Para todos aquellos que nutren de
inocencia sus espíritus, en la esperanza de que jamás cambien, porque en
esa dulce virtud hallamos los demás la fuerza para poder seguir soñando. |
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FEBRERO 2006
DUETTO DE INOCENCIA
POR JOSE ROMERO SEGUIN
M amá, mamá ¿verdad que
el ascensor vuela como superman? Malditas bolsas me rompen las manos. Mamá,
¿verdad que los ascensores los inventó Dios? Y los precios, cómo están, en
el cielo, sales con un billete de cincuenta y vuelves con unas monedas.
Mamá, ¿los ascensores sueñan? Como un sueño de camino a convertirse en
pesadilla, así mismo los siento. Mamá, ¿por qué se llaman ascensor todos los
ascensores? Como no le suban por encima del convenio a Manuel las vamos a
pasar moradas. Mamá ¿los ascensores deberían tener forma de pájaro? Porque
lo que es a mí, no me suben ni un céntimo más, eso seguro, pedazo de cretino
el jefe. Mamá ¿de mayor puedo ser ascensor? Pero de todos modos por
intentarlo no va a ser. Mamá ¿la escalera le tiene manía al ascensor? Es lo
que queda. Mamá ¿el ascensor es vergonzoso?, se tapa la cara. Aunque da más
que rabia tener que mendigar lo que, ya no sólo por ley, sino por el más
elemental sentido de justicia social nos pertenece. Mamá ¿el ascensor se
puede volver loco? Pero qué coño es eso de la justicia social, quién la
conoce, un cachondeo, eso es lo que es. Mamá y ¿si el ascensor no se para en
el sexto y sigue y sigue hasta el infinito? A la calle deberíamos salir,
como antes, como siempre, pero ahora no hay lo que hay que tener. Mamá ¿al
cielo se sube en ascensor? Y mucha culpa tienen en esto los sindicatos que
se han vendido. Mamá, mamá, ¿el ascensor parece triste? Es triste, bien
triste, al fin y al cabo ellos eran el motor de la conciencia de clase. Mamá
¿por qué no llueve nunca en el ascensor? Claro que nunca llueve a gusto de
todos. Esos botones de ahí, son para viajar en el tiempo ¿verdad mamá?
Porque aún hay quien los defiende. Mamá ¿si pulso ése de la campana vienen
los bomberos?, y si toco ése que tiene dos puertas dibujadas ¿a dónde vamos?
Funcionarios deberíamos ser todos. Mamá ¿por qué nos vemos quietos en el
espejo si el ascensor se mueve? Pero todos no lo podemos ser, además, quién
carajo la vela iba a trabajar entonces. Mamá, mamá, ¿los ascensores son más
listos que papá? Manuel podía pedir un ascenso, lleva en la empresa más años
que la puerta de entrada, y nada, ahí sigue, de oficial de segunda. Mamá
¿verdad que este ascensor es nuestro? Pedir, pedir, como si fuera fácil, si
ya lo dice él y no sin razón, "pedir, lo que voy a tener que pedir es que no
me echen como a un perro". Mamá esa luz se enciende y se apaga, ¿estará
enfermo el ascensor? Lo cierto es que más vale pájaro en mano que ciento
volando. Mamá ¿es cierto que los ascensores también se mueren? Porque si lo
echan me muero. Mamá ¿por qué el ascensor no tiene escaleras? Pero ya está
bien, tanto miedo, y más miedo, y venga miedo, y estas jodidas bolsas
matándome las manos por culpa de la maldita prisa que se me ha metido en el
cuerpo, porque bien que podía posarlas en el suelo, pero como tengo prisa no
puedo, me parece que si lo hago voy a perder un mundo. Mamá ¿cuándo coge
vacaciones el ascensor? Pero la cuestión nos guste o no, es ésa, no perder
tiempo. Mamá la señora Braulia le tiene miedo al ascensor, además de rabia,
le llama maldito trasto asesino y se santigua al entrar en él. El tiempo, la
distancia, los pagos, la reangustia, que mal enjuagamos en una quincena de
días en Benidorm. Mamá ¿a que los ascensores no son un invento del demonio?
Esta vida está endemoniada. Mamá me parece que ya nos trajo. Por fin. Mamá
¿el ascensor no come? Ahora a hacer la comida a toda prisa. Mamá ¿te ayudo
con las bolsas? Debería hacerle más caso al niño. Mamá ¿te abro la puerta?
Mira hijo el ascensor es…Mamá ¿tú crees que me dará tiempo a ver los dibus?
Hijo te decía que el ascensor es sólo una…Mamá, mamá, ¿por qué tenemos que
ir a comprar todos los días? Para comer. ¿Y para qué comemos? Para trabajar.
¿Y para qué trabajamos mamá? Para comer hijo, para comer, y déjalo ya que me
vas a hacer llorar.Para todos aquellos que nutren de
inocencia sus espíritus, en la esperanza de que jamás cambien, porque en esa
dulce virtud hallamos los demás la fuerza para poder seguir soñando.
Para todos los que durante todo este tiempo me habéis regalado la
posibilidad de expresarme, habilitando un espacio de inocencia donde ser lo
que esta vida achicada de espacios ocupados me niega.
A todos los que me regaláis vuestro tiempo, atención y cariño.
Para todos mis mejores deseos y un fraternal abrazo. ∆ |