De camino a la Montaña Palentina y Fuentes Carrionas la primera población que nos encontramos es Guardo, cabecera comarcal del Alto Carrión. Hemos llegado temprano a la villa, acompañados por el sol matinal y una luz cálida que ilumina las hojas de los árboles, las montañas cercanas, los prados verdes en los valles. Es todavía muy pronto para abrir los comercios en Guardo y el cuerpo pide un café caliente o un desayuno rico, para despejarnos. En cualquier local que elijamos tenemos hay que destacar la atención que brindan al cliente. Aquí están acostumbrados al paso de viajeros y demás turistas que vienen a conocer la Montaña Palentina. De hecho este es un punto de referencia para acceder al Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre. También lo es para los montañeros que vienen a subir montañas como El Espigüete, El Curavacas, Pico Murcia o Peña Mayor, algunas de las cuales rondan los 2.500 metros de altitud. Según pasa la mañana nos animamos a realizar alguna ruta de naturaleza por los alrededores. Desde Guardo se pueden trazar excursiones e iniciar la Senda de Los Campos de la Peña, o partir hacia el Monte de Corcos donde se sitúa uno de los mejores bosques de robles de la zona. Otra opción es llegar hasta el Valle de San Quirce o el Alto de Torales al que se asciende por senderos, a pie y en bicicleta. Y si hemos traído los aperos necesarios, las aguas del joven Carrión que surcan el valle son un excelente reclamo para la pesca.
Todas estas ofertas en la villa se completan con una serie de propuestas culturales, turísticas y de ocio que nos interesa conocer. Entre las visitas más interesantes del Patrimonio Artístico destaca la pila bautismal románica que guarda la iglesia de San Juan Bautista del siglo XVI. En Guardo podemos observar notables obras de ingeniería, como el puente de piedra medieval que cruza el río Carrión. Pero la época de mayor esplendor para la villa fue el siglo XVIII, cuando se realizaron los edificios más emblemáticos. De aquellos años data la Casa Grande un hermoso palacio del que sólo se conserva su gran fachada de estilo barroco. ∆

El Sueño de Buda está en la brecha desde que sacó su primer CD, Hablándote a la cara, el verano pasado. Este grupo de Guardo que se formó hace más de cuatro años, tiene dos maquetas grabadas y ha participado en concursos y eventos musicales importantes. Su estilo pop-rock tiene futuro.

José Carlos Pablos, batería de El Sueño de Buda, nos habla del grupo y sus impresiones sobre el panorama musical.
-¿Qué ha supuesto para vuestra trayectoria sacar este primer CD?
-Ha sido una experiencia mejor de lo que esperábamos, porque el disco ha tenido bastante aceptación. Lo hemos puesto a la venta en diferentes puntos de la provincia y lo llevamos siempre con nosotros. La verdad es que la gente ha respondido muy bien porque es una música que gusta. Nuestras canciones tratan sobre la vida, el amor y algunas también son reivindicativas. Por ejemplo, tenemos un tema en ese disco que se llama 11M que es de protesta y repulsa contra el terrorismo.

El Sueño de Buda lo forman:  Daniel González (voz solista), David Rebanal (bajo eléctrico y coros), Maykel Hompanera (guitarras y coros) y José Carlos Pablos (batería y coros).

A pocos kilómetros de Guardo, el municipio de Velilla nos aproxima aun más a un espacio protegido que destaca por su calidad medioambiental. En medio de este paraje nuestros pulmones se llenan de aire limpio y puro, el mismo que surca el valle y las laderas, que se cuela entre las montañas y las ramas de los bosques. Llega con un suave aroma a flores de primavera, hierba mojada y plantas medicinales. El olor a manzanilla, té y tomillo impregna el ambiente de este espacio natural donde habitan las especies florales más representativas de la Montaña Palentina. Para aquellos que deseen disfrutar del paisaje aconsejamos elegir alguna de las muchas rutas de senderismo que posee y tomarse con calma la marcha. Si cogemos como punto de partida los pueblos de Velilla, nos salen al paso tantos caminos que resulta difícil escoger uno de ellos. El Hayedo de Otero es uno de esos lugares que despiertan el interés por la ecología, al cual se llega por un desvío a la izquierda en la carretera de Valcobero. El recorrido que empieza en la cola del pantano de Compuerto es sencillo y se puede realizar en todas las épocas del año. En este bosque además de hayas se pueden distinguir acebos, avellanos, robles, abedules, mostajos y otros árboles. Y si permanecemos en silencio puede que nos sorprenda ver ardillas, arrendajos, palomas torcaces o algún pico, pues son los animales que más abundan. En el otro extremo del municipio y cerca de las montañas más altas se encuentra Cardaño de Abajo, el pueblo que sirve de campo base antes de subir al Espigüete. Esta es una cumbre mítica para los montañeros más experimentados que pueden elegir entre varias ascensiones para alcanzar de 2.450 metros de altura. Si la subida nos parece demasiado fuerte, en los alrededores también podemos recorrer el valle del Río Chico y llegar hasta la Cascada de Mazobre, donde apetece un buen chapuzón en días de calor estival. Desde aquí se sube también a Pico Murcia, aunque la vertiente más conocida es desde Cardaño de Arriba. En este pueblo parte una senda que discurre paralela al arroyo de Valcabe, antes de llegar a la falda y después a la cumbre a 2.341 metros de altitud. Desde arriba la vista es espectacular, con la cara norte del Espigüete en primer plano y varias cordilleras montañosas en el horizonte. Hemos comprobado que como destino turístico Velilla ofrece riqueza de paisajes, cumbres hermosas y unos pueblos entrañables, de vieja historia y aspecto rural.∆