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Abioncillo (Soria)
Foto: Pep Tuneu

MARZO 2005


La buena educación

A simple vista la historia de Abioncillo (Soria) es la misma que la de otros tantos pueblos abandonados por sus habitantes, en busca de nuevas oportunidades en la gran ciudad. Hasta que un grupo de profesores sorianos lo rehabilitó y lo convirtió en un centro educativo alternativo al que acuden alumnos de toda España, e incluso Alemania, Inglaterra y Estados Unidos.

Félix Martínez, profesor de Abioncillo nos acompaña en un apasionante viaje a este pueblo recuperado, que se encuentra ubicado entre los espacios naturales del Sabinar de Calatañazor, la Fuentona de Muriel y el Parque Natural del Cañón del Río Lobos. "El grupo que iniciamos el proyecto -recuerda el profesor- teníamos en común esa preocupación por el abandono del medio rural, la falta de iniciativas y también compartíamos la ilusión por hacer algo nuevo en educación."

-¿Qué ofrece Abioncillo de diferente en lo que a educación se refiere?
-Nosotros intentamos ofrecer sobre todo la parte activa, en la que el alumno participa en el proceso educativo. Que observe, que descubra, que manipule, que experimente y eso sobre todo en relación con el medio natural pero también con las ciencias sociales. En nuestros programas aparecen actividades como ir a yacimientos arqueológicos, conjuntos histórico-artísticos, iglesias, castillos... También incluimos la cultura tradicional, e incluso disponemos de un museo etnográfico.

-Tras la educación está la libertad. Pero, ¿la educación que se recibe actualmente ayuda a pensar, o es un conjunto de datos inconexos?
-Nosotros conocíamos sobre todo la educación que habíamos recibido y veíamos que era muy teórica. No tenía sentido vivir en Soria con el arte al lado y luego estudiarlo en el libro. Con la reforma educativa coincidíamos teóricamente: había que dar más participación al alumno. En la reforma eso estaba recogido, y al llevarla a la práctica se avanzó algo porque ya los alumnos saben recoger más información, se da menos importancia a la memorización... Pero paralelamente no se estimula demasiado el afán crítico, el buscar fuentes, el investigar. Todavía se sigue dependiendo mucho de los conocimientos teóricos, y los logros dependen del profesor, de la filosofía del centro, de la actitud de los alumnos...

-El ingrediente de esta Cooperativa de Enseñanza es que está en un pequeño pueblo rodeado de naturaleza. ¿Nuestra relación con el entorno natural es una cuenta pendiente?
-Desgraciadamente es la propia sociedad la que dificulta este encuentro. No veo mucho sentido a que alguien que vive y trabaja en una macrourbe dedique el fin de semana, vacaciones o determinados momentos al contacto con la naturaleza. Habría que hacer ciudades equilibradas, donde no esté lo urbano contrapuesto a lo rural o a la naturaleza. Pero esto no lo vamos a conseguir mientras las ciudades sigan creciendo y los pueblos se sigan abandonando.

-¿Qué se obtiene de la mezcla educación-naturaleza?
-Nosotros buscamos esa mezcla, que es la que se da cuando vas al campo y ves un ave y la observas, te preguntas qué hace ahí, de dónde viene, por qué tiene ese pico... La investigación es muy bonita cuando reproduces el proceso de los que han llegado a esos conocimientos y para ello tienes que estar en contacto con el medio natural
./ Marta Iglesias

 

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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