaldas? Es que los de mi pueblo, que se acuerdan de mí guardando las vacas de niño, van a pensar que me he vuelto tonto. Hombre, tampoco ando en caballo. Si tengo que ir a Madrid, voy con mi traje, mi corbata, pero lo que me importa es si me traigo algo para Cantabria o no.

-Qué poco acostumbrados estamos los españoles a la mesura por parte de la clase política, que nos sorprenden estos gestos.
-Hombre a lo mejor algún presidente no me ve con buenos ojos, piensa que les estoy fastidiando la parafernalia, pero es que es excesivo el boato. Mira: los presidentes van en avión con cuatro guardaespaldas. Y el coche va por delante con otros tantos. Y luego tienen que esperar allí y hospedarse en hoteles. Con todo ese séquito las reuniones de los presidentes autonómicos parecen el entierro de Don Corleone. Diecisiete coches negros, más uno delante y otro detrás con los guardaespaldas, suman cincuenta. ¡Y no caben! Al final acaban llevándonos en autobús. A mí me da igual. Yo como sólo voy con la cartera no tengo problema. Pero yo creo que hay que darle un tono de normalidad a las cosas, y saber que el que hoy está de presidente mañana será otra cosa. Si te aficionas a la parafernalia, a que te llamen "señor Presidente" y tal, cuando dejas el cargo te entra una locura y no sales de casa.

-Sus andanzas en los taxis de Madrid han dado que hablar, y sobre todo que pensar.
-¿Pero por qué? ¿No están los taxis para llevar a la gente? Si es que además conocen las calles mejor que nadie y no tienes que esperar. Vas al hotel, dejas la maleta. Abajo, cinco taxis en fila. "A la Moncloa". Primero hay un poco de vacile, claro. Antes me preguntaban que a qué número, ahora ya me conocen y nadie pone ninguna pega. La primera vez que fui a ver a Aznar casi no me dejan entrar. "Ustedes me dirán: ¿voy andando?". Un kilómetro. En julio. Cuarenta grados a las cinco de la tarde. "Pues una de dos, o entra el taxi o me vienen a buscar". Y el taxista: "Ya le dije que no se podía entrar". Y yo: "Pues vas a ser el primero". Al final le pusieron un pirulo de luces en el coche y adentro. Además, como ya le había pagado en la puerta, no me cobró el recorrido hasta dentro. Gratis total.

-Lleva las cuentas al dedillo.
-Siempre lo más eficaz y lo más barato.

-¿Sabe todo lo que se gasta?
-A mí un viaje a Madrid me sale por cien mil pesetas, tengo ahí las facturas. De la otra manera serían dos millones. ¿Pero qué pasa si me gasto cien mil pesetas y vuelvo con cincuenta mil millones para arreglar el tema del agua? Y eso que era el día de los inocentes...

"Aznar era un frontón. Nunca sabías si le habías gustado o si te tenía manía. Zapatero por lo menos habla, y a mí me gusta eso, será porque yo hablo mucho también"

-¿Cómo fue eso?
-El presidente nos convoca una vez al año y a mí me citó el 28 de diciembre. Era el día disponible, a mí me preguntó y me dio igual. Aquí se organizó una risa general. Chorradas del PP. Era un día como otro cualquiera y además a mí me salió muy bien. Es más, este año le voy a pedir que repitamos el día, para reírme yo un rato de los que me criticaban.

-Presume de ser un currante. Perdone que se lo diga pero no estamos muy acostumbrados a ver a los políticos currar.
-Pero ¿tú crees que esto es un despacho? Mira, en ese tablero pongo los papeles con chinchetas y no se me olvida nada. Y nunca he llegado tarde a ningún sitio. Nunca. En mi vida, y tengo 63 años. Ni hago esperar a nadie un minuto. Por eso Madrid no me gusta, porque no calculo. También es verdad que si quedan conmigo a una hora doy un margen de cortesía y el que lo pierde se pone a la cola otra vez. Es otra cosa, la puntualidad, a la que la gente no está acostumbrada.

-Por cierto, ¿cómo lleva la ley antitabaco de la ministra Salgado?
-(Silencio) Vamos a ver, yo soy respetuoso con las leyes, pero esa señora, igual que la Consejera de Sanidad de aquí, no va a hacer que deje de fumar. Yo soy fumador de puros y no voy a dejarlo lo diga quien lo diga. Además, no me perjudica, me lo ha dicho el médico. No calo el humo. Te canto la Traviata con una voz que no la tiene Pavarotti. No toso. No me canso. He participado en la maratón de Carrefour, 10 km. para no profesionales, y quedé entre los primeros. Así que ahí mismo, en el balcón, tengo mi cenicero...

Desde el balcón de su despacho, situado en los altos de una moderna construcción en el centro de Santander, Revilla presume de poder otear en día despejado casi toda la región, costa e interior. Y da una clase de geografía rápida: norte, sur, este y oeste. Esta entrevista tiene lugar en pleno agosto y aprieta el calor. ¿Y cuándo se va de vacaciones el presidente?, preguntamos. "El presidente no coge vacaciones", explica con discreción su asesora de prensa. Revilla lo oye y quiere matizar que él nunca -y repite "nunca" con énfasis en la "u" y el dedo índice en alto- en sus 63 años ha cogido vacaciones. Y añade distraídamente, perdiendo la vista por los tejados de Santander: "A mí lo que me gusta es andar de allá para acá, hablando con la gente, inaugurando cosucas…" Pues eso, un currante. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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