AGOSTO 2006
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Foto: Nan
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Valle de Riaño
Riaño mira con nostalgia al pantano donde quedó sumergido parte de su
pasado. Sin embargo se ha convertido en el destino preferido para
realizar deportes acuáticos y otras actividades turísticas en la
naturaleza. Este valle tiene un paisaje único y es uno de los más bellos
de toda la provincia.
Reflejos sobre el agua
Cada mañana el sol asoma por el horizonte y la vida en el valle
despierta con los primeros rayos. Una neblina suave se levanta sobre el
embalse de Riaño y deja ver, a medida que se disipa, el largo puente que
nos conduce hacia la misma villa. Atravesarlo es todo un espectáculo
difícil de olvidar y la vista se recrea con el paisaje. Como un gran
espejo que se aleja hasta el infinito, las aguas reflejan la imagen de
las montañas y presentan un escenario natural de postal. Tanta belleza
tuvo su precio, pues hace menos de dos décadas los pueblos del valle
fueron anegados por la construcción del embalse. En lo más profundo de
esta superficie acuática duermen para siempre varios pueblos, uno de
ellos el antiguo Riaño que fue construido de nuevo a mayor altitud. Hoy
esta población es la más joven de la provincia de León, y comparte junto
a Carande y Horcadas uno de los valles más visitados dentro del Parque
Regional de Picos de Europa. A sus ofertas de ocio al aire libre se
suman los pescadores en el río y los cazadores en este territorio que
forma parte del Parque Regional de Caza de Riaño. Entre las especies que
se pueden capturar están el rebeco, el corzo, el jabalí, la cabra montés
y el ciervo, junto a otras como la liebre o las preciadas perdices rojas
y pardillas. ∆
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