AGOSTO 2005

POR SI NO ESTABA CLARO

La estrategia era sencilla. Aznar, cuando aún era presidente, y emborrachado de Bushitis, enfermedad que se adquiere por la repetida asistencia al rancho de Bush, quería que España fuera una copia, más bien un negativo, de lo que pasaba en los EE.UU. O sea, Bush padre coloca a su hijo Bush junior en el poder y así continúa, con sus amigotes, mangoneando el poder y gobernando en la sombra.
A Aznar le encantó la idea, los Bush le convencieron, y se puso manos a la obra. Así surge la FAES, fundación ideológica construida para Aznar y, sobre todo, para gobernar España desde ella una vez que su heredero, Rajoy, ocupara la Moncloa.
Cuando Rajoy fue elegido sucesor de Aznar, mejor dicho, cuando Aznar, sin contar con nadie en el partido, le nombró su sucesor, hubo caras raras en el partido, caras de sorpresa. Rajoy no era ni el más listo, ni el más carismático, ni el más aguerrido.
Pero era el ideal, el más manejable, el líder que encubriría al auténtico líder, Aznar.
Aznar se preparaba así su futuro, seguiría gobernando España desde la sombra, desde su "retiro", algo que Bush padre le convenció que era más estimulante, más útil y que aportaba más beneficios, sobre todo económicos.
Pero el destino, que aunque no se acabe de creer "alguien" lo dirige, cambió el rumbo de las cosas. Un inesperado y dramático 11-M puso en evidencia la política del PP, así como sus falsedades, su prepotencia, su capacidad para manipular información y, de paso, su debilidad, o su aparente fortaleza.
El pueblo español, más maduro de lo que los populares se creían, salió a la calle a exigir responsabilidades y luego a votar un cambio, cambio que todavía hoy no asimilaron los del PP.
Y toda la maniobra orquestada por Aznar se vino abajo.
Rajoy ya no sería presidente, sino oposición. Aznar ya no sería Bush padre, sino Clinton, sólo que sin becaria, al menos que se sepa.
¿Qué hacer entonces? pues cerrar filas en torno al pasado, no admitir el cambio y crear una política de oposición basada en el acoso y derribo, en volver al poder a costa de lo que sea, porque sólo desde el poder, sólo desde el gobierno de España, Aznar y la FAES pueden orquestar su estrategia, que no es otra que hacerse con todo el poder.
Durante un tiempo parecía que interesaba que no se vinculara una cosa a la otra, o sea, Rajoy y Aznar, el PP y la FAES. Es más, hubo declaraciones que negaban vínculos y dependencias.
Aznar asomaba lo justo y Rajoy parecía que funcionaba sin hilos, eso sí, bajo la atenta mirada de Zaplana y Acebes, dos lebreles puestos ahí para cuidar al pastor y dirigir al rebaño.
Pero dicen que lo que es acaba siendo por mucho que uno se empeñe en taparlo, y que no hay nada más difícil de camuflar que la preñez de la mozuela.
Así que, estos días pasados, en plenas vacaciones, que es cuando casi siempre se hacen esas cosas que parecen pasar más inadvertidas, Aznar y Rajoy se cogen de la mano en la clausura de los cursos de verano de FAES, en Navacerrada.
Y dicen muchas cosas, de la unidad de España, del terrorismo, de Zapatero, etc. Pero, sobre todo, Rajoy se soltó la melena, dejó de lado los disimulos, y dijo claramente que en el PP iba a haber cambios, cambios para ganar en "eficacia", y para ello pidió ayuda a FAES y a Aznar, como si fueran cosas distintas, y esa ayuda tiene como punto final recuperar el gobierno y evitar así que España se "desmantele y se liquide".
Conclusión, lo que era una estrategia antes del 14-M, ahora se convierte en una descarada presentación de principios, y Rajoy ocupa definitivamente su papel de delfín de Aznar, así como Bush hijo lo es de su padre.
¿Qué nos espera...? pues más y peor de lo mismo, sólo que ahora sin tapujos. Aznar volverá a tomar la batuta públicamente.
Los "salvadores" de la unidad patria emergerán de sus tumbas, se levantará la veda a la caza de rojos y, después de las vacaciones, el curso político se convertirá en una especie de show televisivo donde prevalecerán los insultos y las descalificaciones por encima de la construcción y renovación de España.
Y lo peor, Aznar ya no se esconde detrás de FAES, vuelve a la carga para "salvar" a su partido y, de paso, a España.
¿Habremos cometido algún pecado los españoles para tener que aguantar todo esto?
¿Es qué nunca nos vamos a librar de la imagen chulesca de Aznar, de su tono estudiadamente amenazante, de su..."no te preocupes España que estoy yo aquí..."?
¡Qué cruz, señor! /MC