MAYO 2006
Y
dale con el sexo
|
Si
la santidad es lo que ellos nos pintan, creo que debemos agradecer
eternamente a la serpiente habernos privado de semejante estado
catatónico, que es lo más alejado a la idea de un Dios activo,
innovador, transformador y en constante movimiento. |
Los tocagaitas incombustibles
representados por la Conferencia Episcopal vuelven a la carga con el tema
del sexo y del pecado.
Es evidente que necesitan alguna "cruzada" que echarse a la espalda para
sentirse útiles, a su manera, claro.
Ahora que se apagó un poco el eco de aquellas jornadas rebosantes de
patriotismo y defensa de los valores tradicionales de la sociedad española,
motivos por los cuales, y en un acto supremo de valentía, decidieron sus
señorías abandonar sus retiros espirituales, sus humildes celdas, y lanzarse
a las calles como simples mortales para realizar exorcismos urbanos, pues
ahora vuelven a la carga con el asunto que más les preocupó siempre, incluso
que más les mortificó, hasta el punto que se coló entre sus filas anidando
en sus seminarios, en sus sacristías, debajo de sus sotanas, y no digamos en
los misteriosos recovecos del Vaticano.
Me refiero al sexo, esa plaga que proviene de los más retorcidos sentidos de
Satanás y que hace estragos entre los puros habitantes de este Planeta, algo
que la Iglesia convirtió en cruzada eterna. Amén.
Por eso, la Conferencia Episcopal ve "a una España sumida en un exasperado
pansexualismo". Toma ya.
Casi es más difícil decirlo que conseguir mojar.
Dicen también que... "en España existe un ámbito cultural que se declara
postcristiano y se propone vivir como si Dios no existiera". Eso dicen
ellos.
Y yo les preguntaría si no están confundiendo un pelín las cosas, porque el
hecho de que exista una profunda y creciente separación de la monolítica y
trasnochada actitud de la Iglesia, sobre todo por parte de los jóvenes, no
quiere decir que el personal quiera vivir como si Dios no existiera, más
bien lo que el personal quiere es conectar, descubrir, interpretar,
identificarse con un Dios más cercano, menos autoritario y despótico, más
comprensivo y realista, porque seguro que cualquier joven que tuviera la
oportunidad de hacerle una pregunta directa y personal a Dios, le diría...
"si no quieres que use el "pito"... ¿para qué me creaste con él? Y de paso,
aprovechando la ocasión única, le diría... "¿Por qué no suprimimos
intermediarios y nos comunicamos directamente? Creo que sería bastante más
útil para los dos".
Pero la Iglesia, erre que erre en defender a capa y espada su condición de
intermediario, en realidad defiende su absurda supervivencia, vuelve a la
carga también con el hecho de que "la humanidad está marcada por el pecado
original, y por ello todos los hombres nacen privados de la santidad y de la
justicia original".
Hombre, si la santidad es lo que ellos nos pintan, creo que debemos
agradecer eternamente a la serpiente habernos privado de semejante estado
catatónico, que es lo más alejado a la idea de un Dios activo, innovador,
transformador y en constante movimiento, que es lo que Jesús nos mostró de
su Padre.
Además, es evidente que la Iglesia necesita santos, y si no que se repase el
currículum del papa anterior, lo que quiere decir que la palabra "santo" es
patrimonio de la Iglesia, y a mayor número mayor patrimonio, lo que equivale
a más entradas de divisas y a más seres humanos idiotizados pidiendo favores
a estatuas de madera sin vida y con cara de sufrimiento. No me extraña.
Conclusión, no me interesa ser santo. Prefiero vivir utilizando todos los
atributos que Dios me dio, aprendiendo día a día a usar correctamente mi
libertad, respetando a los demás y buscando a Dios en mi interior, que es
donde realmente está, no en lujosos edificios regentados por hipócritas
fariseos.
Señores obispos y demás adeptos del Papa oscuro: Su "dios" ya no tiene
poder. No pueden evitar que los hombres busquen al verdadero Dios, al que
Jesús llamaba Padre.
Su tiempo se termina. Reflexionen./ MC |