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CONTRAPUNTO

 

Imagínense la frase en labios de cualquier raterillo español: "Lo que pasó, pasó, y no fue bueno. A partir de hoy sólo se habla de futuro". Qué risa le iba a dar al juez

OCTUBRE 2005

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MIRAR AL FUTURO
POR CAROLINA FERNANDEZ

Estoy pensando que después de muchos años siendo una oveja descarriada políticamente, he encontrado lo que me conviene: voy a arrimarme al PP. Y digo bien: arrimarme, no afiliarme, porque la política, como el casamiento, mejor sin papeles, para poder cambiar de chaqueta sin mucha burocracia. Esta confesión que hago no es fruto de reflexiones sesudas, sino de una revelación. Así como lo cuento: estando yo postrada en el salón de mi casa, yaciendo en el sofá en hora de sestear, aparecióseme un santo varón con barba pulcramente recortada y cierto defectillo en la dicción, que me transmitió con serenidad y sencillez la clave de la vida: a partir de hoy sólo se habla de futuro. Eso me ha gustado, sí señor. Mirada alta y desafiante, frente despejada, optimismo como filosofía vital, y no alzo la mano con pundonor porque me da reparo en público. "Lo que pasó, pasó". Evidentemente, y no hay que regodearse en ello. ¿Cuántos tratados de psicología se han escrito sobre lo malo que es para el equilibrio estancarse en los traumas del pasado? Lo mejor es adoptar la filosofía del "pelillos a la mar". Y más aún si lo que pasó "no fue bueno", como reconocen. Para qué seguir hurgando en las heridas, qué sentido tiene. El PP es Positivo y Práctico: el muerto al hoyo (nunca mejor dicho) y el vivo al bollo, es decir, a dedicarse a las municipales, que es lo que interesa. Los demás, los que recordamos ciertos "asuntillos " que quedaron sin arreglar, somos unos dinosaurios que vivimos anclados en el pasado, incapaces de evolucionar, prisioneros de los errores cometidos -por ellos- e imposibilitados para comprender ese dinamismo y ese deseo de crear futuro que tiene el partido. Atrás quedan los lodos del Prestige, atrás queda la bochornosa foto de las Azores, atrás quedan los engaños del 11 M y los muertos cambiados del Yakolev. A mí que me registren y si te he visto no me acuerdo. No se entiende que las familias de los muertos no estén encantadas con esta oportunidad histórica de pasar página. Eso les ocurre porque no piensan lo suficiente en las municipales.
Es una filosofía de vida enriquecedora, eso de cagarla impunemente. La Iglesia también lo hace. Ya puede cometer las barbaridades que se le ocurran, y se le ocurren unas cuantas, que si al cabo de un tiempo pide perdón, ya tiene permiso para pasar página y mirar hacia el futuro. Mola. Y nos enseñan a los demás cómo seguir sus pasos: peca como un cabrón durante la semana, que ya luego el sábado confiesas, el domingo descansas, y vuelta a empezar. Es una dinámica estupenda para hacer lo que a cada uno le dé la gana.
El problema de este tema es que esa urgencia por mirar al futuro es una cosa exclusiva para pudientes. Se lo plantean los presidentes o los cardenales. Los pobres diablos de a pie, usted y yo, no estamos a la altura. Usted y yo, si incumplimos la ley y nos pillan, pagamos sin posibilidad de redención. La Iglesia, si confiesa, ya puede mirar al futuro. Pero estoy segura de que si yo confieso que me corroe la lascivia y la lujuria cada vez que veo al novio de mi amiga, me caen doscientos padrenuestros que no pienso rezar, así que no estoy autorizada para mirar al futuro. En el caso del PP ocurre algo similar. Un señor puede embarcar a un país entero en una guerra y no le pasa nada. Ni confesión necesita. Mira al futuro directamente. Un ministro juega al despiste con los muertos, cambiándolos en sus ataúdes, y no pasa nada. También mira al futuro. Pero si un chorizo roba la caja de una gasolinera, ése no mira al futuro en una buena temporada. Nadie va a preguntarle sus razones, ni va a preocuparse por su situación. Imagínense la frase en labios de cualquier raterillo español: "Lo que pasó, pasó, y no fue bueno. A partir de hoy sólo se habla de futuro". Qué risa le iba a dar al juez.
Las cosas no son tan fáciles, señores. Hay que mirar hacia delante, pero también hay que ir cerrando los círculos abiertos. Lo contrario es una irresponsabilidad que siempre acaba pagándose, porque aunque la justicia de aquí sea lenta y muchas veces ineficaz, y aunque la gente normal no entienda por qué no hay ahora mismo un puñado de personas procesadas por cuestiones como las nombradas anteriormente, servidora confía en una ley no escrita que se encarga, no de castigar, sino de restablecer el equilibrio, de la manera que sea.
Pues eso. Suerte en las municipales. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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