Revista Fusión

 Subscripción RSS

FUSION también eres tú,  por eso nos interesan tus opiniones,  tus reflexiones y tu colaboración  para construir un  mundo mejor

Recibe nuestras noticias en tu correo

 


 

El Ventano

Antes los militares no eran cosa de tomar a broma, pero con la profesionalización y estas campañas publicitarias tan innovadoras, lo mismo te da ver el anuncio de las Fuerzas Armadas, que el de los pañales Dodotis o el maíz de lata. Y eso no está bien, yo creo: aún hay clases.

MARZO 2006

ventano.jpg (13663 bytes)
TOMA CAMBIO
POR ELENA F. VISPO

El otro día estaba viendo el Telediario de TVE, cuando me plantan el anuncio de las Fuerzas Armadas, ése tan bonito y tan moderno que habla de "el cambio que tú quieres" y te anima a enrolarte para arreglar el mundo a ritmo de rock latino. El anuncio no es nuevo, lo que sí fue nuevo para mí es que de repente dicen: "Fuerzas Armadas te ofrece los deportes", y entonces descubro que me cuentan las novedades de la liga gracias al glorioso ejército español.
Antes los militares no eran cosa de tomar a broma, pero con la profesionalización y estas campañas publicitarias tan innovadoras, lo mismo te da ver el anuncio de las Fuerzas Armadas, que el de los pañales Dodotis o el maíz de lata. Y eso no está bien, yo creo: aún hay clases. Un respeto.
Así que me fui a la página web de las Fuerzas Armadas, soldados.com, a ver si encontraba algún resto de esa élite profesional que se va a pacificar el planeta al grito de "Todo por la patria". Y lo que ha cambiado el cuento, mira tú. Lo primero que me encuentro es "Misión de paz: el juego". Un juego de estrategia en el cual tú tienes que defender la zona que te han mandado a pacificar, proporcionando a la población unos niveles aceptables de seguridad y bienestar. Me puse a jugar, claro. Primero intenté registrarme con el nombre de Blanquita, pero no me dejaron. Luego probé Rambo, pero tampoco. Y como ya no me atrevía a poner Bin Laden, no sea que a la media hora los tuviese en la puerta de casa cantándome las cuarenta, opté por empezar la partida anónimamente.
Está bien, el juego. Aunque yo me puse a ello sin leer las instrucciones, así que en menos de un minuto me habían dinamitado el aeropuerto y sitiado el depósito de agua, mientras yo averiguaba cómo enviar un tanque cargado de Tedax a desactivar un campo de minas. Anda que la población civil debió de quedar contenta conmigo.
Viendo el éxito, me puse a investigar más a fondo, ya que como si te alistas te prometen formación, a lo mejor me dan una play station de regalo de bienvenida.
De repente me salta una ventana: "La Legión: acción veinticuatro horas. Forma parte de la leyenda". Lo pongo entre comillas para que quede claro que es literal, y que no me lo estoy inventando. Total: una web con música disco machacona y una presentación que ríete tú de los marines. Me entero, en mi ignorancia, de que hay una cosa que se llama Credo Legionario, que debe de ser algo que recitan los chavales y que te ponen de vez en cuando mezclado con la música. Claro que no entiendo ni palabra: ¿tanta formación especializada y no les ponen un curso de vocalización? Y lo que no tiene desperdicio es la historia de la Legión contada por ellos mismos. Una retahíla de hazañas épicas a las órdenes del general Franco, con momentos tan fascinantes como la "pacificación" de Marruecos o, ya más en casa, de Asturias. A mí es que esas dos historias me las habían contado de forma distinta pero oye, lo que diga la Legión va a misa. Lo que me llamó la atención, eso sí, es que la cabra no salía por ninguna parte.
Pero, volviendo a soldados.com, me pongo a ver entrevistas a chavales que cantan las alabanzas de nuestro ejército. Antonio, que está de cocinero en el Buque Castilla, explica amablemente la receta de las lentejas, cosa que agradezco porque a mí nunca me han salido bien. De paso, recomienda una visita a Santo Domingo: unas playas preciosas y una gente majísima. Es que con el barco ha estado en Lisboa, Italia, Turquía, República Dominicana, Puerto Rico... Ese buque debe de ser como el de Vacaciones en el Mar, con tanto buen rollo, comidas deliciosas y visitas por sitios exóticos.
Luego Sergio, Cabo de la Legión, Unidad de Inteligencia, nos cuenta que estuvo en Kosovo (atención a las comillas otra vez): "¿Era peligroso? No, porque no pasó nada. Pero se oían los morteros a menos de dos kilómetros, helicópteros pasando... era como Vietnam". Menos mal que luego explica lo que debe de ser la versión resumida del Credo Legionario: "Voy a cualquier sitio y arrastro con lo que haga falta".
Otro va y compara la Infantería de Marina con los Navy Seals; otra dice que gracias a las Fuerzas Armadas ha estado en Nueva York, y otro que como está en el ejército le han dado la financiación para comprarse un coche.
He dejado de ver los vídeos porque me estaban entrando unas ganas locas de apuntarme, y además lo podía hacer así, en caliente, on line. Pero está bien saber que lo que yo pensaba que eran unos tipos armados hasta los dientes son en realidad unos corderitos mansos, y que alistarse es como apuntarse a un campamento de verano pero mejor: viajas, aprendes cosas, practicas actividades al aire libre, haces amiguitos... y encima te pagan. Esto te reconcilia con el ejército, yo creo.
Aunque a mí, mientras me sigan ofreciendo los deportes, ya me va bien. ∆

   

   
INDICE:   Editorial Nacional, Internacional, Entrevistas, Reportajes, Actualidad
SERVICIOS:   Suscríbete, Suscripción RSS
ESCRÍBENOS:   Publicidad, Contacta con nosotros
CONOCE FUSION:   Qué es FUSION, Han pasado por FUSION, Quince años de andadura

 
Revista Fusión.
I  Aviso Legal  I  Política de privacidad 
Última revisión: abril 07, 2011. 
FA