
En cuanto el PSOE ganó las
elecciones, en los pasillos de la TVG empezó a circular la noticia de
que se estaba negociando un contrato con Urdaci, que lógicamente ya se
veía de patitas en la calle. Lo peor del asunto es que era perfectamente
creíble. |
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MAYO 2004

RUMORES
POR ELENA F. VISPO
Resulta
que el vecino del hermano de una amiga mía se encontró en el portal de su
casa una riñonera que alguien había perdido, con dinero, documentación y
efectos personales varios. Cual buen samaritano, el vecino del hermano de mi
amiga localizó al dueño de la riñonera y quedó con él para devolverle sus
cosas. Resultó que el paisano era un árabe encantador y agradecidísimo, que
no sabía que hacerle para agradecer semejante favor. El vecino del hermano
de mi amiga, faltaría más, se negó a aceptar dinero como pago, de modo que
el árabe le dijo: "ya que te has portado tan bien conmigo, en
agradecimiento, te voy a dar un consejo: a partir del mes de marzo, no tomes
Coca-cola".
Esto fue lo que me contó mi amiga, a la cual se lo había contado su madre,
que lo había oído de labios del hermano, que lógicamente lo sabía de primera
mano porque le había pasado a su vecino. Yo, alarmadísima, no sabía que
hacer. Ya conté hace tiempo en un Ventano, si no recuerdo mal a raíz de la
crisis de las dioxinas, que el día que se acabe la Coca-cola se acaba la
chispa de la vida, la sensación de vivir, y, por extensión, la civilización
occidental toda. Que no es cosa de broma.
De modo que se lo cuento a mi madre, que me dice toda seria que eso ya lo ha
leído en internet. Caray, cómo vuelan las noticias. Y luego se lo cuento a
un amigo que dice que eso mismo le pasó a un primo de su novia. ¿Será que el
primo de la novia de este chico comparte piso con el vecino del hermano de
mi amigo? Aquí hay algo sospechoso, me digo a mí misma mientras levanto una
ceja como el Agente Mulder en sus buenos tiempos. La verdad está ahí fuera.
En mi ansia de información veraz, leo en El País un reportaje de una página
entera que explica claramente cómo el próximo ataque terrorista será
biológico. Pero vamos a ver, si lo tienen tan claro, ¿por qué no lo evitan?
¿Para qué me lo cuentan a mí? Porque ya me dirá el gobierno qué es lo que
quiere que haga yo ante tamaña amenaza, aparte de abandonarme al pánico. Si
a mí me echan un puñado de ántrax a la cara, o me sueltan un gas de
cualquier tipo en el ascensor, estoy totalmente indefensa. Lo único que
puedo hacer es no tomar más Coca-cola, porque a todo esto, un amigo camarero
me confirma que ha notado un ligero descenso en el consumo del refresco en
cuestión. No sé si estarán más contentos los terroristas o los ejecutivos de
la Pepsi. O los pringaos que se han inventado el rumor, que deben estar en
su casa partiéndose la caja de tanto reír.
Ultimamente los rumores proliferan. En cuanto el PSOE ganó las elecciones,
en los pasillos de la TVG (Televisión de Galicia) en Santiago de Compostela
empezó a circular la noticia de que se estaba negociando un contrato con
Urdaci, que lógicamente ya se veía de patitas en la calle. Lo peor del
asunto es que era perfectamente creíble, porque ya Fraga había amenazado con
reciclar a algún ministro del gobierno saliente e incluirlo en la Xunta en
régimen de pensión completa. Y como Galicia sigue siendo el último bastión
del PP, qué mejor que tener a Urdaci en informativos, aunque no hable ni una
palabra de gallego.
La indignación dio paso al temor cuando ya el rumor estaba en boca de los
directivos de la TVG, y uno de los técnicos de plantilla, al ver que la cosa
se salía de madre, confesó en petit comité haber sido el origen de semejante
bulo. Pero mientras lo contaba, entre carcajadas, se quedó un momento serio
y afirmó: "lo único que me preocupa es que a lo mejor les he dado una idea".
Porque señores, no nos confiemos. Parece que ahora soplan nuevos aires, pero
una cualidad de nuestros dirigentes es que son capaces de hacer posible lo
impensable. Y todavía hay mucho dinosaurio por ahí suelto. Por eso yo
últimamente me dedico a recopilar rumores y guardarlos en reposo, a ver si
luego resulta que tienen un regusto de certeza. Cosas más raras se han visto
que Urdaci hablando gallego en la intimidad.
Además, viendo que el vecino del hermano de mi amiga tiene una vida tan
interesante, estaré pendiente, a ver qué más me cuentan. Pero con una
llamada a la calma: de momento, no hace falta que inventemos noticias raras;
bastante tenemos con la realidad. ∆ |