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MAYO 2006
Oscuro. Hace tiempo que los cosmólogos no dudan en
definir así a nuestro universo. Y es que cada vez son más los datos que
confirman que la energía oscura y la materia oscura son sus principales
componentes. Las últimas conclusiones que profundizan en ello las ha
proporcionado recientemente un satélite de la NASA.
Texto: J. M. López
S e sabe que
existen, pero no se sabe lo que son. Hay consenso al reconocer su enorme
influencia, pero jamás se han podido detectar. Energía y materia oscura
parece que lo invaden todo, pero nadie sabe de qué están hechos.
Todo empezó hace unos años con las observaciones del movimiento de
algunas galaxias y de la luz que pasaba próxima a ellas, que no seguían
las reglas que predecía la teoría de Einstein. Luego vendría la sorpresa
de ver cómo las galaxias lejanas se distanciaban de nosotros a una
velocidad muy superior a la que también predecía dicha teoría. La
explicación más aceptada desde entonces a estas irregularidades, es que
nuestro universo está compuesto además de por la materia ordinaria que
conocemos, por un tipo de materia a la que se ha denominado "materia
oscura" que supondría el 22% de la composición total del universo. Se
sabe que no emite luz y que casi no interactúa con la materia ordinaria,
pero que ejerce una gran fuerza de gravedad. Asimismo se cree que
también tiene que existir un nuevo tipo de fuerza conocida como "energía
oscura" -un 74% del cosmos- responsable de la aceleración que sufre
actualmente la expansión del universo. Estas ideas, concebidas ya hace
tiempo, han sido confirmadas por numerosas observaciones. Las últimas
las ha llevado a cabo el satélite de la NASA Wmap, cuyos resultados se
han presentado el pasado mes de marzo. La existencia de la materia y la
energía oscuras explican también uno de los fenómenos más increíbles que
le sucedieron a nuestro universo en su etapa inicial, la inflación
cósmica. Ésta hace referencia al desmesurado crecimiento que tuvo el
universo tras su explosión inicial, ya que en un instante pasó de ocupar
un espacio mínimo a tener una escala astronómica.
Que nuestro universo conocido -galaxias, estrellas, nuestro Sistema
Solar e incluso la Tierra- pertenezca tan sólo a ese pequeño 4% de la
materia ordinaria del universo, aviva todavía más la curiosidad por
nuestro cielo. La "naturaleza oscura" supone en la actualidad un nuevo
universo por descubrir, un nuevo reto para nuestra mente. ∆ |
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