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JUNIO 2005
LA VISION INTERNA
E l Hombre Real, el Hombre del Sueño, aún
no existe. Su diseño permanece en la Mente del Uno, del Creador, como un
proyecto de futuro, como una idea que inevitablemente se realizará, pero aún
no llegó su tiempo.
El hombre actual es una combinación de pasado y futuro. Su estructura
contiene restos de sus orígenes, de su evolución, y también atisbos de lo
que será el Hombre Nuevo, aunque estos sean muy sutiles y permanezcan
eclipsados por las tendencias de la vieja naturaleza.
El Hombre Nuevo existe dentro del hombre actual. En su interior se
desarrolla lentamente como el feto lo hace en el interior de su madre.
Podríamos decir que es la "otra cara" del hombre actual, el reverso.
Si el hombre actual está construido para relacionarse con el exterior, el
Hombre Nuevo tiene su campo de desarrollo en el Espacio Interior.
Son los dos mundos donde la Vida experimenta, donde el pasado va poco a poco
extinguiéndose y donde el futuro se va diseñando.
El hombre actual es poseedor de una serie de sentidos a través de los cuales
tiene consciencia del entorno en el cual se mueve y con el cual se
interrelaciona. Sin esos sentidos sería incapaz de poder computar con su
mente el espacio exterior y sus características.
Pero existe otro Espacio al que esos sentidos no llegan, sencillamente
porque no fueron diseñados para eso.
Ese Espacio Interior o Mundo Interno es, en realidad, el Origen de todo lo
que se manifiesta en el exterior, pero sus coordenadas en tiempo y espacio
son otras, muy diferentes a las que en el exterior tenemos clasificadas.
Podríamos decir que en el Mundo Interno no existe el tiempo, todo está bajo
la velocidad y el movimiento, y un ser puede "viajar" tan aprisa como él
pueda controlar. Y lo mismo sucede con los pensamientos, la visualización,
la imaginación, la creación y destrucción de ideas, etc. Todo ello no posee
tiempo. Nacen, viven y mueren en un Espacio sin tiempo.
El hombre actual posee visión externa, unos ojos que le transmiten imágenes
del entorno, imágenes que el cerebro codifica e interpreta. Pero dichas
imágenes no son reales, porque son la expresión de una irrealidad. Todo lo
que existe en el exterior está en constante movimiento y transformación, por
eso nunca nada es real, siempre codificamos con nuestro cerebro lo que vimos
en el pasado, no lo que es presente y mucho menos lo que será en el futuro.
Ahí radica el grave problema de estar bajo el dominio del tiempo, que nunca
vivimos lo real, siempre en el pasado.
El Hombre Nuevo desarrollará la visión interna, que a diferencia de la que
es consecuencia de los ojos, ésta se basa en la percepción mental del
exterior. Y esta percepción mental sólo es posible cuando el individuo
consiga negar lo que le transmiten sus sentidos y sepa "ver", buscar, detrás
de lo aparente para discernir lo que es, no lo que parece ser.
La consecuencia del desarrollo de la Visión Interna será la destrucción
definitiva de la mentira, de lo falso, de lo ilusorio, que tan fatales
consecuencias acarrea a todo el campo de las relaciones humanas y también a
las del ser humano con los otros reinos y con la Madre Tierra.
La Visión Interna hará al hombre partícipe de otra realidad muy diferente,
porque la verdadera Vida es mucho más de lo que se expresa, de lo que se
percibe.
En realidad será ver el mundo, la creación, y a los demás a través de la
Mente, tal y como todo es concebido en la Mente del Uno, no como nuestros
sentidos, casi siempre de forma egoísta e interesada, nos transmiten.
El Hombre Nuevo, a diferencia del actual, vivirá en el Espacio Interno y
desde él se proyectará al externo para crear, pero siendo consciente de que
tan sólo será algo temporal que, además, está sometido a la destrucción.
Y ese Hombre Nuevo saldrá del hombre actual. No hay prisa, en el no-Tiempo
no existe la prisa. Sólo existe la certeza absoluta que el Sueño se hará
realidad. ∆ |
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