Los niños ya no dicen eso de "por
los huevos de Mahoma, que son de goma", por dos motivos: uno, decir
huevos ya no tiene ningún mérito, cuando tienes palabras más fuertes a
tu alcance, y dos, últimamente el que se mete con Mahoma se la juega.
|
|
NOVIEMBRE 2006
Seamos correctos
POR ELENA F. VISPO
C on esta moda de
lo políticamente correcto, ya no hay quien abra la boca sin que se le
echen encima unos cuantos adalides de la virtud. Por eso se ha puesto
tan de moda la autocensura, que practican con mayor o menor éxito los
distintos medios de comunicación. Me encantan, por ejemplo, esos
pitiditos que plantan en los programas en horario infantil, para hacer
como que no dicen tacos, pero dejando perfectamente claro que sí: Esa es
una p(pip)ta que me tiene hasta los co(pip)nes. Yo creo que se entiende
perfectamente.
Sería de suponer que gracias a esta radical medida los niños ya no dicen
palabrotas ni hará falta lavarles la boca con jabón, que es con lo que
amenazaban las abuelas hace tiempo. Pero por lo que yo veo los niños de
ahora no son como los de antes: éstos juran en arameo, pero como no hay
quien les entienda, allá ellos. Ers n pta q m tins ast ls cojns. Pues no
sé qué decirte, chaval.
Supongo que los niños ya no dicen eso de "por los huevos de Mahoma, que
son de goma", frase típica de mi infancia que juntaba dos ingredientes
básicos: tenía rima fácil y además decías huevos, ji, ji. Es como la
broma clásica cuando estábamos en el año 2005 (por el culo te la
inserto) Pero los niños ya no utilizan esta frase, que yo sepa, por dos
motivos: uno, decir huevos ya no tiene ningún mérito, cuando tienes
palabras más fuertes a tu alcance, y dos, últimamente el que se mete con
Mahoma se la juega.
Algo similar debieron de pensar en la Deustche Oper de Berlín cuando
decidieron cancelar el Idomeneo de Mozart. Claro que en el montaje va el
rey de Creta y se carga a su hijo y de paso (estas cosas del arte
moderno) les corta la cabeza a Jesús, a Buda y a Mahoma, mete las cuatro
cabezas en una bolsa y canta un aria, o algo. Los cristianos y los
budistas se ve que estamos curados de espantos, pero los mahometanos
están susceptibles y claro, van y se enfadan. Así que la Ópera de Berlín
cierra el chiringuito por si las bombas, y programa Las Bodas de Fígaro,
ante la esperanza de que los partidarios de las uniones de hecho no
protesten.
También tiene algo que ver con esto lo de los Moros y Cristianos de
Alcoy, que se fueron a Nueva York a celebrar el Día de la Hispanidad.
Pero claro, como no es cuestión de "herir sensibilidades", pues no
llevaban moros. Es decir, a celebrar la fiesta de Cristianos y
Cristianos, que supongo que el Papa, que habrá tenido noticia de esto,
estará aún dando saltos de alegría. En otras localidades de Valencia ha
cundido el ejemplo, y ya no van a explotar la cabeza de Mahoma con
petardos, ni tirarán un muñeco que simboliza al profeta de la torre del
castillo.
A mí la celebración ésa me la refanfinfla, pero supongo que no cundirá
el ejemplo, y en esas fiestas de verano con la famosa cabra que tiran
desde un campanario, no se les ocurrirá tirar un peluche, que haría la
misma función, y no molestaría a nadie. O en el Toro de la Vega clavarle
las lanzas a un juguete a pilas, en vez de a un pobre bicho. Pero claro,
es que hay sensibilidades y sensibilidades, y no es lo mismo herir unas
que otras.
Insisto en que lo de los Moros y Cristianos me deja indiferente, y que
censurar a estas alturas una ópera de Mozart, como que me da la risa.
Pero ya se por dónde van los tiros: es mejor prevenir los problemas
antes de que vengan, y abstenerse de mover un dedo fuera de lo
estipulado. El otro día leí una buena definición: vamos hacia la paz del
miedo. Para quien la quiera, digo yo. Qué coño. ∆ |