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ABRIL 2005
EL MIEDO
C uál es el origen del miedo? ¿Qué función
cumple en el proceso evolutivo de la humanidad? ¿Es posible vencerlo...?
Cuando el Creador, el Uno, diseñó a la criatura hombre, soñó a un ser que
pudiera superar a cualquier criatura existente en cualquier creación, y para
ello la dotó de mente, una mente que con el tiempo se iría desarrollando y
le acabaría convirtiendo en un Dios.
El proceso sería lento y largo, y estaría lleno de experiencias, de errores,
de aciertos, consecuencia todo ello de un aprendizaje imprescindible para
poder comprender, manejar y dominar el vehículo mental.
Pero la mente, cuya función es básicamente creadora, está activa siempre,
independientemente que su portador, el hombre, sepa o no utilizarla, sepa o
no dominarla.
Por ello, durante toda la historia de la existencia del hombre, la mente
creó infinitas distorsiones de la realidad, algo que aún sigue haciendo,
distorsiones que llegaron a ser verdaderas formas o entidades mentales,
focos poderosos de energías en el plano mental que a su vez influenciaban e
influencian el pensamiento colectivo humano.
En la actualidad, el hombre, la humanidad, está siendo influenciada por
innumerables formas de pensamiento, lanzadas al plano mental por mentes más
poderosas y que persiguen sólo controlar las mentes y dirigirlas
inteligentemente hacia donde sus intereses egoístas designaron.
Como complemento a este proceso, y para que el hombre no sea capaz de romper
la telaraña mental creada, dichas mentes crean el miedo, el temor, como arma
poderosa que encadena la mente del hombre a las mentes que le roban su
libertad a cambio de ofrecerle una falsa seguridad y una inexistente
protección, que además es absurda porque no existe nada de lo que proteger,
excepto lo que las mismas mentes crearon para justificar y potenciar el
miedo.
El miedo es la creación, por tanto, de seres que están en contra de la
libertad del hombre, libertad de pensamiento, de acción, de expresión, de
vida.
El miedo se alimenta de la desconfianza, de la ignorancia y de la cobardía,
y esos tres aspectos son potenciados y alimentados permanentemente desde los
poderes instaurados por las mentes de los seres que se oponen al proyecto
del Uno de construir una criatura-hombre libre y poderosa.
Si analizamos el mensaje de cualquiera de los poderes existentes en el
planeta, veremos que están basados en inculcar el miedo y la desconfianza
hacia todo lo que no sean ellos mismos.
Si estudiamos el desarrollo de la historia de la humanidad, veremos que
quien se atrevió a enfrentarse a esas "verdades", a desafiar a esos poderes,
fue tachado de rebelde, fue desprestigiado o quitado de en medio.
Por ello, enfrentarse al miedo es plantar cara a quienes ocultan y manipulan
la verdad, es no admitir sus condiciones, es luchar por el derecho a pensar
en libertad, a elegir en libertad, a expresar en libertad, derecho que todos
poseemos porque, por encima de todo, el hombre es una creación del Uno, y a
El y sólo a El le debe respeto.
Pero el auténtico Creador, el Dios que diseñó al hombre y le dotó de mente,
no creó el miedo, tan sólo permite que exista para que el hombre, su
criatura, pueda enfrentarse a la gran mentira que es, pueda vencerlo y
conquistar así su libertad.
No se puede adorar a dos "dioses" al mismo tiempo, sobre todo si éstos son
opuestos. Por tanto no es compatible ni lógico creer, confiar, en el
Creador, en el Uno, y al mismo tiempo admitir el miedo, que es la creación
de otros seres, de otras mentes que se creen "dioses".
El miedo sólo se puede vencer apelando a la lógica, al conocimiento, que
otorga la visión que nos revela la trampa tan bien trazada sobre la
humanidad y la forma de salir de ella. Pero para liberarse de esa tela de
araña, además del conocimiento se necesita valor, porque son tan sutiles sus
hilos, porque está todo tan compenetrado por ellos, que sólo los valientes
son capaces de romper y lanzarse a un aparente vacío donde, a cambio, se
encontrarán con la presencia y la energía del verdadero Creador, del Padre.
Jesús dijo... "La verdad os hará libres" A eso hay que añadir "para buscar
la verdad y vivirla se necesita ser valiente".
Y hoy más que nunca, el hombre está ante el dilema de seguir siendo un
zombi, movido por los hilos del miedo, o un ser libre que pueda utilizar su
mente y descubrir el gran potencial que en ella existe.
Las redes del mal, sus tentáculos y sus protagonistas son cada día más
evidentes. Para los más intuitivos la naturaleza del verdadero Dios está
cada vez más a la vista.
El hombre está ante la mayor elección de su existencia.
Su futuro depende de ello. ∆ |
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