DICIEMBRE 2006
Una democracia sólo funciona cuando lo hacen los poderes básicos del
Estado de Derecho con independencia. Cuando la prensa ejerce su labor
con capacidad crítica. Y cuando la llamada sociedad civil opera como
contrapeso a la gestión de un gobierno.
Pero en España el equilibrio se ha roto. El conflicto entre los poderes
por dominar espacios y conquistar más poder, va en aumento. El ciudadano
ha quedado relegado a un segundo plano. Analizamos los elementos que
intervienen en esta guerra entre poderes.
Texto:
Mariló Hidalgo /
Foto montaje: Fusión
Foto: (c) Greenpeace-Pedro
Armestre |
•
Lucha por el poder •
Dicen los sociólogos que los ciudadanos de este tercer milenio estamos
viviendo la mayor crisis de confianza experimentada por la humanidad en
los últimos siglos. El conflicto entre los distintos poderes por
conseguir más poder se está convirtiendo en una guerra sucia donde todo
vale. Finalizamos un año en el que los episodios de corrupción se
suceden prácticamente a la misma velocidad con la que decrece la
confianza del ciudadano en sus representantes. Las encuestas sitúan a
los políticos casi en el mismo lugar que la Iglesia, que es la
institución peor valorada. Detrás de los escándalos, la corrupción, el
enriquecimiento ilícito y el transfuguismo, se encuentran la mentira, la
amenaza y la coacción. Vamos a ver cómo se emplean dentro de esta lucha
por el poder.
Mentir es decir algo a sabiendas de que no es verdad, con intención de
engañar o confundir. Es una especie de juego de voluntades, donde el que
miente asume más poder en detrimento de la víctima, que queda en una
posición de desventaja. El sociólogo Enrique del Olmo habla de ello
relacionándolo concretamente con la situación que vive nuestro país: "La
aplicación de forma tan masiva y continuada de la mentira es un fenómeno
nuevo y extraordinariamente nocivo para la salud democrática de España.
Ni en tiempos de la transición, ni en lo que fue la campaña de acceso al
poder de Aznar con el famoso 'sindicato del crimen' se instaló un
mecanismo donde la mentira fuese instrumento central de actuación. Ahora
la mentira se repite hasta la saciedad, como podemos ver en un sector de
medios de comunicación, en la propia dirección del Partido Popular y su
entorno mediático, social o corporativo. Y todo ello sin tener ningún
elemento de realidad en el que basarse, y siendo refutado de forma
permanente por datos objetivos que van apareciendo encima de la mesa".
Los individuos que padecen este tipo de patología no se suelen dar por
vencidos, así que o bien crean continuamente nuevas situaciones para
apoyar sus teorías o bien buscan la manera de dar la vuelta a lo que ya
existe para conseguir el mismo fin. Piden que "se esclarezca la verdad",
al tiempo que introducen elementos para confundir, enturbiar y por qué
no, degradar todo aquello que se encuentre a su paso. No importa si se
trata de la Judicatura, del Congreso, del Senado o de otros líderes
políticos. En este juego todo vale.
“La aplicación de forma tan masiva y continuada de la
mentira, es un fenómeno nuevo y extraordinariamente nocivo
para la salud democrática de España”
Enrique del Olmo, sociólogo. |
Si a ello añadimos "la existencia de un sector dispuesto no sólo a
escuchar sino también a difundir y a afirmar dicha mentira o la que sea,
podremos entender lo que realmente genera el clima de tensión que
estamos viviendo. Un clima que no se corresponde para nada con lo que
sería objetivamente la tensión política de un país", añade Del Olmo.
Esta tensión a todos los niveles acaba generando un importante estado de
desasosiego en el ciudadano. Las noticias que nos llegan, más que
noticias a veces parecen amenazas de las que nadie parece quedar a
salvo. "La prensa diaria -comenta el filólogo José Manuel Lechado, autor
de La globalización del miedo-, nos agobia con una incontable batería de
sustos entre los cuales el fenómeno terrorista ha cobrado gran
protagonismo". A la vista de lo cual este autor se pregunta: "¿Estamos
realmente en peligro o se está deformando de forma interesada la
realidad? ¿Constituye el terrorismo una verdadera amenaza mundial o es
simplemente la excusa que algunos gobiernos están empleando para
aumentar su poder y disolver de manera definitiva el Estado de Bienestar
en beneficio de una concepción salvaje del neoliberalismo económico?".
Interesantes preguntas cuando al otro lado del charco, el Parlamento de
EEUU acaba de aprobar una Ley que otorga poder absoluto al presidente
Bush y al Pentágono; una ley polémica y criticada Ley que contiene
principios que violan directamente la constitución de aquel
"democrático" país y deroga convenciones y tratados internacionales de
garantía de derechos. La gran excusa sigue siendo esa lucha
antiterrorista declarada a raíz de los famosos atentados del 11-S, una
lucha que además de no tener fin supone una especie de carta en blanco
para los poderes que, en aras de la seguridad, van imponiendo de forma
progresiva un alarmante recorte de derechos y libertades a sus
ciudadanos.
"¿Qué pasa en el CGPJ? Pues que en breve terminará su
mandato. La mayoría conservadora no ha hecho otra cosa que
apoyar los dictados del partido que en su día apostó por
ellos. No tienen nada que perder”
Mariano Sánchez Soler, periodista |
¿Cómo influyen el miedo y la amenaza en el ciudadano? Para Enrique del
Olmo "lo hacen, y de una forma importante. Primero provocando una
deformación de la situación política. Por ejemplo la discusión que se
mantuvo sobre la amenaza de "España se rompe". Ninguna encuesta recogió
nunca que ésta fuese una preocupación de los ciudadanos y sin embargo ha
sido el tema mediático por excelencia durante todo un año y medio. Hacer
oposición se ha convertido en agitar, generar tensión sobre la sociedad,
confundir. En cambio un tema que preocupa a los españoles según las
encuestas, es la inmigración. Un tema que exige ser abordado desde la
serenidad, frialdad, lejos de los tópicos que nos inculcan continuamente
como: vienen para quitarnos el trabajo, rebajan el nivel cultural, son
fuente de delincuencia, etc. Cosas todas ellas que con datos en la mano
se demuestran que son falsas. Este podría ser un buen ejemplo de cómo se
puede manipular una determinada situación y a partir de ahí generar un
estado de miedo en la ciudadanía. Personalmente, creo que el ciudadano
no cae ya en ese juego".
Según estas observaciones, una cosa serían los temas que están en el
candelero y otra muy distinta, lo que realmente interesa al ciudadano...
¿Qué temas son estos? El sociólogo Del Olmo apunta a cuestiones como la
inmigración que hemos hablado antes, pero también a "la reforma de las
autonomías, un tema que podría haberse abordado según han demostrado los
hechos con más naturalidad y menos sensación de crisis. O la educación,
un tema siempre tratado desde la amenaza y el miedo provocado
especialmente por el papel de la Iglesia".
En medio de todo este desaguisado los políticos -ya lo dicen las
encuestas- no salen muy bien parados. "En efecto -apunta Del Olmo-, esta
situación afecta negativamente a la visión de la clase política porque
llega a establecer el peligroso paralelismo de 'todos son iguales', cosa
totalmente falsa. Hay gente que cumple sus compromisos, que actúa de
acuerdo al interés público y también hay gente a la que todo le importa
tres narices y sólo está ahí para enriquecerse y conseguir más poder. No
debemos olvidar que esta campaña de tensión va dirigida especialmente a
desacreditar a las instituciones del país".
Foto: Victoria |
•
Guerra mediática •
"Antes de abrir un periódico, escuchar la radio o elegir un canal de
televisión, uno debería saber quiénes son sus propietarios, quiénes lo
mantienen mediante la publicidad, qué relaciones poseen con los
gobiernos u otras empresas. Sólo entonces el ciudadano estará, digamos,
vacunado para no ser engañado. Y como esto no sucede con ninguno de los
grandes medios, ninguno merecería ser considerado como fuente de
información válida", así resume el actual panorama mediático el
periodista Pascual Serrano, director editorial de Telesur y miembro del
equipo fundador de la revista electrónica
www.rebelion.org
“Esta campaña de
tensión va dirigida especialmente a desacreditar a las instituciones del
país”
Enrique del Olmo
Igual que existió un antes y un después del 11-S, en España podemos
decir que hubo un antes y un después del 11-M. El periodista de
investigación Mariano Sánchez Soler asegura que "el Partido Popular
mintió y dos años después se niega a reconocer que perdió las elecciones
del 14-M. Desde entonces han alimentado el fantasma de la teoría de la
conspiración -demostrar la conexión entre ETA y los atentados
terroristas-. A partir de ahí y según mi punto de vista empieza a haber
un posicionamiento de grupos editoriales con determinadas líneas
políticas. La lucha entre medios no es ajena a este proceso político".
Medios que defienden la teoría conspiratoria y sus argumentos, y medios
que la niegan. ¿Qué ocurre entonces con aquellos periodistas que no
quieren participar en esta guerra de medios? Pues que lo tienen muy
difícil, según comentan compañeros de profesión. Sánchez Soler recuerda
un artículo recientemente publicado por Miguel Angel Aguilar en El País
titulado 'El deber de molestar'. Allí comentaba que un periodista
crítico que siga una pauta ética personal y decida no plegarse a los
deseos de la empresa para la que trabaja lo tiene muy difícil. "Tengo
amigos que trabajando en un medio determinado han preferido no
participar en esta polémica porque consideraban que era una
manipulación, un juego bestial en que el que no querían tomar parte
aunque fuesen ellos los que llevaban investigando el asunto desde hacía
más de tres años. No participar en el juego, hoy tiene un precio". Un
precio del que también nos habla el sociólogo Enrique del Olmo: "Hay una
parte de periodistas que se meten en este juego conspiratorio de una
forma consciente pero también hay otros que son desplazados de sus
lugares normales de información porque no son los más adecuados para la
campaña que se quiere llevar a cabo. El caso de El Mundo es
paradigmático. Si analizamos las firmas de hace siete años en la
información política y miramos dónde se encuentran hoy, es cuestión
evidente. Los que han mantenido un cierto tono profesional han bajado a
información local o cosas así. En cadenas de televisión como Telemadrid
es algo impresionante. No es casual la rebelión de muchos profesionales
a no firmar una determinada información con la que no están de acuerdo".
El último boletín del Sindicato de Periodistas de Madrid recoge una
protesta de trabajadores de Telemadrid contra la manipulación. "Los
trabajadores y el comité de empresa del canal madrileño acusan a su
director, Manuel Soriano -ex jefe de prensa de la presidenta de la
Comunidad Esperanza Aguirre- de propiciar una política informativa
tendenciosa y de presunta manipulación", recoge el citado boletín. El
caso de Telemadrid tiene un importante antecedente, como nos explica
Enrique del Olmo: "Hemos estado asistiendo a una situación paradigmática
desde el punto de vista de la honestidad profesional con el caso de
Germán Yanke, director y presentador del informativo nocturno de
Telemadrid que presentó su dimisión alegando intromisión por motivos
políticos en el trabajo que venía desarrollando desde hacía más de dos
años. Curiosamente se trata de un hombre situado en la esfera política
de la derecha. Incluso publicó un libro titulado 'Ser de derechas' y
resulta que es erradicado por no participar, ya no en una posición
ideológica contraria, sino directamente en el montaje de una mentira. A
su favor hemos de decir que este profesional supo mantener desde el
principio un pluralismo significativo, razón por la que dimitió". Las
disidencias se pagan caras. "Disentir de la teoría de la conspiración no
tiene cabida en Telemadrid -acaban de denunciar periodistas de la cadena
agrupados en el Consejo Provisional de Redacción-, lo que constituye un
ejemplo más del servilismo político de los actuales gestores". El
comprometido periodista Ignacio Ramonet, director de Le Monde
Diplomatique, denunciaba recientemente que La Voz de Galicia había
prescindido de su colaboración semanal por mostrar su pensamiento
disidente con la línea del Grupo Voz. Concretamente tras la publicación
de una entrevista realizada por este periodista a Fidel Castro.
“Todos
los partidos cuando están en la oposición hablan de la
disolución de la Audiencia Nacional -un juzgado especial que
no existe en ningún otro país del mundo-, pero cuando llegan
al poder a todos se les olvida porque comprueban que es una
forma de controlar los grandes temas de Estado”
Mariano Sánchez Soler |
El fotoperiodista y corresponsal, Gervasio Sánchez confiesa que "en las
redacciones de los diarios hay mucha frustración profesional. Muchos
viven una contradicción permanente porque desean ser periodistas, pero
esto a veces lleva aparejado que tengan que hablar en función de los
intereses de los dueños del medio para el que trabajan. Por desgracia en
los últimos años la relación entre la prensa y el poder político se ha
ido estrechando, no sólo aquí sino también en EEUU y algunos países
europeos. Concretamente en EEUU los medios de comunicación están desde
hace tiempo controlados por los intereses de las multinacionales y
grandes empresas que tienen vinculación con el poder político. En el
país galo la inmensa mayoría de los medios de comunicación están
controlados por empresas vinculadas con las distintas líneas políticas.
Al final los periódicos que llamamos progresistas actúan igual que los
conservadores, con los mismos mecanismos. En Francia, salvo un par de
medios el resto está comprado por empresas con intereses
armamentísticos. Dicho esto, ya me contarás cómo se puede debatir sobre
la venta de armas o las consecuencias de una determinada guerra".
Sánchez Soler incidiendo sobre esta cuestión lanza una pregunta que
obliga a una reflexión: "¿Cómo es posible que todos los periódicos en un
momento determinado coincidan en un mismo titular o pongan la misma foto
en portada? ¿Se llaman los directores entre sí para ponerse de acuerdo?
¡No! Es la dirección de cada medio la que ante determinadas cuestiones y
sin necesidad de que nadie les explique nada, saben lo que tienen que
poner en base a los intereses políticos y empresariales de su medio. La
propia criba profesional hace que los directores sean los representantes
de su empresa. Esos tiempos en los que el periodista mantenía sus
fuentes y eran respetadas por su director y su empresa, han pasado a la
historia. La neurosis despertada a raíz del delirio de la conspiración
como instrumento para tapar y manipular, es bestial. La profesión lo
tiene muy difícil". Cuestión que apoya totalmente el corresponsal
Gervasio Sánchez. "Si yo hiciera periodismo local o nacional en vez de
internacional, posiblemente hubiese tenido serios problemas. Por mi
parte sigo manteniendo la misma línea que tenía antes, pero hay una
realidad y es que en este momento hay mucha más presión, censura e
incluso órdenes directas de no tocar determinados temas de ámbito local
y nacional que nunca. Imagínate qué significa para un periodista tener
en su poder una información privilegiada, autentificada, sobre uno de
esos temas que sabe que no puede tocar".
Foto: FER |
• Justicia por los suelos •
Jueces que se sienten presionados. Un Consejo General del Poder Judicial
dividido. Filtraciones a la prensa de secretos de sumario. Críticas
cruzadas dentro de la judicatura. La figura de la Audiencia Nacional más
cuestionada que nunca. Si la situación política es de pugna, la justicia
tarde o temprano tendría que resentirse. Nos lo explica Gervasio
Sánchez: "En España tenemos una situación política de continuo
enfrentamiento entre PP y PSOE y esto ocurre en todos los terrenos,
incluido el Poder Judicial. Unos lo utilizan con auténtica vergüenza,
otros con auténtico interés. Si uno se pusiera en la piel del juez Del
Olmo -por ejemplo- y se viera cada mañana en la portada de los
periódicos, con críticas a su gestión, presiones, etc., ¿cómo podría
luego mantener la cabeza fría para investigar con independencia? Y lo
más grave de toda esta situación es la intromisión continua de los
partidos políticos mayoritarios en el trabajo de estos jueces". Fue una
cuestión denunciada hace meses por el magistrado del Tribunal Supremo
Perfecto Andrés Ibáñez durante unos cursos de verano: "No hay una
excesiva judicialización de la política, lo que pasa es que hay un tipo
de política que se mete en los tribunales". Presión por parte del poder
político hacia la justicia siempre ha existido, máxime cuando los
miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) son elegidos por
los partidos: cuatro a propuesta del Congreso y cuatro a propuesta del
Senado por mayoría de 3/5 de cada una de las Cámaras. En estos momentos
la mayoría del Consejo es conservadora, formada por vocales propuestos
en su día por el PP. "El cambio de gobierno que tuvo lugar a raíz de la
victoria de Zapatero -explica Sánchez Soler- no significó una renovación
de todos los aparatos del Estado, que mantienen su estructura anterior
hasta que corresponda su renovación. La llegada de un nuevo Fiscal del
Estado -elegido por el Gobierno de Zapatero- ha provocado un
enfrentamiento con todos estos sectores. ¿Qué pasa en el CGPJ? Pues que
en breve terminará su mandato. La mayoría conservadora no ha hecho otra
cosa que apoyar los dictados del partido que en su día apostó por ellos.
No tienen nada que perder. El juez Garzón ha quedado en medio de todo
esto, yo creo que por la postura que siempre ha mantenido: luchar
exclusivamente por sus propios intereses".
“Ninguna encuesta recogió nunca que la amenaza de que ‘España se rompe’
fuese una preocupación de los ciudadanos y sin embargo ha sido el tema
mediático por excelencia durante todo un año y medio” - Enrique del Olmo
Para muchos esto se estaba preparando hace tiempo. El sociólogo Del Olmo
se remonta a cuando el Partido Popular pierde las elecciones. "En ese
momento el PP perdió toda la credibilidad para poder movilizar
socialmente y conquistar de nuevo el poder. Entonces ha recurrido a una
técnica muy vieja: las corporaciones. Así que aprovechó su punto fuerte,
que era el sector judicial diseñado durante el mandato del PP a su
imagen y semejanza, y como aún los elegidos se mantenían en sus cargos a
partir de ahí actúan como evidentes 'cañoneros' dentro de su política.
Ahora bien, estas piezas ni siquiera las mueve el PP -una pieza más en
este entramado-, sino congregaciones ultraconservadoras como Legionarios
de Cristo y Opus Dei, grupos muy determinantes en el establecimiento de
las políticas. Algo parecido al movimiento neocon en EEUU".
Más de un millar de personas se manifestaron recientemente exigiendo el
cierre de la Audiencia Nacional, para acabar -según ellos- con los
denominados juicios políticos. "La Audiencia Nacional es el mejor
invento del poder político para controlar a la justicia -apunta Sánchez
Soler-. Todos los partidos cuando están en la oposición hablan de la
disolución de la Audiencia Nacional -un juzgado especial que no existe
en ningún otro país del mundo-, pero cuando llegan al poder a todos se
les olvida porque comprueban que es una forma de controlar los grandes
temas de Estado. Ten en cuenta de que hablamos de un grupo muy pequeño
de magistrados y un puñado de salas perfectamente controlables. En sólo
seis jueces de instrucción se concentran los grandes temas de Estado.
Esto en tiempos de la transición pudo tener algún sentido pero ahora en
democracia, no".
Foto: Victoria |
• Ficticio efecto riqueza •
A principios de noviembre la prensa destaca en titulares que la Bolsa
española acaba de superar los 14.000 puntos. En lo que llevamos de año
hay acumulada una ganancia del 31%. Nuestro país se está convirtiendo en
una de las plazas más rentables del mundo. Los expertos nos explican que
los extranjeros se están lanzando a comprar acciones españolas atraídos
por este boom financiero. Al final, hemos subido más del doble de lo que
suben el resto de plazas europeas. Con este panorama la frase de "España
va bien" parece que se nos queda pequeña. ¿Son las cosas como parecen?
¿Es oro todo lo que reluce?
El sociólogo Enrique Gil Calvo introduce una serie de elementos dignos
de análisis. "Todos celebramos que la Bolsa se haya disparado, que los
accionistas se enriquezcan y como consecuencia que la economía española
protagonice el glamour financiero a escala mundial. Pero eso no debe
hacernos olvidar que estamos hablando sólo de economía especulativa, no
de la economía real o productiva. O sea, que se trata de un puro
espejismo virtual, como corresponde a unas empresas como las
constructoras, que se han enriquecido gracias a la burbuja inmobiliaria,
o como las eléctricas, que apenas producen pues se limitan a importar,
dado que nuestra dependencia energética es de las más elevadas de
Europa". Con lo expuesto hasta aquí Gil Calvo lanza un par de preguntas:
"¿A qué viene que las constructoras desembarquen en el mercado de la
energía precisamente ahora? ¿No será que está a punto de reventar la
burbuja inmobiliaria, como ya ha empezado a suceder en EEUU, y que sus
principales beneficiarios se apresuran a tomar posiciones abandonando un
barco a desguazar para deslocalizar sus desmedidos beneficios en otra
espiral especulativa todavía más prometedora, dado el horizonte que se
adivina para los precios futuros de la energía? Si las constructoras
huyen del ladrillo, ¡sálvese quien pueda!".
“Si uno se pusiera en la piel del juez Del Olmo y se viera
cada mañana en la portada de los periódicos, con críticas a
su gestión, presiones, etc., ¿cómo podría luego mantener la
cabeza fría para investigar con independencia?”
Gervasio Sánchez, fotógrafo |
En esta lucha por el dinero hay un nuevo ingrediente: las grandes
multinacionales. "Las doscientas familias de toda la vida en las que se
concentraban las mayores fortunas del país, se han diluido en las
grandes multinacionales. Por ejemplo, Carrefour es de la familia March y
en cambio es una empresa francesa. Un producto tan español como chorizos
Revilla pertenece a una multinacional holandesa desde hace veinte años.
Es decir, las empresas españolas están penetradas por accionistas que se
repiten en diez o doce consejos de administración. Las operaciones que
acabamos de ver en la Bolsa no hubiesen tenido lugar sin el beneplácito
de las grandes empresas estratégicas y del poder político", explica
Sánchez Soler. Como decía un periodista especializado en estos temas, en
este juego puede jugar cualquiera pero no nos engañemos, en primera
división sólo juegan los elegidos.
•
La Iglesia salta al ruedo •
Desde tiempo inmemorial la Iglesia y el poder político han caminado de
la mano, hasta llegar a ser casi la misma cosa. Esto ha sido una
realidad en nuestro país hasta hace muy poco, a pesar de que nuestra
Constitución dice bien claro que ninguna religión tiene carácter
estatal. Somos por tanto un Estado aconfesional.
Con el cambio de gobierno esto comienza a convertirse en una realidad,
al tiempo que la Iglesia ve cómo se le escapan de la mano importantes
cotas de poder. Su respuesta, no se hace esperar. Pronto surgen las
movilizaciones, un fenómeno nuevo para la Iglesia, que se convierte en
reivindicativa. Se trataba de salir a la calle para hacer sonar su voz,
demostrar que aún conservaba poder de convocatoria y lanzar un pulso al
Gobierno. Desde entonces, no han cesado las críticas hacia los
matrimonios entre personas del mismo sexo, la eutanasia, la unidad de
España y el Estatuto catalán, la negociación con ETA, las clases de
religión, etc. "La última movilización que hizo la Iglesia fue un
fracaso comparada con las anteriores. Como no puedes estar sacando la
gente a la calle permanentemente, la estrategia que siguen ahora es
situarse en primera línea de fuego para tomar posiciones", explica
Sánchez Soler. Del Olmo puntualiza que "la intensidad de la batalla que
tienen declarada al Gobierno se modifica en función de cómo se
encuentran las negociaciones de la financiación". Recordaremos que en
estos momentos el Estado tiene previsto destinar al sostenimiento de la
Iglesia el 0,7% de la cuota íntegra del IRPF de aquellos contribuyentes
que así lo manifiesten expresamente. Pero esto no es suficiente, así que
la Iglesia sigue moviéndose en diferentes frentes que mantiene activos
en la medida de lo posible. Educación, judicatura, política, biomedicina
o sanidad son sólo algunos de ellos.
La
Iglesia ve cómo progresivamente se le escapan de la mano importantes
cotas de poder.
Su respuesta es sorprendente: comienza a movilizarse en
la calle.
Respecto a la incursión de la Iglesia en el tema de la sanidad, Del Olmo
quiere llamar la atención sobre el famoso "caso Leganés". Recordemos que
hace aproximadamente año y medio, una denuncia anónima alertó a la
Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid del alto índice de
mortalidad registrado en el servicio de urgencias del Hospital Severo
Ochoa de Leganés, producida por supuestas sedaciones irregulares a
enfermos terminales sin el consentimiento de sus familias. Sonó la
palabra eutanasia y saltó a la palestra el nombre del médico responsable
de ese servicio, que fue destituido inmediatamente. Este tipo de
práctica, la sedación paliativa administrada a pacientes terminales, fue
avalada entonces por el Colegio de Médicos, que rechazó el empleo de la
palabra eutanasia para designar a este tipo de sedaciones. "La campaña
contra el doctor Montes -recuerda Del Olmo- en el fondo estaba dirigida
no contra este médico sino contra la sanidad pública en su conjunto".
Oposición, sindicatos y médicos acusaron a la Comunidad de Madrid no
sólo de montar una persecución contra el doctor Montes sino también de
querer desprestigiar a la sanidad pública en beneficio de la privada. El
tema de las sedaciones fue también utilizado para sembrar la duda sobre
esta práctica y confundirla deliberadamente con la eutanasia, debate en
el que había participado activamente la Iglesia a principios de año.
Desde que los socialistas ocuparon el gobierno, la Iglesia ha
protestado contra los matrimonios homosexuales, la eutanasia, el
Estatuto catalán, la negociación con ETA, la LOE, la
investigación con células madre y la desintegración de España,
entre otros. |
En diferentes ruedas de prensa, la Conferencia Episcopal se ha
manifestado en contra del Proyecto de Ley de Investigación Biomédica
porque no protege el derecho a la vida; contra la Ley Organica de
Educación (LOE) porque no cumple los Acuerdos con la Santa Sede. A
través de alguno de sus obispos se ha manifestado también en contra del
"mal llamado proceso de paz" por tratarse de una especie de rendición
del Estado ante las exigencias del grupo terrorista ETA. "El ámbito de
influencia de la Iglesia sobre la derecha política española es similar a
la ejercida por los neocon en EEUU. En nuestro caso sería el fenómeno
teocon", apunta Del Olmo. ∆ |