No tapes tu necesidad, no dejes que otros con sus
circunstancias y sus miedos, con sus limitaciones y convencionalismos,
ahoguen mi voz, tu voz, la voz de la necesidad. |
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NOVIEMBRE 2006
Amanece
POR ELENA G. GOMEZ
A manece, contemplas
cómo la luz, poco a poco, va disipando la oscuridad, una oscuridad llena de
quietud, de silencios, de soledades y de sueños.
Amanece y con el amanecer aparecen los ruidos, las prisas, las realidades.
Miras los dos mundos y te preguntas cuál es realmente el auténtico, dónde
somos más verdad.
Te levantas y empiezas con la rutina, todos los días lo mismo, todos se
repiten bajo el mismo patrón, un patrón que tú has creado y del que en el
fondo no quieres salir porque te proporciona una cierta seguridad.
Miras la agenda y sucede que por primera vez en tu vida la tienes en blanco.
Pasas a la página siguiente, y la siguiente, y la posterior, y todas están
en blanco, tu agenda se ha quedado en blanco, y sientes un nudo en la
garganta, una sensación de vértigo y de inseguridad se apoderan de ti.
Sales a la calle y te sientes como un sonámbulo. No ves a nadie, no hablas
con nadie, todo tu mundo de repente se ha vuelto gris, sin color, sin
sonido.
Subes al coche y partes sin rumbo, sólo quieres escapar, recorrer kilómetros
y kilómetros. Ver otro amanecer en otro lugar, ver el mar, ver los campos
dorados, ver un nuevo sol.
Estás solo pero no te sientes solo. No hay nadie en la carretera y viajas
plácidamente, dejando que el aire te acaricie, sintiendo que te alejas cada
vez más. Miras por el espejo retrovisor pero no ves nada. Atrás queda tu
vida, una vida que se aleja. Por delante sólo lo desconocido.
Después de mucho tiempo en el no tiempo llegas a un lugar y te paras. Hay un
bosque que te atrae. Te bajas del coche y caminas hacia él. Entras en su
oscuridad pero no sientes temor, sabes que nada te sucederá. Miras sus
árboles milenarios, descubres entre sus hojas unos ojos que te observan con
curiosidad. Pero no te detienes. Sigues el camino y te vas acercando a su
final. La luz se va haciendo más intensa, los sonidos del bosque van
disminuyendo y ves aparecer un hermoso campo.
Te descalzas porque sientes una tremenda necesidad de tocar el suelo, de
sentir la frescura de la hierba. Ves a lo lejos una cabaña, y caminas hacia
ella. Cuando estás llegando sale un perro corriendo hacia ti y empieza a
saltar alegre a tu lado. Te conoce, te quiere, se alegra de volver a verte y
sientes que tú también te alegras de volver a verle, y eso te confunde
porque nunca antes habías estado allí.
De la chimenea de la cabaña sale humo. Hay alguien dentro. Llamas a la
puerta para que te abran pero nadie contesta. Giras el pomo y ésta se abre.
El interior de la cabaña es sencillo y acogedor y pronto descubres que en el
fondo hay una chimenea y junto a ella una mujer sentada de espaldas. Una
mujer con una melena larga y negra.
Entras y caminas hacia ella y aunque haces ruido ella no se mueve. Cuando
llegas a su lado ella te mira y te sonríe, y tienes una extraña sensación,
es como si todo el mundo te estuviera esperando, el perro, la mujer., y te
sientes desconcertado.
Te sientas a su lado y ella empieza a hablarte, y sientes como sus palabras
van entrando dentro de ti, en lo más profundo de tu interior.
"No te sientas desconcertado porque soy una antigua compañera. Mírame a los
ojos y podrás reconocerme. Estoy dentro de ti, dentro y fuera de ti, y
aunque no siempre soy bien recibida, la realidad es que todos, primero o
después tenéis que encontraros conmigo.
Yo soy la que te impulsa a descubrir nuevos espacios, nuevas culturas,
nuevas formas de vida.
Yo soy la que muestra que lo que realmente cada uno desea es conocerse,
conocer su espacio interno, explorar nuevas posibilidades, descubrir que
puede hacer cosas que hasta ese momento nunca antes había hecho, porque el
hombre es, por naturaleza, un aventurero, un soñador, un creador.
Pero para poder lanzarse al misterioso mundo interno hay que escuchar la
necesidad, hay que no tapar esa voz que está dentro de cada uno y que le
impulsa a entrar en lo desconocido, a abrir nuevas puertas, a explorar
nuevos espacios.
Yo soy la Necesidad y estoy viva dentro de todas las personas, aunque muy
pocas son capaces de aguantar la tensión que mi presencia implica, por eso
tratan de tapar e ignorar mi presencia, buscan sucedáneos con los que
adormecer mi voz, sin comprender que yo vivo dentro y nunca me podrán
olvidar.
Sí, empiezas a comprender, llevas tiempo llamándome, pidiendo una respuesta,
pero debes comprender que las respuestas no llegan, sino que se encuentran y
se encuentran tras el movimiento, tras la búsqueda, tras el esfuerzo.
Sólo tienes que aprender a buscar. Busca en movimiento, experimenta sin
miedo al fracaso, sin la obligación de ser perfecto, de hacerlo todo bien.
Siéntete libre, porque eres libre, siente que no hay nada escrito,
preestablecido, que todo está en movimiento, en cambio, en transformación.
Comprende que eres un eterno alumno de la vida, y que tienes mucho que
aprender.
No tapes tú necesidad, no dejes que otros con sus circunstancias y sus
miedos, con sus limitaciones y convencionalismos, ahoguen mi voz, tu voz, la
voz de la necesidad.
Lo que realmente mueve la vida de un hombre es la necesidad". ∆ |