a Mujer Placer no es
la mujer del placer, deseada y despreciada por el hombre, es una mujer
que ama los placeres de la vida, que habla y disfruta al escribir sobre
el placer". Es la mujer que no tiene miedo a abandonarse, a
experimentar, a reírse de sí misma, a beber de la copa del elixir
prohibido y disfrutarlo... a expandirse en cuerpo y alma y explorar
nuevos caminos... para al final descubrir lo que siempre intuyó y que
estaba dentro de ella... Lourdes Ventura realiza un desnudo integral y
rompe moldes. A través de un formato original y muy elaborado, establece
una especie de juego que consigue transportar al lector a las puertas de
otra realidad que ya está ante nuestros ojos: "Nace una nueva forma de
ser mujer y ello va a conmocionar al mundo".
-"La Mujer Placer va a protagonizar una mutación social
sin precedentes en el siglo XXI". ¿Cómo va a ser?
-Me refiero a una mutación social que se viene dando en los países
democráticos desde hace dos décadas y que tiene que ver con el hecho de
que las mujeres están desterrando las actitudes "sacrificiales", y las
han sustituido por las nociones de placer, bienestar y plenitud. Hay
algo que las mujeres dicen hoy a menudo: "Quiero sentirme bien". Sin
ninguna duda todos los códigos sociales heredados del pasado y
vinculados al sacrificio y a la autocastración de los deseos femeninos
están perdiendo vigencia en las sociedades avanzadas.
-Te traslado dos preguntas que recoges en tu libro: ¿Y
si hubiera intereses creados para mantener dormidos nuestros deseos y
narcotizados nuestros sueños más profundos? ¿Y si el mandato de no
contemplar el rostro de Eros -la verdadera naturaleza- no fuera más que
el miedo a ver despertar nuestra conciencia crítica?
-No hay más que repasar la verdadera historia de las mujeres para ver
hasta qué punto las religiones, los códigos sociales de cada época, y
los propios filósofos se inventaron una "naturaleza" femenina falseada.
Resultaba más conveniente que las mujeres no tuvieran deseos, ni
capacidad para aprender, ni derecho a una existencia plena.
Naturalmente, en el siglo XXI y en los países industrializados, las
sociedades del bienestar han necesitado para su construcción la enorme
energía que emana de las mujeres, pero basta con observar una gran parte
del mundo para saber que las "mujeres-dolor" amordazadas y sometidas,
siguen recordándonos que queda mucho trabajo por hacer. Y en ese sentido
en el libro marco con claridad las diferencias, y frente a la Mujer
Placer del mundo de la abundancia hablo de las mujeres víctimas de los
países no desarrollados. Pienso, sin embargo, como lo creen Carmen
Alborch, Pepa Roma o Fatima Mernissi, que en esta desigual aldea global
hay cada vez más mujeres comprometidas con la solidaridad y la justicia.
Porque las mujeres del mundo de la "felicidad-aquí-y-ahora" oscilamos
entre la indignación por el horror que asola a las "otras" mujeres y la
defensa de nuestra expansión individual.
2No
hay más que repasar la verdadera historia de las mujeres
para ver hasta qué punto las religiones, los códigos
sociales de cada época, y los propios filósofos se
inventaron una 'naturaleza' femenina falseada" |
-¿Qué placeres descubre y disfruta esa nueva Mujer?
-Es una especie de paradoja, al tiempo que vivimos en un mundo
complejo en el que percibimos la fragilidad de todos, las mujeres están
reivindicando los momentos gozosos de la vida en su sentido más amplio.
Puesto que la felicidad a largo plazo parece inalcanzable, y los
paraísos más allá del nuestro se contemplan muy lejanos, una especie de
hedonismo femenino, más equilibrado que exaltado, se constituye como un
eje que abarca el cuerpo, la nueva exigencia de una democracia de
pareja, la realización profesional, la incorporación de la autoironía
-que yo he llamado el síndrome de Bridget Jones-, la maternidad gozosa,
extendida también a las "nuevas solteras" que pueden permitirse la
elección de ser madres adoptivas o biológicas. En esa conquista del
bienestar íntimo incluyo la solidaridad hacia las mujeres que sufren en
el mundo, y la valentía amorosa, capaz de protegerse del posible dolor
afectivo. También estamos diciendo basta a las relaciones de pareja que
acaban torturando. En el estado de ánimo que se refleja en el libro a
través de las palabras de muchas escritoras percibo cada vez menos
masoquismo sentimental en las mujeres que hoy exigen igualdad en el dar
y recibir emocional.
-Comentas que la Mujer Placer quiere sobre todo reír.
Necesita del humor. ¿Qué descubre tras esa risa? ¿Qué experimenta?
-No se trata de que las mujeres contemporáneas que deciden decir basta a
un destino trágico se dediquen a reír por reír, sino que cada vez
observamos como nos defendemos mediante el humor. Las mujeres nos reímos
ahora mucho más de nosotras mismas, utilizamos la mirada irónica sobre
nosotras y nuestras catástrofes, tanto para protegernos de los batacazos
de la vida, como para poder evolucionar. Como explica el filósofo Gilles
Lipovetsky en el prólogo de mi libro, hace años las mujeres eran
espectadoras pasivas de las bromas que hacían los hombres. Hoy vemos en
la escalada de escritoras humoristas, en las actrices cómicas, en las
actitudes lúdicas igualitarias de las adolescentes o en la incorporación
del humor en los diálogos afectivos , que reír nos hace bien, que nos
relaja y nos ofrece la posibilidad de encontrar nuevas salidas incluso
en los peores momentos. Hasta la ciencia refrenda las cualidades
terapéuticas de la risa.
-¿A qué le llamas tú pactar con una misma? ¿Qué hay tras
ese pacto?
-Algo tan sencillo y tan difícil como saber exactamente qué es lo
que nos hace bien y qué es lo que nos daña. Y en el camino de ese
autoconocimiento creo que están hoy muchas mujeres.
-¿Qué le susurra al oído una Mujer Placer a otra?
-Tal vez lo que he comentado antes se ha convertido para las mujeres
en un murmullo a voces: "quiero sentirme bien". Esa evolución colectiva
hacia la búsqueda del bienestar es indudable, a pesar de que su logro no
resulte tan fácil en unas sociedades donde la vulnerabilidad nos afecta
a todos.
-¿De dónde crees que viene ese temor a abandonarse en
los placeres? ¿Qué hay tras ese abandono?
-El placer ha suscitado muchas sospechas a lo largo de la historia
de la humanidad. Los filósofos y las religiones llevan muchos siglos
reflexionando sobre la legitimidad de los placeres. Todos llevamos a la
espalda muchos siglos de mala conciencia con respecto al goce. Pero en
el caso de las mujeres la carga de culpabilidad, sobre todo en relación
al placer físico, ha sido más persistente a través del tiempo. La
separación entre procreación y sexualidad es muy reciente, y si
escuchamos el discurso apocalíptico de los obispos españoles vivimos
todos y todas en estado de "pecado masivo". De modo que sacudirse tanto
peso no ha sido fácil. Pero basta con observar, y escuchar, a las
jóvenes de hoy en cualquier bar de la Europa democrática para entender
que se está produciendo un cambio importante en esos terrenos.
"Si
escuchamos el discurso apocalíptico de los obispos españoles
vivimos todos y todas en estado de 'pecado masivo' " |
-"Los placeres que a mí me interesan son los que dejan
huella en nosotros, los que desvelan una especie de secreto". ¿Qué le
han desvelado los placeres a Lourdes Ventura?
-Las experiencias de placer intenso, y no me refiero sólo a los
goces físicos, sino también a momentos de goce estético o espiritual,
tienen siempre para mí algo de iluminación fulgurante. Como cuento en el
libro, en cierto modo soy una coleccionista de ese tipo de momentos, lo
que Maslow llamaba "experiencias cumbres". Tal vez porque no me ha sido
dado conocer una felicidad continuada, he aprendido a acotar y a
saborear segmentos muy nítidos de placer, aunque sean pasajeros o
sensaciones microscópicas. Y de todos los placeres, como pensaba Madame
du Chatêlet, el sentimiento del amor es el que más gozo me ha procurado.
-¿Cuál fue la primera idea que pasó por tu cabeza que
luego dio origen a este libro?
-El hedonismo es un tema que me ha sido cercano desde la juventud,
no en vano he crecido en Alicante, una ciudad mediterránea, bastante
libre y muy marcada por las costumbres más abiertas que llegaban con el
turismo. La búsqueda de la felicidad, o su ausencia, está presente en
casi todas mis novelas. Pero es cierto que llevaba tiempo deseando
explorar un estado de ánimo que presentía en las mujeres contemporáneas
y que estancias en Francia y viajes por otras ciudades europeas parecían
confirmar. Y lo quería hacer procurando que la reflexión estuviese
marcada por una escritura placentera, que me permitiera a mí como autora
disfrutar también de un texto que al final ha resultado caleidoscópico,
y en el que me he movido con libertad. En estos paseos por los placeres
quería entrelazar el pequeño relato con el dato estadístico, el apunte
íntimo con la mirada sociológica. De modo que el texto se fraguó como un
laberinto de fragmentos, y eso me ha permitido distintas tonalidades, y
sobre todo quise apoyarme en muchas otras miradas ajenas, que a mí me
resultan muy ilustrativas de un estado de conciencia colectivo.
-¿Qué has experimentado después de "dar a luz" a la
Mujer Placer?
-He recibido los testimonios de muchas mujeres que han visto
reflejada su búsqueda de una mayor plenitud en este libro. Y también
percibo que es un tema polémico, y que a muchas personas les inquieta o
irrita. En todo caso, a mí me parece saludable la confrontación. Yo he
escrito en la introducción de La Mujer Placer que no pretendía
tanto encontrar la Verdad en un tema tan resbaladizo y poliédrico como
el placer, como dejarme conducir por sus vericuetos, despertar la
conciencia propia y ajena de los goces y sugerir sensaciones. Y
bastantes lectoras, y también lectores, me han comunicado sencillamente
que han disfrutado con la lectura del libro y que se han deslizado por
sus páginas encontrando el "placer del texto". Y ese feed-back
está siendo muy satisfactorio. ∆