Que yo soy de letras, por
favor. Mucha cultura, el Xacobeo, el Forum, la Expo y el Centenario del
Quijote, pero a la hora de la verdad, va a resultar que soy analfabeta
para la vida moderna. Analfabeta y autónoma, a mucha honra. |
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FEBRERO 2005
HACIENDA Y YO
POR ELENA F. VISPO
A hora que leen esto, ya se me habrá
pasado el mosqueo (o no) pero ahora mismo llevo varios días con Hacienda
p'arriba y Hacienda p'abajo, con las cotizaciones, las retenciones, las
operaciones intra y extracomunitarias, el IVA y la madre que lo parió. Mi
amigo Alberto, el de la gestoría, dice que soy una exagerada y que no es tan
complicado, pero esto es lo único que le entiendo cuando me habla, porque el
resto de las cosas me las dice en clave: el 190 lo comparas con el 110, el
130 lo acumulas, porque si no al final hay que compensarlo. No te olvides de
incluir el 216 en el 296, que si no, no te cuadra. Y no te preocupes si un
300 te ha dado negativo, porque al juntarlos en el 390 te sale a compensar
el año que viene.
Claro, así no hay quien pueda. Que yo soy de letras, por favor. Mucha
cultura, el Xacobeo, el Forum, la Expo y el Centenario del Quijote, pero a
la hora de la verdad, va a resultar que soy analfabeta para la vida moderna.
Analfabeta y autónoma, a mucha honra. Esto quiere decir que pago una pasta
todos los meses para no tener nómina, no tener paro, y tener menos baja,
menos cotización y menos prestaciones en la Seguridad Social que los
trabajadores por cuenta ajena.
Por eso siempre digo que esta bien eso de generar autoempleo y levantar la
economía española con estas manitas. Aunque mi amigo Alberto, de nuevo, me
ha lanzado una sentencia que ni la Pitonisa Lola en sus días más negros:
"los tres primeros años vas a pasar mucha hambre". Hambre no he pasado
todavía, así que no me quejo, y tampoco me aburro. Por ejemplo, el otro día
descubrí que el epígrafe del IAE en el que estoy dada de alta responde,
según donde lo mires a "representante técnico del espectáculo" o a "comercio
de maquinaria agrícola". Claro, una vez que empiezas a tener serias y
fundadas dudas acerca de la naturaleza de tu profesión, te planteas mandar
el epígrafe a tomar por saco y sacarte directamente la licencia para montar
un circo, porque te crecen los enanos.
El caso es que, tras varias horas mano a mano con la calculadora y mi amigo
Alberto, que tiene más paciencia que un santo, me encaminé a Hacienda con
mis papeles bajo el brazo, dispuesta a entregarlos como buena ciudadana.
Tras hacer cola en la cola de información para ver dónde está la cola que me
toca, porque cada vez que voy han cambiado de ventanilla, me pongo en la que
es. Y cuando llego al final la amable funcionaria (sorprendentemente era
amable) me dice que hay un código en el 296 que no le tiene pinta de estar
bien, y que casi mejor que pregunte en Información antes de entregarlo, no
sea que vaya mal y luego me llame un inspector, cosa que siempre acojona un
poco.
Así que vuelta a la cola del principio, media hora para que te digan que sí,
que está bien, y de nuevo a la cola de recepción de documentos, donde la
amable funcionaria pone cara de "estos de información no saben hacer la O
con un canuto, ya verás como está mal". Y yo, menos convencida que ella, lo
entrego porque si no me fío de un sitio que pone Información en la
ventanilla, a ver de quién me fío. Y lo entrego sobre todo porque no puedo
más, porque llevo tres horas de reloj haciendo colas y como siga así pueden
pasar días y se me acaba el plazo de entrega. Así que el impreso va como va
y que venga lo que tenga que venir: las siete plagas de Egipto o el
inspector fiscal, y si hace falta le explico mi vida al Ministro de Hacienda
en persona.
Total, que tengo los papeles sellados, un cierto complejo de paleta, y muy
mala conciencia. Porque ahora, cada vez que suena el teléfono, pienso que es
el inspector que llama a mi puerta, como Avon, y me va a meter un paquete
por poner mal un NIF intracomunitario, que ya tendría bemoles la cosa. Ya de
empapelarme, que sea por defraudar millones y blanquearlos en un banco
suizo, digo yo, no por un error de novata. Porque, perdóneme que insista en
el tema, señor inspector, pero es que yo soy de letras. ¿No podrían hacerme
una reducción del ierrepeefe si demuestro que he leído el Quijote? ∆ |