Revista Fusión

 Subscripción RSS

FUSION también eres tú,  por eso nos interesan tus opiniones,  tus reflexiones y tu colaboración  para construir un  mundo mejor

Recibe nuestras noticias en tu correo

 


 

JUNIO 2004


VEINTICINCO ESTRELLAS

Adrián Mac Liman, escritor, periodista y miembro del Grupo de Estudios Mediterráneos de la Sorbona

“ El mundo de la  globalización es el mundo de la interdependencia económica. Dejar de depender de los EE.UU. me parece utópico”


En el firmamento de la UE ya lucen veinticinco estrellas con luz propia. Son los veinticinco países que ya integran esta nueva fuerza con proyección de futuro. Adrián Mac Liman, escritor, periodista y miembro del Grupo de Estudios Mediterráneos de l
a Sorbona (París) nos habla de otros aspectos a tener en cuenta en esta ampliación.

 

-De aquí al 2007 los nuevos países miembros van a recibir 40.000 millones de euros en concepto de ayuda comunitaria, pero ¿qué consigue la UE con estas nuevas adhesiones?
-La construcción de Europa, la reunificación del Viejo Continente, no se limita sólo a la política de subsidios. Se trata de un proyecto político, de la necesidad de integrar a los antiguos miembros del extinto "campo socialista" en las estructuras democráticas existentes desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Personalmente, estimo que la mayoría de los políticos occidentales es consciente de que el aislamiento de los Estados de Europa oriental podría generar graves desequilibrios a escala regional. En este contexto, la reunificación no sólo parece deseable, sino prácticamente inevitable.
Desde el punto de vista meramente económico, la ayuda comunitaria sigue siendo la mejor herramienta para reducir, véase eliminar, las diferencias de niveles de desarrollo. Países como Italia, Grecia, España y Portugal se han beneficiado de ella en su momento. Hoy en día, han alcanzado niveles de vida que les permiten contemplar el futuro sin tener que recurrir forzosamente a los subsidios comunitarios. Sin embargo, la mayoría de los nuevos socios se halla en una situación muy parecida a la de España en la década de los 70. De ahí la necesidad de recurrir a los fondos comunitarios.

-La Europa resultante dicen que tendrá un PIB superior al de EEUU y una moneda mucho más competitiva que el dólar. ¿Sería este el camino para dejar de depender de EEUU?
-El mundo de la globalización es el mundo de la interdependencia económica. Dejar de depender de los EE.UU. me parece utópico. Sin embargo, la opción de una menor dependencia de la "locomotora USA" parece hasta cierto punto factible y... saludable. Todo depende, claro está, de una serie de factores geoestratégicos y económicos. Actualmente, la economía mundial es muy volátil. Y las previsiones a largo plazo, arriesgadas.

-Parece que los ejes fundamentales para la construcción europea están siendo el mercado y la moneda única. ¿Dónde queda el ciudadano, el nivel de bienestar, la conciencia del "otro", la lucha por un proyecto común en el que todos se sientan identificados...? ¿Cree que se puede construir una Europa sin estos valores, sólo basada en ejes económicos?
-Estimo que el factor social constituye la clave de la construcción europea. La Europa de los mercaderes parece inviable. Es preciso tener en cuenta las exigencias de los ciudadanos. Se ha hablado mucho últimamente de la "globalización social". Tal vez convendría desarrollar el concepto de "Europa social" o de la "Europa de los ciudadanos". Es una condición "sine qua non" para llevar a la práctica este proyecto común.

-Parece que estos nuevos países son ya objetivo de las grandes multinacionales que buscan más beneficios a partir de costes salariales más bajos. ¿La UE no puede frenar este tipo de prácticas?
-Curiosamente, la gente parece dispuesta a olvidar que los países de la Península Ibérica -España y Portugal- protagonizaron en su momento (los años 80) la misma avalancha de capital foráneo. Hoy, las miradas se dirigen hacia los nuevos socios de la UE, cuando no hacia los países del Sudeste asiático, que ofrecen las mismas ventajas que las economías ibéricas tras el ingreso en la entonces Comunidad Europea.
Resulta sumamente difícil buscar soluciones "administrativas" a nivel comunitario  capaces de frenar el éxodo del capital. Si bien se puede contemplar la posible (aunque difícil) armonización fiscal con miras a reducir los beneficios de algunas multinacionales, no cabe la menor duda de que, hoy por hoy, la única solución estriba en una mayor eficacia, rentabilidad y productividad de las empresas radicadas en los quince países que formaban parte de la UE antes del 1º de mayo. Y ser plenamente conscientes  de que los nuevos miembros no tienen a priori intención alguna de perjudicar los intereses de los demás socios europeos. ∆
 

   

   
INDICE:   Editorial Nacional, Internacional, Entrevistas, Reportajes, Actualidad
SERVICIOS:   Suscríbete, Suscripción RSS
ESCRÍBENOS:   Publicidad, Contacta con nosotros
CONOCE FUSION:   Qué es FUSION, Han pasado por FUSION, Quince años de andadura

 
Revista Fusión.
I  Aviso Legal  I  Política de privacidad 
Última revisión: abril 07, 2011. 
FA