Todos los libros de Frattini vienen avalados con documentos y
fotografías. Por eso resulta tan difícil de entender que hechos
como los que saca a la luz hayan sido ignorados durante tanto
tiempo. Es el caso de la ONU que, según este investigador, en
sus sesenta años de vida ha entremezclado grandes aportaciones
con casos de fraude, estafa, tortura, pederastia, violaciones y
catastrófica administración. Todos se reúnen en su nuevo libro
"ONU, Historia de la corrupción". Un ensayo que conduce a una
profunda reflexión sobre las estructuras políticas en las que
nos apoyamos.
"Hablo de las violaciones de los cascos azules a niños en
cantidad de países y misiones. Pero sólo se ha juzgado una
persona como pederasta."
"Se siguen nombrando por amiguismo los altos cargos, y por eso gente sin
estudios ha ocupado puestos como el de Vicesecretario General durante la
época de Butros-Gali."
"La base principal del núcleo de corrupción es la mala
estructura construida con el Consejo de Seguridad y el
derecho de veto. Debido a ello, ciento ochenta y seis
Estados miembros están esclavos de cinco."
Otros libros del
autor: Secretos Vaticanos (Edaf), Osama Bin Laden, la
espada de Alá (La Esfera de los Libros), La Santa Alianza (Espasa). |
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Texto: Marta Iglesias N o para. Cuando intento localizarlo está en
Argentina, y acaba de regresar de Nueva York donde se está documentando
para su nuevo libro, sobre la conspiración para matar a la familia
Médicis. En enero viajará a Florencia por el mismo motivo. Entremedias
ultima el ensayo que publicará en mayo con La Esfera de los Libros y
prepara para Edaf una enciclopedia de cuatro tomos sobre servicios
secretos. Pero ahora, conseguimos sentarle para charlar sobre sus
descubrimientos sobre la ONU.
-Comienzas el libro afirmando que en los inicios de la ONU la mayor
parte de los funcionarios británicos fueron reclutados entre sus
servicios de espionaje. ¿Qué tipo de personas trabajan hoy en la ONU y
qué criterios se utilizan para su selección?
-Los funcionarios de base tienen que pasar una prueba según el
puesto al que vayan a acceder. Lo que sí se siguen nombrando por
amiguismo son los altos cargos, y por eso gente que ni siquiera tiene
estudios ha ocupado puestos como el de Vicesecretario General durante la
época de Butros-Gali. Los altos cargos suelen ser elegidos a dedo por el
Secretario General, en muchos casos están preparados y en otros no.
Por otro lado, también trabaja dentro de la ONU personal que procede de
los servicios de espionaje. Así en la delegación israelí hay muchos
miembros del Mossad, en la estadounidense bastante gente pertenece a la
CIA y en la rusa muchos son del servicio de espionaje ruso.
-¿Dónde habrían empezado esa corrupción y esos
favoritismos políticos que, según comentas, aún existen en los despachos
neoyorquinos de la organización?
-Primero en el sistema de veto, un resorte que en sí mismo provoca
corrupción. En segundo lugar estaría el sistema de reclutamiento de
altos cargos, a los que no se les exige que sean gente preparada y a los
que sólo el Secretario General tiene poder para elegir. En mi libro se
ve que toda la corrupción sale directamente de la oficina del propio
Secretario General. Mientras que en los estados democráticos tienes toda
una serie de resortes para controlar a la Administración y el Poder
Ejecutivo, en la ONU el único sistema existente es el Consejo de
Seguridad. Pero el problema es que él mismo crea corrupción.
-¿Se ha convertido la ONU en instrumento de algunos
países?
-Sí. Fíjate que en la Asamblea que tuvo lugar en septiembre se
establecieron 397 elevaciones de resolución para la reforma de Naciones
Unidas, de las cuales Estados Unidos sólo aceptó cuatro y de ellas tres
fueron retocadas por el Departamento de Estado. Y todo porque las
recomendaciones de los Estados miembros son elevadas al Secretario
General para que éste después las pase al Consejo de Seguridad para su
aprobación. Y la base principal del núcleo de corrupción es la mala
estructura que hay ya construida desde el año 1945 con el Consejo de
Seguridad y el derecho de veto. Debido a él, ciento ochenta y seis
Estados miembros están esclavos de cinco. ¿Por qué China puede vetar una
resolución sobre un tema que pueda interesar a España o Alemania, que ya
son países poderosos? ¿Por qué Gran Bretaña tiene el poder, sesenta años
después, de decidir si es legal o no una guerra?
-¿Los países que no forman parte del Consejo de
Seguridad ponen en duda la existencia del mismo?
-Ahora Japón está exigiendo la entrada en el Consejo de Seguridad
con derecho de veto. Alemania, Australia, India, Brasil y Senegal están
haciendo lo mismo. Senegal es el único país africano que nunca ha tenido
un golpe de Estado desde su independencia y siempre ha sido
multipartidista. Si pensamos que el 70% de los conflictos bélicos se
están desarrollando en África, vendría bien tener una punta de lanza del
Consejo de Seguridad en un país africano. Japón es una potencia mundial,
pero no sólo económica, por ejemplo es el primer país donante de fondos
en Naciones Unidas y el primer país donante de fuerzas de paz, que son
dos presupuestos aparte. ¿No tiene derecho a un puesto en el Consejo de
Seguridad? Yo creo que sí, y Alemania también. Y te digo que si los
ciento ochenta y seis Estados miembros decidiesen no pagar la cuota,
verías cómo los cinco grandes decidirían al final cambiar la estructura.
No quedaría más que destruir la ONU, cambiarla, establecer un nuevo
sistema de voto o acabar con el sistema de veto en el Consejo de
Seguridad.
-En el capítulo "Legalizando el genocidio" dices que
la ONU permitió masacres escudándose en la neutralidad y la
imparcialidad. ¿En qué te basas para hacer esas afirmaciones?
-En Srebrenica y Ruanda se lavaron las manos, pero yo conseguí el
telegrama enviado por el general Romeo Dallaire -Comandante en Jefe de
las fuerzas de UNAMIR en Ruanda- al Secretario General Butros-Gali. En
él le avisaba cinco meses antes, de que si no hacían nada iba a tener
lugar un genocidio donde morirían miles de personas. Y Butros-Gali
afirmó en aquel momento que ese telegrama no había llegado nunca y no
existía. Yo lo conseguí y lo publico en el libro. Lo que pasó es que
Ruanda no le interesaba nada y murieron 800.000 personas asesinadas,
mujeres y niños.
En el caso de Srebrenica conseguí el documento de la negociación entre
los franceses y Ratko Mladic, jefe militar de los serbios. El acuerdo
era que si los franceses dejaban el enclave protegido de Srebrenica y no
ordenaban bombardeos de la OTAN sobre las posiciones serbo bosnias,
Mladic les había prometido que sus fuerzas no secuestrarían a soldados
franceses del batallón de UNPROFOR. Y mataron a 8.000 personas en tres
días en Srebrenica.
Y es que sus errores al final se convierten en muertos, como los 200.000
que hubo en Sudán por la incapacidad de la ONU para resolver ese
problema y porque Kofi Annan no hizo ninguna declaración sobre ello
hasta pasados cuatro meses del conflicto.
-Según la abundante documentación que aportas en tu
libro, son muchos los casos de corrupción pero pocos han tenido que
rendir cuentas por ello. ¿Cuál es la razón?
-Que no hay resortes para poderlos juzgar. Si el gobierno español me
nombra embajador y robo todo el dinero de la embajada, lo más seguro es
que acabe en la cárcel. Pero si tengo un cargo en la ONU y robo su
dinero, no hay ningún resorte que les permita juzgarme. No hay leyes
internas. En mi libro cuento las violaciones de los cascos azules a
niños en cantidad de países y misiones, la esclavitud sexual
desarrollada por cascos azules en lugares como Kosovo, o hablo sobre los
soldados noruegos en Somalia que tenían esclavas sexuales... Pues sólo
se ha juzgado a una persona como pederasta, un soldado francés que
cometió el error de tener relaciones sexuales con niñas de nueve años y
grabarlas en vídeo para después distribuir ese material por Internet.
Pero nada más. Y hay cientos de casos, como los soldados de Uruguay que
han violado a niños en la misión en el Congo. Casos comprobados de
soldados canadienses, belgas, holandeses... que han violado niños.
Cuento el caso documentado de una niña de Angola que perdió una pierna
por una mina. Fue internada en un hospital de los cascos azules
canadienses y los soldados se dedicaron a violarla en la camilla. Y lo
más increíble es que todos los casos que publico han sido sacados de
documentos oficiales de la propia ONU.
-Por cierto, ¿cómo accediste a toda esa información?
-Para escribir el libro me han ayudado dos personas. Una es Nelson
Iriñiz Casás, que escribió un libro en el año 68 que se llamaba
Corrupción en la ONU y que me ha ayudado en la parte histórica. Y luego
he contado con una Garganta Profunda de dentro de la ONU, un funcionario
que me facilitó una gran cantidad de documentos e información. Él me
pasó muchos casos que al final no incluí en el libro, como el que detonó
la matanza y la crisis de los Grandes Lagos en África, que fue el
derribo del avión del presidente de Ruanda y de Burundi. No se pudo
investigar porque no se descubrió la caja negra del avión. ¿Y dónde
estaba? Apareció años después en un armario abandonado en el edificio
central del cuartel general de la ONU en Nueva York. ¿Qué hacía la caja
negra en la ONU? Misterios.
Otro tema fue la conspiración en Kenia, un caso de corrupción que hubo
en la oficina de las Naciones Unidas del ACNUR, donde sus responsables
incluso estuvieron planeando matar al embajador norteamericano en Kenia.
-El ACNUR es uno de los tres departamentos de la ONU
que tiene el dudoso honor de ser el protagonista de un capítulo
completo. ¿Por qué esta agencia en particular?
-Porque en ella la corrupción es brutal. Comienza en el Alto
Comisionado Jean Pierre Hocke, que obligaba a sus funcionarios al
recorte de gastos porque tenían una crisis gigantesca, pero él se iba
con su mujer a Nueva York en el Concorde en primera. Y a partir de ahí
el caso de corrupción de un funcionario del ACNUR en Nairobi que cobraba
a los refugiados para acceder a la tarjeta gratuita que les permite
entrar en un campo de la ONU y luego acceder al estatuto de refugiado
para pedir asilo en cualquier país. A los que no tenían dinero les pedía
tener relaciones sexuales con sus hijas de catorce años. En eso estuvo
implicada toda la oficina de Nairobi del ACNUR. Luego está el caso de
Ruud Lubbers -anterior Alto Comisionado del ACNUR-, que acosó
sexualmente a cinco funcionarias y al que Kofi Annan protegió porque son
amigos.
-Según tu opinión, ¿qué reflexiones debería hacer
Kofi Annan de su gestión frente la ONU?
-Creo que debería arrepentirse de no haber sabido hacer frente a su
familia. Hay que recordar que bajo su administración ha tenido lugar el
caso de corrupción más grande a nivel mundial, el Programa Petróleo por
Alimentos donde ha estado implicado su hijo Kojo, su hermano Kobina, su
sobrino Kobina, y amigos como Benon Sevan que era el jefe del
programa... Imagino que a Kofi Annan se le va a permitir una salida
honrosa del cargo.
-Si la ONU fuese un enfermo, ¿qué diagnóstico le
harías?
-Enfermo terminal. Está sujeto a la máquina de ventilación desde
hace años. Lo mejor sería desconectarla y que vuelva a crecer un niño
sano, fuerte y estable. ∆ |