ENERO 2005
PEDRO ZEROLO
Hasta hace poco tiempo, su rostro representaba a los
gays y lesbianas de nuestro país. Hoy además de ser
concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid,
portavoz de Empleo y Servicios al Ciudadano del grupo socialista, es
miembro de la Ejecutiva Federal del
PSOE y Secretario de Movimientos Sociales y Relaciones con las ONG. Pero
además, Pedro Zerolo es el estandarte de una sociedad que se abre paso
poco a poco, la sociedad del Arco Iris.
Texto y foto: Mariló
Hidalgo
Una lucha desde la
razón
Nació en Venezuela en
el breve tiempo que su padre estuvo allí exiliado. Luego regresó a
Tenerife donde estudió derecho. En el 82 se traslada a Madrid para
luchar en diferentes frentes. Primero trabaja al lado de los marginados
de la mano del famoso cura de Entrevías, Enrique de Castro. Luego le
hace guiños al Partido Radical Italiano. Pero pronto se embarca en la
lucha del movimiento gay donde pasa a ser presidente de la Federación de
Gays y Lesbianas. Antes de que le llamase Trinidad Jiménez para formar
parte de las listas del PSOE por Madrid, Ruiz Gallardón le hizo una
oferta que él desechó porque "una persona que ha defendido durante toda
su vida ideas de izquierda no puede sumarse a un proyecto así".
-Aunque tu cara es nueva en la política representativa,
no eres un recién llegado. Son muchos los años de lucha reivindicativa
en la calle. ¿Cómo fue ese salto?
-Siempre he sido una persona de izquierdas y socialista. Siempre he
hecho política en la calle. Y siempre soñé, porque mi vida está
compuesta de muchos sueños que se van haciendo realidad. Todos los
movimientos de liberación además de políticos, transgresores,
revolucionarios... tienen algo de románticos. Un espacio donde hay que
soñar con mucha fuerza y con convicción de que eso se puede convertir en
realidad. Soñé que de entrar en política representativa lo haría de la
mano de una mujer, y así fue. Trinidad Jiménez me llamó para formar
parte de la lista del PSOE para el Ayuntamiento de Madrid y me dijo algo
que me entregó por completo. Me comentó que me llamaba no por lo que
representaba (presidente de la Federación de Gays, Lesbianas y
Transexuales) sino por mis ideas, por lo que decía y defendía. Y eso es
algo que conquista a cualquier mujer u hombre homosexual, porque estamos
acostumbrados a que se nos vea, pero no a que se nos escuche.
-Y de ahí, a la Ejecutiva.
-Sí, de concejal del Ayuntamiento de Madrid paso a la Ejecutiva del
PSOE.
"La sociedad del Arco Iris es una
sociedad plural, diversa, participativa, paritaria donde
cabemos todos y todas" |
-Creo que te pilló por sorpresa el nombramiento...
-Sí, me pilló yendo a la fiesta del Orgullo Gay con Jesús, mi
pareja. Sonó el móvil y me dieron la noticia. Lo celebré unos instantes,
pero estaba tan impactado que regresé a casa. Me metí en la cama, me
tapé y enroscado por completo, empecé a pensar cómo iba a ser el día
siguiente, qué iba a hacer de mi vida y sentí esa sensación de ¡lo que
me espera! Sabía que mi nombre sonaba pero te aseguro que fue una
sorpresa. Fíjate que entré en el Congreso Socialista de invitado y salí
en la Ejecutiva. El estar hoy aquí, tengo muy claro que no es una labor
mía sino de mucha gente, de muchos que han trabajado como equipo de
forma anónima soñando que esto un día se hiciera realidad. Como dice
Benedetti, tenemos que considerarnos pedacitos de un enorme plural.
-Llevas muchos años luchando por los derechos de los
marginados...
-Siempre he estado al lado de los más frágiles, ahí es donde creo
que debo estar porque uno es de izquierdas y eso de estar al lado de los
desfavorecidos se lleva en la sangre.
-¿Qué recuerdos tienes de tu etapa en Madrid en la zona
de Entrevías, colaborando mano a mano con el religioso Enrique de
Castro?
-Fue y será un referente. Justo antes de esta entrevista, vengo de
Cáritas. Siempre he tenido y tengo una estupenda relación con los
Cristianos de Base. Considero que hacen una labor encomiable. Cuando se
plantean discusiones políticas sobre lo que está diciendo actualmente la
jerarquía católica, la demanda de gays y lesbianas, y el Proyecto que ha
planteado el PSOE a través del Gobierno, no me canso de decir que no es
una demanda que vaya contra nadie sino a favor de una sociedad donde
quepamos todos. No es una demanda contra la Iglesia Católica ya que hay
muchos homosexuales que son católicos. Ni contra las palabras de Jesús
de Nazaret que por cierto era un discurso de paz, justicia y amor.
Nuestro discurso choca con la dirección política de la Iglesia Católica,
las manifestaciones de algunos de sus obispos, manifestaciones
claramente clericales que intentan imponer la interpretación que ellos
han hecho del mensaje del Profeta en beneficio propio y de unos pocos.
-En octubre del pasado año se aprobó un Anteproyecto que
nos situaba en la vanguardia mundial de la defensa de homosexuales.
Personalmente, ¿qué te supone?
-Hasta el año 78 en este país se nos ingresaba en las cárceles como
delincuentes. Se nos ingresaba en los psiquiátricos como trastornados y
se nos mandaba al infierno como pecadores. El pasado año resolvimos los
dos primeros problemas, el tercero queda ahí pero no me preocupa porque
al cielo van los hombres buenos y las mujeres buenas. Y al infierno
vamos los que queremos ir a todas partes. Se ha conseguido mucho pero
también queda mucho por hacer. Vivimos en la UE, una isla dentro de un
mundo que no es aún del color del arco iris. Se sigue condenando a
muerte a homosexuales o a mujeres por el hecho de querer vivir en
libertad. Hay gente que se ha echado las manos a la cabeza al saber que
somos pioneros en este reconocimiento de igualdad y dicen que vamos muy
rápido, que habría que esperar. Tengo muy claro que pasado el tiempo
todo el mundo se irá apuntando, pero sólo unos pocos sabremos quién
estuvo a nuestro lado cuando luchamos por ello.
-¿Cómo es tu dios?
-Sólo adoro a una diosa que es mujer y es la diosa de la Razón.
-... que te permite ir a todas partes...
-Sí, los hombres malos vamos a todas partes. Aplico siempre en mi
actuación diaria los principios que siempre he defendido, con respeto a
los demás por supuesto, aplicando el sentido común y adorando sólo a la
diosa Razón. Creo en el ser humano, creo que hombres y mujeres somos
capaces de regirnos a nosotros mismos, de organizarnos en sociedad y que
para ello no hay que apelar a ninguna verdad trascendente, ni
inspiración divina, ni intermediarios. Y digo esto con total respeto a
las creencias de cada cual porque el principio de libertad religiosa es
un principio siempre defendido por la izquierda, que fue quien lo llevó
a los textos constitucionales.
-En varias ocasiones he escuchado que haces una
diferencia entre ser homosexual y gay. ¿Me lo puedes explicar?
-Eso en su momento me trajo problemas porque no sé si lo llegué a
explicar bien. Todos los gays son homosexuales pero no todos los
homosexuales son gays. Ser gay es defender una serie de ideas, intentar
cambiar las cosas, defender principios, luchar para que no te pisen, no
te vejen, no te segreguen. Un homosexual es un señor/a que tiene
relaciones con personas de su mismo sexo. Como ves ser gay es una
actitud política, es vivir como uno piensa, no como los demás quieren
que vivas. Esa es la diferencia.
"Hasta el año 78 en este país, a
los homosexuales se nos ingresaba en las cárceles como
delincuentes, en los psiquiátricos como trastornados y se
nos mandaba al infierno como pecadores" |
-Hablar del mundo homosexual es para muchos hablar del
"poder rosa". Tú en cambio defiendes a la sociedad del Arco Iris.
Háblame de esa sociedad.
-Es algo que ha sorprendido mucho. Llevamos muchos años luchando y
nuestra lucha es una lucha de liberación, política, reivindicativa,
transformadora, transgresora, revolucionaria. Y por fin esta lucha va a
tener un significado histórico importante: se trata del reconocimiento
de nuestra dignidad, en igualdad a los heterosexuales. De la misma
manera que en su día la lucha de las feministas no fue por su derecho al
voto, sino por la dignidad de la mujer en igualdad al hombre. O la lucha
de los negros fue por el reconocimiento de su dignidad en igualdad con
los blancos. Pues bien, en este tiempo hemos ido desarrollando un
discurso que es el de la sociedad del Arco Iris. ¿Qué pretendemos? Crear
una sociedad plural, diversa, participativa, paritaria, donde quepamos
todos y todas, con independencia de las diferencias de cada cual. Una
sociedad diferente. Y este discurso ha ido calando, abriéndose paso
cuando nadie lo defendía, hasta el punto de que está tiñendo de los
colores del arco iris esta legislatura que acaba de empezar. Es un
discurso abonado por la izquierda, por el Partido Socialista y que está
siendo un referente importante en la labor del Gobierno actual. Nuestro
movimiento es político, de lucha reivindicativa, de lucha para dejar de
luchar.
-Tu discurso tiene muy poco que ver con el típico
discurso gay y eso ha suscitado simpatías y proximidad por parte de un
amplio sector de población en nuestro país. ¿A qué crees que es debido?
-A que es un discurso que bebe de donde tiene que beber todo
discurso: del mundo de las ideas. En un momento determinado, hechos como
pueden ser las realidades raciales que han estado discriminadas, la
realidad de género de las mujeres o la realidad homosexual o transexual,
se cohesionan, se dan la mano porque la unión hace la fuerza y luchan
por lo mismo. Y para elaborar ese discurso como te decía hay que ir al
mundo de las ideas, y ésas siempre son de izquierdas, no hablo de
partidos, hablo de ideas. Los movimientos de liberación racial,
antiesclavistas, feministas, homosexuales, beben de ideas de izquierdas
y personalmente, ése ha sido el combustible necesario para aguantar esta
lucha tantos años. Nunca he sido partidario de discursos excluyentes,
dirigidos a realidades parciales. Defiendo todas las realidades que
forman parte del cuerpo social.
-En el momento en que José Luis Rodríguez Zapatero subió
al poder se percibió cierta feminización en la política. ¿Crees que esto
ha influido para que después de estar en la cola de la UE, hayamos
pasado a ser pioneros en el reconocimiento de los derechos de los
homosexuales?
-Lo que tiene claro el presidente y así lo ha manifestado en muchas
ocasiones es que defendiendo la libertad, defendiendo la igualdad, se
profundiza en valores. Eso es algo muy importante que nos va a hacer
sentir más orgullosos de pertenecer a este país que es España y va a
producir una mayor cohesión social y territorial. En estos momentos
tenemos por primera vez un gobierno paritario al 50%; el primer Proyecto
de Ley que se dirigió a las Cortes Generales fue el de la violencia de
género hacia las mujeres, aprobado luego por unanimidad de todos los
grupos; en su discurso de investidura dijo que ya era hora de que se
acabara la intolerable discriminación de homosexuales, bisexuales y
transexuales; se están haciendo efectivas muchas medidas que tienen
mucho que ver con las mujeres, con la igualdad.
-Con todo lo hablado hasta ahora deduzco mucha afinidad
con el presidente Zapatero. ¿Cómo es tu relación con él?
-Cuando le veo lo primero que se me ocurre es hacerle la "ola" (se
levanta y me hace el gesto con las manos). Te puedo asegurar que se cree
todo lo que dice y eso es algo muy importante. Coincidimos en los
principios que defendemos. Ambos hemos hecho de la pluralidad y de la
diversidad, un valor. En el caso del presidente, no sólo lo piensa sino
que también lo dice y eso es muy importante. ∆ |