AGOSTO 2006
INTERNACIONAL
Israel: peligrosa inmunidad
Foto: Agencia AIS
"Hay quien estima que el deterioro de las relaciones entre Islam y
Occidente favorece los intereses estratégicos de Tel Aviv" |
Un reciente estudio de la Universidad de
Harvard -titulado ‘El lobby israelí y la política exterior de
EE.UU.’- concluye que el apoyo incondicional de Washington a Israel
está agitando al mundo musulmán y pone en peligro a todo el planeta.
El informe sugiere que la política norteamericana hacia los países
de Oriente Próximo viene definida por determinados grupos de presión
judíos. Israel actúa bajo una inmunidad procedente del apoyo
estadounidense que es preciso limitar, como confirma
Adrián Mac Liman, escritor y
periodista, miembro del Grupo de Estudios Mediterráneos de la
Universidad de La Sorbona.
-La inmunidad de la que goza Israel es apoyada principalmente por EE.UU.
¿Por qué lo respetan otros países, cuando saben que viola leyes
internacionales?
-La postura de muchos países, ante todo occidentales, se debe a
muchas, distintas y complejas razones. Cada país tiene sus motivaciones.
En algunos casos, se trata de antecedentes históricos que los
gobernantes prefieren ocultar: el Holocausto, en el caso de Alemania; la
pésima gestión colonial de la Corona británica durante el Mandato de
Palestina; el antisemitismo del Gobierno de Vichy, en el caso de
Francia, etc. Por otra parte, las autoridades de Tel Aviv suelen
convertir, automáticamente, las críticas contra la actuación israelí en
los territorios palestinos en "manifestaciones antisemitas". Pocos
gobiernos desearían aceptar el calificativo de... antisemita.
-Las
acciones de Israel están agitando el mundo musulmán, ¿en qué medida
están poniendo en peligro la estabilidad mundial, más allá de la suya
propia?
-Para los israelíes, la virulencia verbal de los países musulmanes
no constituye un fenómeno inquietante. Son conscientes de que, al menos
hasta la fecha, las críticas no han sido acompañadas por medidas
concretas, contundentes, que puedan suponer un peligro real para la
seguridad de su país. Además, conviene señalar que las posibles
repercusiones del malestar de los musulmanes en Occidente no preocupan
sobremanera a los políticos hebreos. Al contrario, hay quien estima que
el deterioro de las relaciones entre Islam y Occidente favorece los
intereses estratégicos de Tel Aviv.
-El
Tratado de Washington de 1949 establece que los países miembros de la
OTAN tendrían que defender a Israel en caso de ser atacado. Si la OTAN
tiene la obligación de salir en defensa de este país en caso de
contienda, ¿no tiene algún medio para, en caso de peligro, poder limitar
su política exterior?
-Personalmente, no creo que se pueda invocar el art. 5 del Tratado
de Washington en el más que hipotético caso de un ataque contra Israel.
-Un informe
reciente sugiere que la política de EE.UU. hacia los países de Oriente
Próximo está marcada por grupos de presión judíos. ¿Hasta qué punto se
extiende su influencia?
-Se ha comentado mucho este informe que, en realidad, se limita a
reflejar una situación nada novedosa. El poderío del llamado "lobby
judío" de Washington es muy grande. Se trata del grupo de presión mejor
estructurado. Cabe suponer que la influencia de este lobby empieza a
molestar a otros sectores del "establishment" político y económico, que
estiman adecuado advertir sobre los inconvenientes de una política
exterior subordinada a los intereses de unos lobbistas (no conviene
hablar de la comunidad judía estadounidense en su conjunto, que no
comparte forzosamente el punto de vista de los propagandistas
sionistas).
-Muchos
analistas opinan que sería prudente que EE.UU. moderara su apoyo
desmedido a Israel. ¿Qué consecuencias cree que tendría esto? ¿Ayudaría
a modificar la política exterior de Israel?
-Esta será la condición sine qua non para lograr una política
exterior más equilibrada y, por consiguiente, más creíble y capaz de
potenciar la solución del conflicto intercomunitario. Si bien los
politólogos estadounidenses son conscientes de ello, los
neoconservadores que rodean al Presidente Bush prefieren hacer oídos
sordos. ∆ |