Revista Fusión

 Subscripción RSS

FUSION también eres tú,  por eso nos interesan tus opiniones,  tus reflexiones y tu colaboración  para construir un  mundo mejor

Recibe nuestras noticias en tu correo

 


 

El Ventano

Después de los telemaratones navideños en los que uno apadrina un niño, o compra una peonza, o da unos euritos para la crisis humanitaria de turno, vuelve la normalidad de la hipoteca y los pagos a fin de mes y se olvida del tema hasta el año que viene.

ENERO 2006

ventano.jpg (13663 bytes)
REBAJAS
POR ELENA F. VISPO

Por aquí andamos, con un frío del carajo, al menos en estos lares por los que yo me muevo, que parezco el muñeco de Michelín cuando salgo a la calle, de tanta ropa como llevo encima. Por aquí andamos, digo, sobreviviendo a las resacas navideñas y desparrames varios de turrones y comidas ricas, el que haya querido y podido permitírselo.
Y hete aquí que llega la segunda parte de esta tradición tan empalagosa que es la Navidad: la cuesta de enero, con sus correspondientes rebajas, en las que media España (o tres cuartos de España, no me sé la estadística, pero vamos, mucha gente) corre a gastarse lo poco que no se ha gastado en las fiestas a la caza del chollo en una tienda cualquiera.
Lo de las rebajas está bien, vaya por delante. Yo misma le tengo echado el ojo a unos zapatos, que me costarían precisamente eso, un ojo de la cara, si me los comprase a precio normal. Pero le tengo puesta una velita a San Francisco del Inmaculado Saldo para que no vuelen el primer día y pueda yo pillarlos a un precio razonable.
Por lo demás, no pienso gastarme un euro más de lo necesario. Sobre todo porque me agobia la cantidad de gente que pierde los papeles en estas fechas, que si me pongo bruta hasta echo de menos no ser yankee y poder llevar una pistola en el bolso (o, en su defecto, un bate de béisbol) para defenderme de las hordas de compradores compulsivos que acechan en cualquier esquina. Esas imágenes de la gente haciendo cola en la puerta del Corte Inglés para pillar primero el chollo no son ciencia ficción, aunque lo parecen. Una vez, hace muchos años, una buena mujer estuvo a punto de pegarme por unos pantalones vaqueros que ella había cogido por una pierna y yo, sin darme cuenta, por la otra (aunque juraría que yo los vi primero, señora). Lo solté inmediatamente, claro. De qué me voy a jugar la integridad física por ahorrarme mil pelas.
Porque en las rebajas recibes golpes. Eso está claro. Tengo un amigo que trabaja en una tienda de ropa y termina la temporada con moratones. Ya le he dicho que debajo del uniforme se ponga protectores a lo jugador de rugby, pero dice que los suspensorios con el pantalón de marca cantan un poco. Así que el pobre se mentaliza, y te cuenta cada año lo mismo: gente que llega la víspera de Reyes a la desesperada, "dame algo, lo que sea", y lo mismo le da un calzoncillo que una colonia. Otros que compran un par de zapatos, cada uno de un número, y cuando en la caja se lo advierten dicen que da igual porque total, son sólo diez euros. Otros que vuelven tres semanas después a cambiar un jersey, porque en la vorágine no se dieron cuenta de que le sobran cuatro tallas. Broncas, por supuesto, como la mía de los pantalones, que se repiten cada hora. Y gente, gente, gente, gente y más gente por la calle con cantidad de bolsas gastándose un dinero que no tienen.
Y luego llegan las peores rebajas, las otras: las que te reducen sustancialmente el subidón navideño de buenas intenciones. Las que, después de los telemaratones navideños en los que uno apadrina un niño, o compra una peonza, o da unos euritos para la crisis humanitaria de turno, vuelve a la normalidad de la hipoteca y los pagos a fin de mes y se olvida del tema hasta el año que viene. Y casi siempre los políticos, unos más de saldo que otros, rebajan nuestras esperanzas de que el mundo se arregle un poco.
Pero no perdamos la calma. Después de enero, si todo va como debe ir, vendrá febrero, y la vida sigue. Algunos con suerte tendrán en su armario alguna compra conseguida a buen precio, y otros, más afortunados todavía, tendrán aún intactos sus sueños y proyectos para el nuevo año. A estos últimos suerte, y que soñéis a lo grande, que de rebajar ya tendréis tiempo. ∆

   

   
INDICE:   Editorial Nacional, Internacional, Entrevistas, Reportajes, Actualidad
SERVICIOS:   Suscríbete, Suscripción RSS
ESCRÍBENOS:   Publicidad, Contacta con nosotros
CONOCE FUSION:   Qué es FUSION, Han pasado por FUSION, Quince años de andadura

 
Revista Fusión.
I  Aviso Legal  I  Política de privacidad 
Última revisión: abril 07, 2011. 
FA