El Partido Popular por boca de su Secretario General, Mariano Rajoy no se
cansa de repetir al nuevo Gobierno que "a diferencia de lo que ocurrió en
1996, ustedes van a recibir una muy buena herencia económica. La despensa
llena". Analizamos con datos en la mano qué legado económico entrega el PP
al gobierno de Zapatero. El sociólogo Jesús María Pérez contesta a nuestras
preguntas.
-Está muy extendida la reflexión de que España nunca ha estado mejor
-económicamente hablando- que en estos últimos años, y que eso se lo debemos
al Partido Popular. ¿Estás de acuerdo con ello? ¿De dónde surge esta
reflexión?
-No, no estoy de acuerdo. Bajo los designios de Rodrigo Rato la
economía española ha crecido por encima de la media europea, se ha reducido
el déficit público a cifras próximas al 0% del PIB y la deuda pública por
debajo del 60%, mientras se controlaba la inflación a pesar de que dos de
esos ocho años llegó al 4%. Se ha cumplido, como "alumno aplicado", con las
directrices del Tratado de Maastricht. En esa situación se ha reducido la
tasa de paro a la mitad, pasando del 22,2% de la población activa que había
en el 96 a algo más de un 11% que había a finales de 2003. Por eso Rato no
ha tenido ningún empacho en calificar al PSOE como "el partido del paro" y
al PP como "el partido del empleo".
Es cierto que la economía española ha crecido en estos ocho años, aunque
también hay que decir que ese crecimiento se ha concentrado sobre todo en el
cuatrienio de 1997 a 2000. En esos años el PIB aumentó por encima del 4%,
pero en cuanto la economía internacional perdió fuelle, la española empezó a
desinflarse: un 2,8% en 2001 y en torno al 2% en el 2002 y el 2003. La
política del Gobierno no había cambiado pero ya no crecía al mismo ritmo.
Eso demuestra que el factor fundamental del crecimiento experimentado no ha
sido la "maravillosa" política económica del PP, sino el ciclo expansivo de
la economía capitalista internacional.
Otro factor que ha contribuido a maquillar las cifras de crecimiento durante
estos años han sido las ayudas comunitarias que han estado en torno a los
8.000 millones de euros anuales. Esto ha supuesto nada menos que el 1% del
PIB, pero es un recurso que tiene los días contados con la ampliación de la
UE con los países del Este de Europa.
-¿Cómo está la industria española en estos momentos?
-La industria española lleva tres años en crisis. En 2001 la producción
industrial retrocedió un 1,2%, en el 2002 creció un 0,2% y el año pasado
creció un exiguo 1,6%. Los dos últimos años han sido de pérdida de empleo en
el sector. Hay ramas industriales que padecen una grave recesión: Confección
(-29%), Equipos informáticos (-73%), Material electrónico (-36%) o Equipo
médico (-23%).
La crisis industrial también ha afectado a la zona Euro y a EEUU pero
mientras en esos otros países la recuperación ha empezado ya, en España el
sector industrial sigue estancado. Aquí sí se ve la mano del Gobierno y de
una clase dominante que han basado el crecimiento económico en el trabajo
precario y la sobreexplotación de la mano de obra -sobre todo de la mano de
obra barata inmigrante-, y sólo en una parte ínfima en inversiones en nueva
tecnología, la innovación o el desarrollo de nuevos productos. Como
consecuencia, asistimos a una pérdida de competencia no sólo con la
industria de los países más avanzados, sino incluso con los países
emergentes, una pérdida de competitividad y un empeoramiento del saldo
comercial de la Balanza de Pagos.
-En realidad, ¿quiénes han salido beneficiados con las reformas fiscales
puestas en marcha por el PP?
-Las reformas fiscales del PP han ido destinadas a dar prebendas a los
ricos y a los que más tienen, a manos llenas. Para ello han hecho tres
reformas fiscales con las que el tipo máximo pasó del 56% al 45%, once
puntos de rebaja que para las grandes fortunas y los grandes ingresos
suponen cantidades millonarias. Las plusvalías han ido viendo como se
reducía su tributación (hasta 30 puntos) quedando en un 15%, lo mismo que el
tipo mínimo del IRPF.
Esto ha supuesto un descenso en la recaudación de los impuestos directos (IRPF)
al tiempo que aumentaban los indirectos, sobre todo los relativos al
consumo, los que pagamos todos por igual sean cuales sean nuestros ingresos.
El 1% de los contribuyentes, los de las rentas más altas, han concentrado el
20% de las rebajas tributarias de la última reforma. Por ejemplo, mientras
un declarante con unos ingresos de 100.000 euros al año se ha ahorrado hasta
3.782 euros, un trabajador asalariado con un hijo ha visto rebajada su
tributación en 453 euros.
-En estos momentos dicen que España se aleja cada vez más de la media de
la UE en el tema de gastos sociales por habitante. ¿Cómo hemos llegado hasta
aquí?
-El gasto social ha pasado del 24% al 19,2% del PIB en una década, entre
1993 y 2002. En el gasto social por habitante España ocupa el penúltimo
lugar de la UE, por detrás de Portugal. España dedica cinco veces menos que
la media de la UE a las prestaciones sociales por habitante. La Educación,
la Sanidad, la vivienda pública, los servicios sociales, han pagado las
consecuencias de la política de "déficit cero".
-¿A qué se enfrenta ahora el PSOE?
-El contexto económico internacional ya no es tan favorable y los
factores coyunturales que han ayudado al PP -ayudas económicas de la UE,
privatizaciones, bajos tipos de interés...- o no van a seguir jugando el
mismo papel o han tocado fondo. El nuevo Gobierno del PSOE se va a encontrar
con muchos problemas, muchos de los cuales se han gestado, o al menos
agravado, en la etapa de estos ocho años bajo los Gobiernos de Aznar. El
reto fundamental del Gobierno de Zapatero consistirá en dar un vuelco a la
política gubernamental en el terreno social. Los sectores empresariales ya
están presionando para que el nuevo gobierno aborde nuevas reformas
laborales y fiscales que les permitan mantener sus beneficios en un
escenario probable de menor crecimiento económico. Pero el PSOE ha salido
elegido con los votos de los trabajadores y sus familias. Si su gobierno es
capaz de recuperar el gasto social relativo perdido y acercarnos a cifras
más europeas; si es capaz de aumentar el gasto en sanidad para reforzar la
sanidad pública; si es capaz de aumentar el gasto en educación para hacer
frente al deterioro de la enseñanza pública; si es capaz de reducir la
precariedad laboral; si se construyen viviendas públicas con un precio, de
venta o alquiler, asequible para los menos favorecidos; entonces, y sólo
entonces, este gobierno puede salir fortalecido demostrando que su gestión
está a años luz de la del PP, velando por los intereses de aquellos que
dependen de un salario modesto para sacar a sus familias adelante. De lo
contrario podría provocar un desencanto entre su propio electorado que daría
una nueva oportunidad a la derecha para volver de nuevo al gobierno. ∆