Decía yo entonces que el
feminismo seguía siendo necesario, y viendo en qué términos se lo
combate, me reafirmo en mi opinión más que nunca.
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MAYO 2004
POQUER DE DAMAS
POR MARTA F. MORALES
H ace unos meses,
corrigiendo trabajos de mi alumnado, me encontré con una referencia "webliográfica"
(disculpen el neologismo malsonante) que me llamó la atención. Una de
las personas de mi clase de literatura inglesa del siglo XVIII,
analizando la "Vindicación de los derechos de la mujer" de Mary
Wollstonecraft, texto fundamental en la historia de la lucha por la
igualdad, mencionaba www.ladiesagainstfeminism.com . Decía que al leer
los artículos de web había comprendido por qué las mujeres todavía
estábamos discriminadas: era por culpa nuestra. Ante tal comentario y
después de conseguir que mis dientes dejasen de chirriar, no tuve más
remedio que lanzarme a navegar, y lo que allí apareció me dejó tan
patidifusa que no he podido escribir este artículo hasta terminar de
digerir. Aquí van algunas joyas que pueden encontrarse en esta cueva de
"damas contra el feminismo", que así se llama el invento.
El artículo "Deja que Jesús limpie tu cuarto de baño" compara el
fregoteo del retrete con un despertar espiritual. Dice la autora, quien
por supuesto firma con el nombre de su marido, dejando de lado su propia
identidad, que cuando se pone de rodillas a quitar la mugre de su váter
no puede menos que recordar que en esta misma posición hemos de
colocarnos para rogar el perdón de nuestros pecados. Invita luego a sus
lectoras a imaginarse su corazón de Evas manchadas por la culpa como un
WC bien sucio que el Señor, en su infinita sabiduría, sabrá limpiar y
desinfectar cual Mister Próper divino. La conclusión es, por supuesto,
que las tareas del hogar nos harán mejores, purgarán nuestras faltas y
nos ayudarán a sobrellevar esta dura vida terrenal. La pregunta es, ¿qué
limpiarán los hombres para conseguir la absolución del buen Dios?
¿Valdrá con darle cera al coche un domingo al mes? En fin, que parece
ser, según la Señora de Noel Kline, que la división tradicional de
tareas es mandato directo de Aquél que todo lo ve.
En su línea de "promoción de la bella feminidad" (cito de la web, no me
lo invento) hay también una sección completa sobre el recato y la
modestia que deben adornar a la mujer decente no feminista. En esta zona
del sitio online se dan recetas sobre cómo hacerse un guardarropa
apropiado con poco dinero, instrucciones para dejar a un lado los
tentadores vaqueros ajustados y volver a las muy gentiles faldas largas
que cubren vergüenzas y evitan visiones impuras a los ojos del varón, o
teorías sociológicas sobre por qué las jóvenes sienten esa peligrosa
necesidad de exhibirse. Leyendo algunas de estas perlas piensa una en
esos burkas-prisiones bajo los cuales las afganas tuvieron durante años
prohibido reír, hacer ruido, llevar ropa occidental, hablar y muchas
otras cosas que daríamos por hechas en nuestra sociedad. Y recuerda una
también el debate francés sobre los tangas de sus adolescentes, aquel
absurdo que juzgaba los cuerpos y las decisiones de las mujeres una vez
más, como tantas en la historia del mundo.
Pero sin duda, mi parte favorita de la web de las "damas contra el
feminismo" es precisamente la que incluye artículos que explican el
movimiento de liberación de las mujeres como una involución retrógrada y
deshumanizada que pretende valorar a las personas sólo por el dinero que
ganan. La tergiversación de las ideas sobre la igualdad de derechos, la
independencia económica o el reparto de responsabilidades familiares
pasa por afirmar cosas como: 1) que el feminismo considera "aburridas e
inútiles" a las madres no trabajadoras; 2) que destruye la infancia de
los niños y niñas, quienes crecen en un mundo sin valores ni moral; 3)
que las feministas quieren que deje de existir el concepto de "mujeres;
o 4) que la píldora anticonceptiva provoca matrimonios homosexuales
(¿????). Todo esto y mucho más en un tono absolutamente apocalíptico que
habla de que es "demasiado tarde" para salvar la institución familiar,
de mujeres terroristas que quieren destruir el sistema, y de la muerte
inevitable de la Seguridad Social americana por culpa de las feministas
anti-bebés (como si en EE.UU. hubiese cobertura igualitaria y servicios
gratuitos para toda la población...).
Examinando este sitio web y leyendo las opiniones de estas mujeres que
se llaman a sí mismas "damas", reivindicando una clase, un estilo y una
moral superiores a las de las feministas indecentes como yo misma, no
puedo evitar cerrar un círculo mental con uno de mis primeros artículos
en esta revista, que titulé "¿Ya está todo hecho?". Decía yo entonces
que el feminismo seguía siendo necesario, y viendo en qué términos se lo
combate, me reafirmo en mi opinión más que nunca. Porque alguien
necesita explicarles a estas mujeres que para que ellas tengan su propio
espacio en el mundo y en Internet o el tiempo de escribir, muchas
lucharon durante décadas antes. Hace falta una voz pausada que les haga
comprender que el feminismo trabaja por la igualdad real de derechos y
oportunidades, y no por la marginación del sexo masculino o la
eliminación de la maternidad. Es imprescindible decirles que todas
estamos en el mismo barco y que, si se empeñan en hacer póquer de damas
contra viento y marea, el feminismo les hará repóquer sin pensarlo.
Porque cualquier otra jugada nos costaría, sin duda, la partida. ∆
e-mail:
martafmorales@hotmail.com
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