Texto: Mariló Hidalgo
Fotos: ©Pedro Menéndez
-¿Qué aporta Ricardo Castella a Noche Hache?
-Creo que un punto de vista surrealista de la actualidad. Y un poco de
escepticismo. Me da la sensación de que todo es un poco igual en un lado y otro.
Vivimos una realidad desde dos hinchadas y prácticamente puedes utilizar lo
mismo para referirte a una que a otra. Todo el mundo responde a patrones. ¿Es
este el tipo de respuesta que esperabas?
-Estoy abierta a
todo. Me dejo sorprender...
-Haces bien, así saldrás menos defraudada... (risas). Aporto esa manera un
poco loca de ver las noticias, teniendo en cuenta que a veces son cosas tan
áridas como el Estatut o la tregua de ETA, cosas que no son para hacer mucha
broma. No obstante, nos atrevemos con todo.
-¿Tiene algo en
común Ricardo Castella persona con el personaje que vemos en la tele?
-Bastantes cosas porque en parte tiene mi sentido del humor. ¡Soy un poco
idiota! (ríe)... algo ya ventajoso para este tipo de trabajo. ¿No crees?
-¿Qué parte
elaboras tú y qué hace el equipo que tienes detrás?
-Tenemos un equipo de guionistas estupendo. Lo mejor del guión español.
Ellos me entregan una especie de pieza de artesanía, una pequeña catedral y yo
luego la "destrozo" y salgo... me hacen un pasillo y me dan "collejas". Cuando
subo arriba a saludar a los guionistas me miran de reojo como diciendo: "¡No, si
la intención era buena!". Hay bromas que las consigo hacer como vienen y otras
pues sale lo que se ve. ¡Es todo lo que te puedo contar!
-¿Qué aporta la
ironía a temas tan serios como la política y qué licencias te permite?
-Hombre, te permite relativizar, relajar tensiones porque si todo lo que
pasa te lo tomas en serio pues sería para subirte a una torre con una recortada
en la mano... Y eso como comprenderás, no es plan.
-¿De qué no te
reirías nunca?
-Del dolor de los demás. Hay temas de los que uno no se puede reír porque
hay personas que lo han pasado mal. Tuvimos un conflicto para ver cómo podíamos
abordar el tema del alto el fuego de ETA. Y vimos que era algo delicado porque
si han matado a tu hijo no estás para bromas ni después de dos años, ni después
de seis. Aunque en ocasiones no se trata tanto de reírse de algo como sí de
cambiar el enfoque. Eso también es humor.
-¿Es difícil hacer
un buen programa sin tener que recurrir al sensacionalismo?
-A nosotros no nos hace falta. Tenemos un tema que es la actualidad y eso en
nuestro país da mucho juego. Haría falta que nos quitasen el mundo para que no
encontrásemos temas de los que hablar.
-¿Qué político
destacarías como tal y a quién le aconsejarías que se dedicase a otra cosa?
-Me cansa un poco la gente que repite consignas. Aquí no te digo nombres
porque hay una lista importante de gente que jamás se saldría de lo que tiene
que decir. Luego están los políticos que tienden a meter la gamba y a decir
cosas que no son políticamente correctas. Ahí citaría a Gallardón, Guerra,
Joaquín Leguina, Piqué... Dicen cosas que no están dentro del guión de su
partido.
-¿Tenemos los
políticos que nos merecemos?
-Son los que elegimos entre lo que hay para elegir. Pero también sabemos que
si no nos gustan les podemos quitar cada poco. Alguna vez he pensado que si a
los políticos se les cambiase cada cuatro años -sí o sí-, no estarían
preocupados por su reelección y sin duda aprovecharían ese tiempo para hacer
cosas. Todo sería de otra manera.
-¿Cómo llevas eso
de ejercer de niño malo que hace las preguntas incómodas al entrevistado de
turno?
-Es gracioso, te miran como si fueses un inconsciente. Como diciendo
"¡pobrecillo!". Pues es una licencia muy buena, pero también te digo que todo
está muy medido. Tú no puedes llevar a alguien al programa, sentarlo en una
silla y en frío decirle: "Buenas, ¿qué pasa con esto?" Hay cosas que sí pueden
tener más intención pero también se juega con que si le das siete guarrazos a
alguien, habrá gente que no querrá venir al programa.
-¿Ha habido alguien
que no haya reaccionado bien ante vuestras provocaciones?
-En general los que han venido han encajado bien. También te digo que los
que han ido con el piloto automático de la consigna, da exactamente igual lo que
les preguntes. Creo que la gente entra razonablemente porque somos educados y
elegantes.
-¿Cómo es tu
relación con Eva Hache? ¿Cómo os lleváis el equipo?
-Hombre, su favorito es Quequé, todo hay que decirlo. Con él se ha pixelado
y conmigo no, pero no pasa nada. Se conocen desde hace más tiempo y yo tengo que
entender que si quiero ser su "favorito" me lo tengo que ganar. Quequé llega y
le pone muchos vídeos divertidos y yo en cambio le llevo a Pepe Blanco y Acebes.
¡No me jodas! ¡Es que así no hay manera! Quiero ser su favorito y ¿de qué le
hablo?... ¿del Estatut?... Habíamos trabajado antes en la Paramount Comedy y una
de las razones que más me empujaron a hacer este programa era que estaba ella.
Eva es una garantía. Oye..., ¿no estoy quedando como un pelota asqueroso? La
verdad es que disfrutamos con lo que hacemos.
-Dentro de la
ironía, qué palabra te sugiere lo que te voy a decir.
•Estatut: Exasperación.
•Rajoy: Opositor.
•Alianza de Civilizaciones: No me quiero poner caústico. Digamos... utopía.
•Ley de Igualdad: Tarde. Tenía que haber sido hace dos mil años.
•Evo Morales: Crudo. Creo que persigue la justicia social doscientos años tarde.
•Bush: Poderoso. Dice mi padre: "Da poder a una persona y empieza a conocerla".
•Tregua de ETA: Comienzo del principio.
•Zapatero: Presidente. Creo que será recordado por ello.
-¿Te gusta lo que
estás haciendo?
-Me encanta hablar contigo...(risas). Sí, me gusta lo que hago. Hombre por
pedir, estaría bien no hacer el programa los lunes. Tantos días a la semana
suponen mucho trabajo, especialmente para Eva. Para ella es muy duro. ∆ |