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MAYO 2005
ALGO SE MUEVE EN EUSKADI
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El pueblo vasco se ha vuelto a manifestar, y su opción es claramente
nacionalista, aunque no tan radical como algunos esperaban y otros
desearían para tener más carnaza que cortar. |
Las pasadas elecciones en el País Vasco
han dejado en evidencia una o varias cosas claras. Primera, que el PNV sigue
siendo el primero, o lo que es lo mismo, que el nacionalismo vasco sigue
estando fuerte. Segunda, que a pesar de ello, la posible radicalización de
este nacionalismo, plan Ibarretxe, no es del gusto de todos, por lo cual el
PNV recibió un toque de atención con pérdida de votos, lo que le aleja de la
posibilidad de imponer su plan y tener que negociar su futuro gobierno.
Tercera, que los seguidores de Batasuna siguen donde siempre, es decir, que
un porcentaje de vascos apoyan esta opción, sea cual sea su nombre, lo que
quiere decir que no es cuestión de legalización o no la solución del asunto,
sino de buscar vías de diálogo, de abrir las mentes a planteamientos hasta
ahora impensables, de acercarse todos en un espacio nuevo, común a todos y
sobre todo, posible.
Es de destacar en todo esto la postura y actitud de Zapatero. Al igual que
en las elecciones generales que le convirtieron en presidente, ahora se
arriesgó a vaticinar que iba a ocurrir un cambio en Euskadi, cambio que
efectivamente las urnas nos muestran y también la necesidad de vías nuevas
de diálogo para resolver problemas y entenderse.
Zapatero, a diferencia de Aznar y de la plana del PP actual, busca nuevos
espacios, confía en el diálogo, respeta y cree en una paz sin imposiciones
ni autoritarismos despóticos, algo que, además, nunca doblegará el espíritu
vasco.
Para relacionarse con un pueblo, para entenderlo, hay que conocerlo y
respetarlo.
Aznar, como buen fascista, sólo ve lo que él cree posible. Pero si queremos
convivir en paz los unos con los otros tenemos que abrir nuestras mentes a
las de los demás y profundizar en sus planteamientos, en sus necesidades.
Dice Zapatero que hoy más que nunca la paz es posible, y es cierto. Pero
también es cierto que existen poderosas fuerzas en este país que no desean
la paz, que desean la rendición y el acatamiento indigno a lo que ellos
denominan la España invertebrada.
Los conceptos sólo son válidos si conllevan calidad de vida y respeto a la
libertad y la dignidad humana.
Lo que ayer fue básico para el desarrollo, hoy puede ser un freno y mañana
un cáncer.
Esa es la ley de la evolución, donde la transformación, la renovación y lo
posible, abren las puertas hacia nuevos horizontes.
Pero en todo ello existe un riesgo, porque éste es parte también de la misma
esencia de la vida.
Ahora, el pueblo vasco se ha vuelto a manifestar, y su opción es claramente
nacionalista, aunque no tan radical como algunos esperaban y otros desearían
para tener más carnaza que cortar.
Pero nadie puede negar ni dar la espalda a la realidad, porque si se trata
de reafirmar la democracia, ésta acaba de decir a todos lo que piensan y
quieren los vascos, la mayoría de los vascos.
Ahora queda que unos y otros se sienten a dialogar, pero sin olvidar lo que
el pueblo manifestó, la voluntad popular, porque ésa es la esencia de la
democracia.
Lo contrario sería demostrar que poco importa lo que el pueblo opine, que se
está ahí por manejar poder y para conseguir más poder.
Zapatero e Ibarretxe tienen la llave. El pueblo vasco será el gran
beneficiado o el gran perdedor.
Y con él la democracia./ MC |
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