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NOVIEMBRE 2005

REBELDIA A FLOR DE PIEL

GEMMA LIENAS
-Escritora-

GEMMA LIENAS

Tan convencida está de que el mundo que nos han vendido no es real, que todos sus libros intentan hacernos ver la otra cara de este lugar injusto. Novelas para jóvenes como el "Diario violeta de Carlota" y ensayos para adultos como "Rebeldes, ni putas ni sumisas". Ambos son análisis de la realidad que vive la mujer española analizando lo que nos rodea.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

"Me parece significativo que el 46% de españoles opinen que la mujer tiene que dejar de trabajar para cuidar a su hijo"

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


"No entiendo porqué el Foro de la Familia dice que el matrimonio homosexual atenta contra la familia, cuando precisamente la nueva ley amplía las posibilidades familiares."

Texto: Marta Iglesias
Fotos: © Ester López

He escrito 'Rebeldes, ni putas ni sumisas' porque creo que las mentalidades han cambiado poco. Aparentemente han variado cosas en España, pero en la práctica las mentalidades siguen igual que hace treinta o cuarenta años. Hablas con hombres incluso progresistas y te dicen: ¡Pero de qué os quejáis, si estáis muy bien! Si habéis conseguido ya casi todo. ¿Será posible que no se den cuenta?"

-¿Mujer y rebelde son dos palabras inseparables?
-Deberían serlo, pero para ello hay que darse cuenta de que los cambios son todavía muy pocos. Muchas mujeres no perciben las desigualdades, porque estamos tan acostumbradas a verlas que sólo cuando deseas de verdad hacerlo, abres los ojos a la realidad, y ves determinadas cosas. Entonces creo que no hay más remedio que volverse rebelde.
El mundo que nos han vendido es un mundo visto desde los ojos del hombre blanco, rico, occidental. En la medida en que tú no perteneces a ese grupo, cuestionas que ese mundo no se corresponde con la realidad. Con respecto a los hombres y mujeres también pasa lo mismo. Todo está visto desde la óptica masculina así que como mujer no puedes hacer otra cosa que rebelarte, claro.

-¿Qué cuentas se supone que hemos de rendir al Estado, como indica en la contraportada de tu libro?
-Aunque ésa es una nota del editor, efectivamente siempre tenemos que estar disculpándonos por el hecho de ser mujeres. Te pongo un ejemplo: a mí la discriminación positiva no me gusta, preferiría vivir en una sociedad paritaria en la que todo el mundo tuviera las mismas oportunidades. Pero como no es así, hay que entender que para ocupar puestos de poder muchas veces hay que hacerlo por discriminación positiva. Me fastidia que se diga que por el hecho de ser mujer una chica puede ocupar un puesto. No es verdad, lo ocupa por el hecho de ser una mujer preparada y relevante. Lo que ocurre es que sin esa discriminación positiva, la mujer nunca llegaría a este puesto de responsabilidad. Las mujeres estamos todo el día disculpándonos por el hecho de conseguir cosas, por ocupar puestos y no tenemos por qué rendir cuentas. Sucede igual cuando escribes. Ellos nunca tienen que rendir cuentas respecto a lo que han escrito, si es un libro machista o sólo con personajes masculinos. Las mujeres constantemente tenemos que dar cuentas de eso y aunque no las demos nos cuelgan la etiqueta de 'literatura de mujer' y cosas de esas. Situación que a ellos no les ocurre nunca.

-"Muchas mujeres no son sumisas, es decir, se niegan a doblegarse al juicio de los hombres, de los varones". Pero muchas veces las normas más estrictas proceden de otras mujeres, en especial las madres, que son en realidad las que dan forma a nuestra inicial manera de pensar.
-El sistema patriarcal es un sistema perverso porque consigue que se perpetúe el sistema gracias sobre todo a las mujeres, que son en gran medida las educadoras. Pero también pienso que en estos momentos las mujeres tienen un peso mucho menor en la educación que por ejemplo la televisión, que es una herramienta estupenda para la sociedad patriarcal. A través de este y otros medios de comunicación se están perpetuando todos los roles y estereotipos, y los chavales se los tragan cada día en forma de dibujos animados o películas.

-¿Qué características debería tener una mujer que sea madre y no quiera educar a sus hijos en la línea patriarcal?
-Tiene que tener mucha fuerza y asumir que va a ir en contra de la sociedad. Pero sobre todo, la única forma de cambiar las cosas es demostrarlo con el ejemplo y exigir en casa un cambio de actitud al compañero y a los hijos e hijas. También deben tener en cuenta que van a ser incomprendidas por una parte de la sociedad. Por ejemplo, si educan a su hijo como una persona que pueda manifestar sus sentimientos, es posible que en algún momento le digan '¿crees que lo estás educando como un hombre?' Pero hay que resistir a este tipo de presiones.

-¿Por qué son tan pocos los hombres que ven necesaria su rebelión contra el sistema patriarcal?
-Porque están muy cómodos instalados en el poder y tienen miedo de perder una vida cómoda. El porcentaje del 46% de españoles que creen que la mujer tiene que dejar de trabajar para cuidar a su hijo me parece significativo de lo que opinan los hombres de esa cuestión. Y sin embargo, creo que ganarían muchas cosas si vivieran en una sociedad paritaria. Ganarían el poder ir por la vida tal como son, sin tener que ir siempre de duros, de competitivos, reprimiendo sus emociones. Así que el día que se decidan de verdad a ser rebeldes no sólo perderán algunas cosas -como una parte de poder-, sino que también ganarán. Y probablemente se den cuenta de que aquello que perdían tampoco era tanto.

-¿Por qué hay tantas mujeres que creen que la igualdad ya se ha conseguido?
-Creo que es porque sí es cierto que ha habido unos cambios respecto a hace cuarenta años. Ahora las chicas tienen exactamente las mismas posibilidades que los hombres a la hora de ir a la universidad, de tener relaciones sexuales, pueden controlar su embarazo... Sin embargo, llegado a un cierto momento, en el que creo que el límite es la maternidad, las mujeres se dan cuenta de que realmente las cosas no han cambiado: quienes se tienen que quedar en casa cuando el niño está enfermo son ellas o las que tienen que pedir reducción de la jornada laboral son ellas. Y entonces es cuando las chicas empiezan a pensar que quizás no han cambiado tanto las cosas. Lo que pasa es que como tardan tanto en ser madres lo descubren bastante tarde, aunque yo espero que entonces empiecen a ser rebeldes.

-¿Cuál es esa propia manera de actuar de las mujeres que no coincide con la rigidez del patriarcado?
-El patriarcado ha asignado unos roles a las mujeres y unos roles a los hombres, y es muy rígido y muy difícil salir de ahí. Los hombres son duros, tienen que trabajar, son competentes profesionalmente. Las mujeres en cambio somos cuidadoras, nos ocupamos de los niños, de los ancianos. Ser cuidador está bien, pero las mujeres hemos aprendido a ser competitivas, a entrar en el mercado de trabajo... a salirnos de los esquemas que marca la sociedad patriarcal. La socióloga y antropóloga Helen Fisher dice que las mujeres tenemos un pensamiento diferente, porque podemos pensar varias cosas en cadena, mientras que ellos están más centrados en una única cosa. Y eso se debe a cómo hemos estado acostumbradas a trabajar.

-Las personas conservadoras consideran que si se destruye el patriarcado la sociedad se abocará al caos. ¿Qué crees tú que sucedería?
-A lo largo de la historia de la humanidad la mujer ha intentado muchas veces salir de los esquemas patriarcales, y muchas veces ha tenido que volver atrás. Ha habido otras épocas en la historia de la humanidad en las que los movimientos han sido tan fuertes o más que ahora. Por ejemplo, durante la revolución francesa, las mujeres batallaron al lado de los hombres arriesgando su vida por unos ideales de paridad y al final se quedaron fuera. Me preocupa que volvamos atrás, pero considero que ahora hay dos variables que no habían aparecido a lo largo de la historia de la humanidad: que la mujer tiene acceso a la instrucción de forma mayoritaria y entonces es difícil que acepte regresar a determinadas posiciones, y que por primera vez la mujer puede controlar la maternidad y no se encuentra en la situación de tener que parir diez hijos y dedicarse a ellos.

-Mientras los conservadores se rigen por normas estrictas. ¿Qué sucedería si desapareciera esa estructura?
-Sería estupendo. Por ejemplo, creo que hay que favorecer que haya familias de muy diversos tipos, porque el patriarcado sólo prevé una: una familia con un padre y una madre, una madre que trabaja en casa y que no recibe ni compensación económica de ningún tipo por ello, y un señor que trabaja fuera de casa y que tiene las riendas del poder. En cambio, en la medida en que hay familias monoparentales, familias de homosexuales, familias de lesbianas... familias de todo tipo es mucho más difícil que ese patrón estructural del patriarcado siga existiendo y por lo tanto la sociedad tenderá a una paridad. El sistema tan rígido tiene que dar paso a un sistema mucho más flexible. En la medida que la sociedad se flexibiliza y entiende que hay distintas formas de funcionar, sería beneficioso para todos los grupos que no han tenido posibilidades de llegar al poder, no sólo las mujeres.

-Con ello me vienen a la mente las manifestaciones que actualmente se están realizando para preservar la familia como institución. ¿Por qué crees que asistimos hoy a este espectáculo?
-Yo nunca acabo de entender cuando el Foro de la Familia se manifiesta en contra del matrimonio homosexual, diciendo que atenta contra la familia. Creo que lo miran de una forma muy restrictiva porque precisamente la ley sobre el matrimonio homosexual lo que hace es ampliar más las posibilidades de familia y por lo tanto está a favor de ella. Hay gente muy fundamentalista, con unas ideas muy restrictivas, que son las que realmente hacen más daño a los colectivos más discriminados como las mujeres, los inmigrantes, los homosexuales... y que sólo favorecen a los que son ricos, blancos, hombres.

-¿Por qué la Iglesia sólo defiende un modelo de familia?
-Porque a la Iglesia le pasa lo mismo, es muy fundamentalista y en realidad está muy alejada de la sociedad. Si de verdad se dedicase a mirar realmente quiénes son todavía católicos en España se encontraría con una sorpresa, porque católicos que compartan lo que dicen ellos apenas hay; por lo tanto hay un divorcio entre la Iglesia y sus fieles. ¿Por qué mantienen esa idea tan arcaica de lo que tiene que ser la familia? Pues por la misma razón que piensan que las mujeres no tienen por qué llegar al poder en la Iglesia, o por la misma razón por la que negaron que la tierra era redonda en su momento; se aferran a unos dogmas de hace siglos que ya no tienen sentido de ser, pero ellos piensan que de esa forma van a preservar su permanencia en la tierra. Ese sistema de familia les favorece, porque otras familias más abiertas no aceptarán estas injerencias de las jerarquías eclesiásticas tan fundamentalistas. Lo que está detrás de todo es el miedo a perder el poder. ∆

   

   
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