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ENERO 2006
LA RISA DEL PP
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Desde luego es una oposición alegre. Se ríen de la política
del gobierno, se ríen de sus propias mentiras, se ríen de los
españoles. ¿Se reirán también de los 30.000 civiles iraquíes que la
guerra de Bush, que ellos apoyaron, envió al paraíso? |
El PP, por encima de todo, es un partido
alegre. Vamos, que se lo pasan de puta madre. No hay más que verlos en las
sesiones del Congreso cuando Acebes o Zaplana se levantan, se abrochan un
botón de su americana, cogen el micro con aire agresivo y sueltan el insulto
o la descalificación de turno. Luego se sientan y se descojonan de risa
entre ellos, siendo acompañados en tan festiva manifestación por los adeptos
que se sientan en los bancos de atrás.
Y no es que lo que dijeran vía micro tenga gracia, no, porque en general es
un comentario insulso, una pregunta absurda o una descalificación más digna
de un niño pijo de un colegio del Opus. Pero, a pesar de todo, se parten de
risa.
Ahora resulta que aparecen por ahí unas grabaciones de cuando el Prestige
aún era un barco que navegaba a la deriva, que ponen en evidencia una vez
más el apego que el gobierno de Aznar, con Cascos y Rajoy como protagonistas
en tan triste episodio, tenía a la mentira.
Mentir era para ellos una cuestión de Estado, una forma patriótica de hacer
política, una consecuencia de su arrogancia y "superioridad" manifiesta por
encima del vulgo, de los ciudadanos a los que no había porque respetar,
porque cuando hay respeto hay honestidad, hay verdad.
Y Rajoy, ante la manifiesta realidad de dichas grabaciones donde queda claro
que mintieron, como luego hicieron con la guerra de Irak, todo lo que se le
ocurre es que hay que tomárselo a risa. Claro que sí, hombre. Desde luego es
la mejor terapia que existe, dicen los médicos. Reírse de todo y de todos,
porque al fin y al cabo la vida es un suspiro, cuando nos demos cuenta ya
pasó, así que... ¿para qué vamos a tomarla en serio?
Desde luego es una oposición alegre. Se ríen de la política del gobierno, se
ríen de sus propias mentiras, se ríen de los españoles. ¿Se reirán también
de los 30.000 civiles iraquíes que la guerra de Bush, que ellos apoyaron,
envió al paraíso sin billete de vuelta? De momento, claro, porque aún no
terminó la cuenta.
Pero... ¿qué les produce tanta risa? ¿Es porque son tontos o porque tratan
así de disimular su amargura? ¿Será una estrategia de cara al exterior para
que los ciudadanos vean que son felices sirviendo a España a su manera?
Pero, si así fuera, hay algo que no encaja... ¿cómo pueden optar por la risa
cuando su ineptitud ha provocado una catástrofe ecológica de la que aún no
se ha recuperado Galicia, cuando las mencionadas grabaciones demuestran que
mintieron y que no tenían idea de qué hacer con el barco?
Además, hay algo muy curioso, algo que les conecta por un hilo invisible a
su "aliado" Bush. Este, cuando la reciente catástrofe del Katrina, también
aconseja a los ciudadanos que recen, como última solución. O sea, como no
tenemos puñetera idea de cómo actuar, porque no estamos preparados, porque
nos importa un pito la política preventiva, porque nos importa otro pito lo
que los ciudadanos vivan como consecuencia, pues nos encomendamos a Dios.
Bien, es una solución muy propia para los ineptos, pero, como se pudo
comprobar en ambos casos, muy poco fiable. O sus oraciones no llegaron a
tiempo o Dios no hace mucho caso a los que le piden ayuda por un lado cuando
por otro se dedican a bombardear a otros seres humanos.
Pero hasta la falta de respuesta de Dios les hace gracia, porque Bush, su
aliado, lo soluciona todo con chistes malos, y el PP con risas.
Debe ser la herencia de Aznar, lo que se trajo del rancho de Texas, cuando
con sus botas encima de la mesa se descojonaba con Bush planeando la
invasión de Irak y cruzando apuestas por el número de víctimas civiles
inocentes y por las ganancias que sacarían de la guerra.
¿Habrán acertado con la cifra de 30.000 civiles masacrados o se habrán
quedado cortos?
Da igual. Lo importante es que se lo pasan bien con todo ello, como con lo
del Prestige, como con su "cívica" labor de oposición.
Espero que algún día la risa se les congele en la cara y se quede en un
rictus que refleje su falta de respeto a los seres humanos./ MC |
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