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JUNIO 2006

Ventana Nacional
NACIONAL
La reforma laboral

Antonio Ferrer
Foto: UGT
"Si de este proceso no se deriva una mayor inversión, evidentemente la calidad del empleo seguirá siendo mala, por mucho que escribamos en el Estatuto"

Finalmente la mesa tripartita formada por gobierno, sindicatos y patronal alcanzó un acuerdo para mejorar el mercado laboral. Uno de sus puntos fuertes es la lucha contra la temporalidad desde diversos frentes, pero muchos querían mayores compromisos. Antonio Ferrer, Secretario de Acción Sindical de UGT, desvela en qué consiste la 'reforma' y qué echa de menos en ella.

-¿Por qué era necesaria esta reforma? ¿Qué aspectos concretos toca?
-El acuerdo que se ha producido a través del diálogo social en la mesa de mercado de trabajo era un compromiso que se estableció en la Declaración del 8 de julio de 2004, para dar respuesta a los problemas del mercado laboral español, una preocupación que entonces compartíamos la patronal, los sindicatos y el gobierno. Esos problemas son la temporalidad del empleo y la mala calidad del mismo, temas que afectan más a las mujeres y a los jóvenes. Junto con estas dos ideas centrales estaba el dar respuesta a nuevas realidades que se producen en el ámbito empresarial, que son las llamadas contratas y subcontratas. También había aspectos que nos comprometíamos a abordar como el desarrollo de la ley de empleo, el fortalecimiento de los servicios públicos de empleo, el análisis de las políticas activas y la búsqueda de una mayor eficacia en ellas, el reforzamiento de la inspección de trabajo dentro del compromiso de revitalizar las instituciones laborales... Como verás nosotros no utilizamos el término 'reforma laboral' porque éste no es un proceso de reforma clásica; hay tantos temas sobre la mesa que esto no se soluciona adoptando una medida, sino que hay que hacer una actuación más amplia y poliédrica. En lugar de reforma le llamamos 'acuerdo del diálogo social'.

-¿Qué medidas concretas rebajarán la elevada temporalidad del mercado laboral, que alcanza en nuestro país más del 30% de los contratos?
-Efectivamente la realidad dice que hay más de cinco millones de trabajadores temporales, triplicando la media europea. Para disminuir esa cifra se contemplan tres tipos de medidas en el acuerdo: de reforma legal, medidas de políticas de estímulo mediante las bonificaciones, y medidas de control ante la utilización inadecuada o abusiva en ese terreno. Como elemento fundamental se introduce el elemento novedoso del límite a los encadenamientos. Es decir, que hay en el acuerdo y se trasladará al Estatuto de los Trabajadores -por lo tanto tendrá fuerza legal- el que en este país dentro de un periodo de treinta meses, ningún trabajador que haya enlazado más de dos contratos durante 24 meses pueda continuar siendo temporal. Es la gran apuesta, que se refuerza a su vez con el deber de negociar límites al encadenamiento en el mismo puesto de distintos trabajadores. También se establece un plan extraordinario, que da bonificaciones para la conversión de temporales a indefinidos hasta el 31 diciembre de este año. Luego desaparecerán las bonificaciones, con lo cual obliga a realizar la conversión en este año. Como tercer aspecto se fortalece, impulsa y potencia la contratación indefinida por la vía de las bonificaciones destinadas a la contratación inicial. Luego el tema de la temporalidad se refuerza con un tema que no existía hoy en día en la norma y que también se va a trasladar al Estatuto: una definición de cesión ilegal de trabajadores. Mediante esto se declararán ilegales todas las empresas que establecen contratos de servicios pero que no tienen estructura propia, ni organización, sino que lo único que hacen es una mera cesión de mano de obra. Por último todo ello se refuerza con el papel de la inspección y con las campañas específicas de control de fraude en la contratación, que se van a desarrollar.

-Para llegar a esta reforma laboral, ¿en qué tuvieron que ceder los sindicatos, perdiéndose esas medidas para los trabajadores?
-Cualquier proceso que no se enfoque contando con que quedarán cosas en el camino, realmente implica que no se quiere negociar. Dicho esto, añadiré que el mayor problema fue la falta de objetivo común. Mientras que en julio de 2004 el gobierno, la patronal y los sindicatos compartíamos el diagnóstico de que el problema era la mala calidad en el empleo de nuestro país, luego esto fue abandonado por parte de la CEOE. La patronal llegó al proceso de negociación planteando que los problemas no estaban en la temporalidad y la mala calidad, sino en una búsqueda de flexibilizar, de regular la contratación y el despido. Eso es lo que más dificultad ha generado. Los sindicatos vemos dos aspectos en los que se podría haber ido más lejos: el contrato de obra y servicio, que queríamos desvincular de su utilización de las contratas y subcontratas, y la definición y responsabilidades de las contratas y subcontratas. Estos son temas que la Patronal no quería que se abordaran, y nosotros no queríamos que se abordara el tema del despido. Al final se ha producido este acuerdo que tiene equilibrios de reciprocidad entre ambas partes.

-¿Qué valoración hace su sindicato del acuerdo?
-Nosotros creemos que tiene medidas útiles para avanzar en la calidad del empleo porque introduce mejoras en la protección de los trabajadores ante la falta de empleo; genera nuevos derechos para los representantes de los trabajadores en todo lo referente a contratas y subcontratas; genera nuevos ámbitos de participación de los interlocutores sociales como es la inspección de trabajo; refuerza el papel de instituciones laborales como son los servicios públicos de empleo, y traslada aspectos muy importantes sobre la exigencia del cumplimiento de las normas. Pero uno de los grandes objetivos del 'proceso de diálogo social' es el cambio de modelo productivo, ampliando las bases de crecimiento a sectores industriales, sectores de valor añadido... Por decírtelo claramente: si de este proceso no se deriva una mayor inversión tanto de los poderes públicos como de las empresas en tecnología, formación, innovación... evidentemente la calidad del empleo seguirá siendo mala, por mucho que escribamos en el Estatuto. ∆

   

   
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