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Trueque
en Acción
Comercio vivo
Cada día son más los que proponen una reflexión sobre el uso del
dinero y las necesidades generadas por un mundo consumista. Entonces se
pasan a practicar el trueque. Este sistema de intercambio no sólo
permite acceder a bienes materiales e inmateriales, sino que además
genera una red social de relación entre personas.
Texto: Marta
Iglesias.
H ablamos con
Agueda Ferriz, miembro de la Comisión de Coordinación de Trueque en Acción.
-¿Qué actitud caracteriza a la persona que practica el trueque?
-Cualquier persona puede realizar un trueque o pertenecer a una red de
trueque, pero normalmente tiene inquietudes de tipo social, ecologista y
una visión crítica de la realidad; cuestiona el uso que se hace del
dinero y el sistema basado en el consumo. Digamos que la gente que viene
no tiene miedo a las relaciones sociales, es capaz de acercarse a otras
personas con confianza, que es como funciona el trueque.
-¿Por qué todos los colectivos organizan los
trueques, evitando que las personas se regulen entre ellas?
-La gente no se organiza espontáneamente, es decir, que tú tienes que
lanzar una propuesta, difundirla y facilitar la reflexión, el debate y
la discusión. Y lo hacemos en torno a temas como el uso del dinero,
cuáles son nuestras necesidades reales y cuáles no, hasta qué punto el
mercado es capaz de dar respuesta a nuestras necesidades, y por qué no
explorar la posibilidad de darles respuesta desde la cooperación, el
tejido de redes sociales y la confianza. Desde la Comisión de
Coordinación de Trueque en Acción no controlamos los intercambios, sino
que facilitamos los medios para que la gente se conozca mediante
mercadillos y debates. Porque si la gente se conoce es más fácil que
haya confianza y luego intercambios.
-¿Qué tiene la gente para ofrecer y no es consciente
de ello?
-Todo el mundo tiene cosas que ofrecer. Hay personas con formación más
especializada como un fisioterapeuta o un fontanero, pero puedes hacer
otras cosas como pasar trabajos a ordenador, ayudar a alguien que tiene
que hacer una mudanza, quedarte cuidando los críos de un compañero o
regarle las plantas en verano. Muchas veces no se te ocurre a priori,
pero de pronto llega un correo electrónico de alguien pidiendo unos
patines y puedo prestarle los que tengo en el desván desde hace doce
años.
-¿Por qué en España desaparecen los clubes de trueque
a los pocos años de su formación?
-No sé. No es fácil cambiar el chip de pensar primero en el trueque y
después en el mercado, cada vez que necesito algo. Y luego una
dificultad que tienen las redes de trueque es que deben ser lo
suficientemente amplias y diversas para que verdaderamente haya un
abanico de servicios y de bienes que cubran un grupo importante de
necesidades. Por último, la gente no se apunta por falta de tiempo.
-¿Por qué promocionar este sistema de intercambio?
-Nosotros pensamos que el dinero no te da acceso a cualquier cosa,
además primero hay que tenerlo. Entonces el trueque ofrece un paradigma
distinto porque va acompañado de una serie de reflexiones y de
transformación social. Por otro lado, rescata el valor de la persona en
la comunidad y teje nuevas relaciones. Eso no te lo da el mercado que,
al contrario, destruye ese tipo de relaciones de confianza, favores
mutuos y apoyo. Hoy tiramos de favores de la familia y amigos, pero creo
que el círculo de gente a la que puedes acudir cuando necesitas arrope y
ayuda es cada vez más pequeño. Se trata de romper esa dinámica. ∆ |