Dicen que estallan en el aire y que en un radio de 150 metros nadie se salva. El Pentágono dice que las utilizó para iluminar el campo de batalla, y que es legal. El portavoz de la ONU para la prohibición de armas químicas dice que está prohibido.
El fósforo blanco, como le llaman, no deja rastro de carne, ni de piel, ni de nada, sólo los huesos pelados, desnudos.
Y los yankees lo usaron en Faluya, dejando transformados en esqueletos a casi 2000 iraquíes combatientes y a 800 civiles.
Quien se fue de la lengua fue un marine participante de la toma de Faluya a finales de 2004. También hay otras pruebas concluyentes, como las que presenta un biólogo iraquí e incluso la periodista italiana secuestrada en Bagdad, Giuliana Sgrena.
Y eso es todo. Un episodio más de una guerra ilegal, indecente, interesada y vergonzosa para toda la humanidad. Porque nació de una mentira, porque se puso en marcha amparada en las amenazas que Bush lanzó al resto del mundo... "o están con nosotros o están contra nosotros", porque dejó en evidencia a la ONU, organismo títere de los EE.UU. y porque no sólo no se detiene sino que está sirviendo para que se experimenten nuevas armas, para que las multinacionales se forren, para que otras empresas mundiales, cual carroñeros, acudan al festín para sacar tajada, y para que día a día el terrorismo internacional crezca, para que los deseos de venganza crezcan, para que el odio hacia occidente crezca y para que este mundo sea bastante más inseguro que antes de que el psicópata Bush tomara el poder.
Pero, mientras que otros psicópatas están siendo juzgados por crímenes de guerra, Bush es recibido en todas partes con respeto y sonrisas, tal vez porque le temen, tal vez porque esperan sacar tajada de sus "conquistas", tal vez porque este mundo se ha convertido en un basurero donde cotiza al alza la hipocresía, la mentira, la justicia al servicio de los poderosos y la consciente e interesada manipulación de los valores, tales como democracia, libertad, derechos humanos, paz, etc., etc.
La impunidad con la que los EE.UU. usan sus "bombas de fósforo" para convertir en blancas osamentas a los que antes eran seres humanos, la impunidad con la que Bush sigue al frente de un gobierno que mintió a todos, que manipuló información y también a los informadores, todo ello da el nivel de dignidad y credibilidad de la comunidad internacional, de las organizaciones internacionales, donde prevalece la corrupción y donde la vida de un ser humano no tiene ningún valor.
Uno se pregunta todos los días por qué el mundo sigue recordando con horror el holocausto nazi y, sin embargo, sigue contemplando, y en muchos casos colaborando, con el genocidio que la administración Bush está realizando, con sus mentiras, con su negativa a frenar la destrucción medioambiental, con su permanente hacer lo que le viene en gana y encima amenazar a otros países como Irán, Siria, Corea, países que están muy por debajo de la capacidad destructiva de los EE.UU.
¡Bombas de fósforo blanco! ¿Cómo reaccionaría la comunidad internacional si fueran lanzadas sobre alguna ciudad de los EE.UU.? Seguro que la noticia daría mil veces la vuelta al mundo, seguro que se oirían muchas voces, que ahora están cobardemente mudas, que gritarían su horror y pedirían más contundencia contra los terroristas bárbaros y asesinos que habrían sembrado el dolor y la tragedia en humildes familias norteamericanas.
En Faluya dicen que murieron 800 civiles. Seguro que encontraron esqueletos pequeños, de niños, que fueron limpiamente despojados de su envoltura por el fósforo blanco.
Pero, claro, eso es diferente. Son chusma iraquí, no cuentan igual, son otra clase de seres humanos.
¿Y Bush? ¿Qué clase de ser humano es? ¿Y los que le hacen la pelota? ¿Y los que le dan la mano y le besan el culo? ¿Y los que ríen sus "gracias"?
¡Bombas de fósforo blanco!...
Y lo más acongojante de todo es que no sabía ni que existían. /MC