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FOTO:©IDM
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MARZO 2006
Antonio Brú
- FISICO Y MATEMATICO -
Hace trece años, este Doctor en Física y profesor de Matemáticas en
la Universidad Complutense de Madrid comenzó a analizar el cáncer desde
otro punto de vista al empleado hasta el momento. Encontró una fórmula
matemática que describía el crecimiento de los tumores, abriendo la
puerta a nuevos y diferentes tratamientos que consisten en reforzar el
sistema inmunológico en lugar de destruirlo, como hacen las
quimioterapias y radioterapias. Trató a dos pacientes terminales con
éxito, consiguiendo su curación, y miles de enfermos esperan ahora que
continúen los ensayos.
Texto: Marta Iglesias
OTRA MIRADA AL CANCER
-¿Qué tiene que ver el desarrollo del cáncer con la
matemática y la física, que son tus especialidades? ¿Qué pauta
matemática sigue un tumor para su crecimiento?
-La física y la matemática sirven para describir ante todo procesos
naturales. Por definición, la física es la descripción matemática de la
naturaleza, de modo que los físicos hemos descrito cantidad de sistemas
-muchos de ellos muy complejos- para los cuales se logra dar una
ecuación que describe su patrón de crecimiento. Así hace ya trece años
intenté ver si el crecimiento de un tumor seguía algún tipo de patrón
matemático. Observando cómo evolucionaba el borde de un tumor, apliqué
unas herramientas físicas que entonces eran bastante nuevas y deduje una
fórmula. En 1998 publicamos la primera ecuación de crecimiento tumoral
en la mejor revista del mundo de física, obtuvimos la mención del
Instituto Americano de Física y se hicieron eco revistas como The Lancet,
una de las mejores de medicina.
-¿Por qué crees que has acertado donde otros han
fallado? ¿Cómo crece el cáncer?
-Donde hemos acertado es en caracterizar el crecimiento tumoral y se
debe a que hemos empleado un punto de vista distinto. Yo no digo que
nosotros hemos acertado y otros han fallado, sino que hemos hecho algo
que la gente está intentando desde otro camino totalmente distinto. Por
explicarlo muy simplemente, un tumor está compuesto por un conjunto de
células, y lo que se estaba haciendo era ver el comportamiento del tumor
a partir de cómo funcionaban las células. Nosotros hemos actuado justo
al revés: viendo cómo crecía todo el tumor hemos intentado inferir como
se comportan las células. De la globalidad a la parte. Simplemente hemos
ido describiendo exactamente aquello que estaba ocurriendo, hemos
aplicado otras herramientas desde otro punto de vista y hemos obtenido
unas conclusiones distintas que se han visto ratificadas posteriormente
tanto experimentalmente en el laboratorio como en investigación animal.
-Una curiosidad: ¿Se asemeja su teoría del
crecimiento de tumores sólidos a algún movimiento que ya existe en la
naturaleza, como un patrón que se repite?
-Sí. Se ha visto en otro tipo de procesos físicos en la naturaleza,
como es el crecimiento epitaxial de semiconductores o cristales. Los
mecanismos básicos son similares, pero están motivados por fenómenos
distintos.
"No existe ningún laboratorio farmacéutico
interesado en esta terapia porque es mucho más barata que otras y los
efectos secundarios son mínimos"
-Su teoría lleva a pensar que quizás la naturaleza es
matemática pura, figuras geométricas, fórmulas científicas que muchas
veces desconocemos...
-Desde antes de Aristóteles, la naturaleza se ha descrito empleando
las matemáticas. Esta es tal vez la herramienta de caracterización más
potente que existe porque te permite no solamente describir lo que estás
viendo sino poder predecir. Muchísimos procesos de la naturaleza a día
de hoy se pueden describir matemáticamente. Y lo que es más curioso es
que se pueden describir con unas matemáticas relativamente sencillas.
Entonces se ve que en efecto existen pautas de comportamiento comunes en
muchas partes de la naturaleza, en muchos sistemas de la naturaleza.
-Con su teoría rompe muchos tópicos que había hasta
hoy con el cáncer, ¿quién se puede sentir atacado con ello?
-Realmente nadie que se guíe por el raciocinio o el afán de
entender. Ante el conocimiento no se puede sentir nadie en su sano
juicio, herido. Pero sí es cierto que cada vez que ha habido un cambio
de mentalidad ha habido un rechazo muy fuerte. Y como ejemplo a mí me
gustaría poner el de los premios Nóbel de este año: durante mucho tiempo
se pensaba que las úlceras de estómago eran generadas por sustancias que
las producían, que provenían de la dieta. Cuando ellos dijeron que las
úlceras las produce la bacteria Helicobacter Pylori se les echaron
encima. Les quitaron el pellejo a tiras hasta tal punto que el premio
Nóbel se tuvo que tomar la bacteria y posteriormente curársela,
erradicársela, con antibióticos. Y eso es una cosa que siempre ha
ocurrido porque hay una parte de la población bastante reacia a cambiar
cualquier tipo de mentalidad, cualquier idea.
-Veamos uno de los tópicos rotos: "Las células
tumorales buscan el espacio, por encima de los nutrientes. Se establece
una competición por conseguir espacio entre el tumor y el organismo.
(...) el tumor en cuanto lo cercas y lo dejas sin espacio, termina
muriendo como consecuencia de su propia actividad". ¿Qué dimensión tiene
este descubrimiento?
-Ese es uno de los resultados fundamentales de nuestra investigación
y además auténticamente novedoso, porque hemos sido los primeros que
hemos planteado y descrito así el tema de la competencia entre el tumor
y el organismo. Hasta ahora se pensaba que las células buscaban por
encima de cualquier otra cosa nutrientes, lo cual ha hecho que mucha
parte de la clínica haya ido a intentar eliminar ese aporte de
nutrientes. Pero en los últimos años estas terapias -las terapias
antiangiogénicas-, han fracasado rotundamente, es decir, que el tumor
estaba buscando otras cosas y podía resistir perfectamente la acción de
esas terapias que le reducen los nutrientes. Si se confirma la teoría,
el cambiar la búsqueda de los nutrientes por la búsqueda de espacio
cambia absolutamente el cómo se deben diseñar las propuestas
terapéuticas.
-¿Cómo dejar al tumor sin espacio?
-Una vez que comprobamos que el tumor buscaba el espacio -porque el
término fundamental que había en la ecuación nos decía que las células
del borde del tumor seguían un determinado movimiento-, nos pusimos a
buscar qué tipo de célula era la que podía comprimir, empaquetar el
tumor y anular a su vez ese mecanismo. Estuve estudiando todas las
terapias que había, intentando interpretarlas desde la nueva visión de
la búsqueda de espacio. Y vi que siempre que se podía hablar de éxito
tumoral parcial, había un elemento común que era un tipo de glóbulo
blanco llamado neutrófilo. Ellos cumplían las características idóneas
para anular ese mecanismo que nosotros habíamos visto. Empezamos a ver
cuál era su papel y comprobamos que en efecto si generábamos un número
de neutrófilos suficientemente abundante, el organismo los enviaba
alrededor del tumor y se conseguía una inflamación peritumoral que de
alguna manera empaquetaba el tumor. De esa manera el tumor no podía
continuar adquiriendo nuevo espacio y las células pasaban de lo que se
llama un estado proliferativo a un estado quiescente, es decir, que no
continúan duplicándose. Y al cabo de estar en estado quiescente pasan a
un estado necrótico.
-¿No resulta curioso que entre los humanos el motivo
de las guerras sea mayoritariamente una lucha por conseguir más espacio,
al igual que las células cancerígenas?
-Indudablemente es una competición por espacio. Muchas veces cuando
no dejan extenderse a una población termina desapareciendo. En cierto
modo, eso podía ser un símil que podría trasladarse a las ciencias
sociales. Así se ve que hay patrones parecidos en la naturaleza, aunque
no siguen los mismos mecanismos, ni estos están inducidos por los mismos
factores. Pero el tipo de comportamiento sí se ve del mismo modo.
-Perteneces al grupo de científicos que considera que
el organismo reacciona ante los tumores, mientras otros afirman que no.
¿Es esta una lección de la sabiduría de nuestro cuerpo?
-Nosotros hemos visto y demostrado clínica y experimentalmente que
el organismo no ataca a un tumor cuando no tiene suficiente capacidad en
la respuesta, pero siempre lo reconoce y siempre intenta responder. El
organismo continuamente se está defendiendo de bacterias, virus,
hongos... y normalmente nosotros ni nos enteramos, pero puede haber un
momento que por estar con las defensas más bajas, ante un ataque de esos
no nos podemos defender y entonces es lo que nos crea una infección.
Pues del mismo modo, ante la presencia de un tumor. Probablemente todos
tengamos varios procesos tumorales a lo largo de nuestra vida, pero
nuestro organismo rápidamente los elimina. Por esta razón nosotros
dijimos: ¿y si restablecemos la capacidad de potencia del organismo, la
multiplicamos por diez y dejamos que él responda? Entonces vimos en
experimentación animal, que efectivamente reconocía el tumor, respondía
contra él y además lo hacía de una manera eficaz. Indudablemente pienso
que el cuerpo humano es una de las maravillas de la naturaleza. Ella es
mucho más inteligente que los hombres, por mucho que creamos lo
contrario y tiene sus propios mecanismos de defensa, de corrección ante
algún comportamiento desviado.
"Hemos demostrado clínicamente que el
organismo no ataca a un tumor cuando tiene debilitado el
sistema inmunológico. Pero siempre lo reconoce e intenta
responder" |
-Ese medicamento que utilizáis -el G-CSF- está
aprobado y se utiliza normalmente tras las quimioterapias. A vosotros os
han puesto problemas para usarlo en dosis distintas a las que comúnmente
se emplean, mientras que sí se permite emplear otros fármacos que tienen
fuertes efectos secundarios. ¿Por qué tantas dificultades?
-Indudablemente razón ética, científica, clínica o humanitaria, no
hay ninguna. Nosotros hemos encontrado un rechazo del colectivo
oncológico español porque nuestros intereses son distintos. Sin embargo
en el cuerpo de médicos cada vez tenemos más interesados, que defienden
una posición como la nuestra, que no afirmamos nada definitivamente sino
que creemos que ésta es una línea de investigación cuando menos muy
esperanzadora.
-¿Qué base científica tienen las críticas que has
recibido por parte del colectivo oncológico?
-No me han hecho absolutamente ninguna crítica científica o clínica,
que la podían haber hecho, fuera verdad o mentira. Yo creo que es muy
importante decir que el medicamento que nosotros estamos probando es
mucho menos peligroso y tiene muchos menos efectos secundarios que
cualquiera de las quimioterapias experimentales que se están ensayando.
Muchas de las que se están utilizando para determinados tipos de cáncer
tienen simplemente un efecto paliativo, es decir, en ningún momento
consideran el curar un determinado cáncer, el poder eliminar un tumor.
Mientras que con nuestra terapia, por lo menos hasta que se demuestre lo
contrario, sí existe esa posibilidad con muchos menos efectos
secundarios. Pero uno de los problemas que nosotros tenemos es que
realmente no existe ningún laboratorio farmacéutico que esté interesado
en desarrollar un tipo de terapia de este estilo. Ten en cuenta que esta
terapia es mucho más barata que muchas otras, los efectos secundarios
que produce son mínimos, con lo cual el gasto en medicamentos paliativos
a los efectos de la propia terapia son mínimos, a diferencia de la
mayoría de las quimioterapias. Yo me pregunto si esos que me atacan
conocen realmente los efectos secundarios de las quimioterapias.
Demuestran un gran desconocimiento clínico y científico que a mí me
preocupa mucho. El medicamento que utilizamos está autorizado y
registrado, pero nos obligan a comprobarlo porque lo empleamos en dosis
mayores. Aún así, creemos que produce unos efectos secundarios mínimos.
En mi página web de la Universidad Complutense(*) doy una réplica a un
artículo publicado en un medio de comunicación en el que demuestro que
el Sr. Carrato, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica,
en su ataque irracional y desmesurado contra mí está empleando una serie
de argumentos que no tienen ninguna base científica ni clínica.
-Por otro lado es fundamental el apoyo que está
recibiendo desde la Universidad Complutense de Madrid...
-Indudablemente de la Universidad recibo un apoyo total, hasta tal
punto que este es un proyecto institucional de la Universidad
Complutense, no de la facultad. Y el apoyo institucional lo encuentro al
cien por cien desde el principio, a pesar de las dificultades que se han
tenido. Indudablemente esto te protege y abre la puerta a muchos otros
apoyos que estamos teniendo y que van a respaldar mucho el normal
desarrollo de la investigación. ∆
(*)http:/
www.mat.ucm.es
/~abruespi |
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