El mes
pasado regresaba de Irak uno de los reporteros de guerra más
prestigiosos de nuestro país, aficionado a las palabras claras y a
señalar con el dedo a los culpables de una situación. En un mundo
periodístico donde abundan las informaciones a medias para satisfacer a
un gran sector de la población, sus noticias sobre Irak deben ser
escuchadas con otros oídos
“Al Sr. Bush le
dan igual los muertos, los heridos... sus únicos intereses son ser
reelegido en noviembre, sus negocios y los negocios de sus amigos, las
compañías petroleras.”
“El problema del ejército español es que era rehén de la política
estadounidense.”
“Llevo más de 20 años viajando por el mundo y
jamás me había sentido perseguido por ser español como ocurrió en Irak.”
“Pensaba que el ejército norteamericano era un
ejército muy profesional y me he dado cuenta de que es una gente muy
bien armada pero que psicológicamente los soldados están muy mal
preparados, tienen el gatillo fácil.”
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Texto: Marta Iglesias
Conozco
a Gervasio desde hace seis años. Desde entonces han tenido lugar tantos
conflictos que me niego a recordarlos, hemos cambiado de siglo, de gobierno,
hemos asistido al crecimiento de la televisión basura, a la baja de la ONU y al
alza de la cotización de Bush; los grandes gigantes se empeñan en globalizar un
mundo a la medida de los ricos, los pobres son cada vez más pobres, la mayoría
de las minas antipersona siguen en el mismo lugar, los grandes dictadores han
salido indemnes de sus juicios, el SIDA amenaza con terminar con un continente,
Internet se expande, el pueblo mundial comienza a movilizarse. En estos años de
cambios constantes, cuando pienso en Gervasio lo visualizo inmóvil en sus
valores: él sigue hablando claro ante quien sea, porque para él lo importante es
la verdad y lo único a tener en cuenta son las personas. Sus palabras son
siempre auténticas. Quizás por eso a los grandes medios no les suele interesar
su voz. Demasiados intereses en juego. Su regreso de Irak antes de que las
tropas españolas comenzaran a volver, relata una triste historia que ya se
anunciaba por los más observadores.
-¿Qué has dejado
atrás, Gervasio?
-Dejo un
país en el más absoluto caos y con una actitud de EEUU totalmente errónea,
porque está intentando imponer su voluntad a base de tiros y eso está provocando
cada vez una mayor oposición frontal por parte de un número mayor de iraquíes.
Esto ha conseguido convertir a un imán radical pero minoritario en el líder de
una revuelta chiíta, y al mismo tiempo ha conseguido que los supuestos
"terroristas" que eran los defensores de Faluya, se conviertan en una guerrilla
bien organizada. Eso ha sucedido en las dos primeras semanas de abril y a un
coste altísimo tanto en población civil como en soldados.
-¿Por qué decidiste
ir a Irak, después de lo que le había pasado a Couso y Julio A. Parrado?
-Lo de
Parrado y Couso desgraciadamente son accidentes laborales, a la vez que
asesinatos. Lo de Couso fue un disparo contra un hotel que se sabía que era un
hotel de periodistas y algún día los responsables tendrán que pagar por sus
actos. Y apoyo totalmente a la familia en lo que se refiere a la búsqueda de una
solución judicial al tema. Yo quería ir porque es un conflicto que va a durar
años, y lógicamente ser testigo del principio de la posguerra siempre te da la
posibilidad de analizar las cosas con una cierta rigurosidad. Has ido viendo lo
que ha ido ocurriendo en los primeros meses, cómo se han desarrollado las cosas,
y lo que ocurre hoy en Irak está muy vinculado a las decisiones que se tomaron
los primeros días de la posguerra.
-¿La situación que
hoy vive Irak la veías venir claramente?
-En
abril del año pasado consideraba que las primeras decisiones de EEUU,
permitiendo los saqueos generalizados en Bagdad después de la guerra, iban a
tener consecuencias tremendas. Cuando luego en julio y agosto vi cómo trataban
al ex-ejército iraquí, obligándoles a mantenerse horas y horas del día en colas
gigantescas para cobrar cantidades ridículas de 50 dólares, humillando a
generales del ejército iraquí, viendo cómo la policía militar americana les
pegaba con palos de madera, en esos meses me di cuenta de que esto iba a
provocar que muchos militares se iban a echar en manos de la guerrilla. Y
también en agosto del año pasado, en conversaciones privadas comenté que la
situación en Irak se iba a volver insostenible cuando comenzasen los secuestros
de extranjeros o cuando se produjera una revuelta chiíta, como así ha sido.
Vamos, que no es que yo me dedique a frotar la bolita mágica, simplemente con
que se estudie un poco la historia y se vea con cierto sentido crítico lo que
ocurre es suficiente para entender.
-¿Qué es lo que no
te gustaría que se olvidara de esta guerra de Irak?
-Por
desgracia, los problemas que se cometen, como no se analizan ni se tienen en
cuenta, se vuelven a repetir más adelante. Y lo que está ocurriendo sucedió hace
40 años, cuando EEUU se empezó a implicar en la guerra de Vietnam. Empezaron con
una ayuda a Vietnam, vamos a defender la democracia, vamos a ayudar a tal, y
fueron cada vez enviando más tropas, cada vez enfrentándose a mayor número de
población civil y se metieron en una guerra abierta, con miles de muertos. En
Irak sucede lo mismo y han pasado de decidir reducir el ejército antes del 30 de
junio en 20.000 soldados, a tener que mandar por lo menos otros 20.000 más. Y ya
veremos ahora cuando se vayan españoles, hondureños, y unos cuantos países más
qué van a tener que hacer. Entonces es muy posible que el 30 de junio en vez de
tener 105.000 soldados sobre el terreno, pues tengan 170.000, lo cual es
gravísimo porque significa una espiral de violencia que vamos a ver cómo
evolucionará en los próximos meses.
-Has estado entre
los soldados españoles, ¿qué ambiente se respiraba? ¿Cuál era la situación real
de nuestras tropas en el conflicto?
-El
problema del ejército español es que era rehén de la política estadounidense. No
se puede ir a un conflicto armado queriendo hacer humanitarismo cuando formas
parte de unas fuerzas de ocupación. Por suerte, durante todos estos meses ellos
han estado desplegados en una zona donde no había grandes problemas. Era una
zona chiíta, más bien tranquila y es cierto -eso sí es verdad, porque lo he
visto con mis propios ojos- que el ejército español mantuvo una actitud de abrir
puentes con las comunidades autóctonas en vez de destruirlos, como han hecho los
americanos. Desde que llegaron los españoles a las provincias de Qadisiya y
Nayaf, la tensión bajó muchísimo y los enfrentamientos con los españoles fueron
menores salvo el asesinato de los ocho miembros del CNI -uno en Bagdad y siete a
30 Km de Bagdad-, que no ocurrió en zona bajo jurisdicción española. Digamos que
no han ocurrido cosas gravísimas hasta que han empezado a hablar las armas y
cuando empiezan a hablar las armas todos los puentes se destruyen y todas las
ideas humanitaristas y otras ideas universales desaparecen del mapa. Y eso es lo
que les ha pasado a los españoles, que además estaban en una misión muy
peligrosa que había sido una decisión unilateral por parte del anterior
presidente del gobierno y contra el 90% de la población española. Yo conozco a
muchos oficiales, y en conversaciones privadas se notaba claramente que el
espíritu con el que se iba a Irak no era el mismo con el que se iba a Bosnia,
Kosovo o incluso Afganistán. Estaba presente el espíritu militar, pero no el
espíritu de creer en la misión.
-En un artículo de
Internet indicabas que las tropas españolas no tenían ningún control sobre la
zona y que estaban muy a disgusto con las tropas norteamericanas.
-Casualmente estaba en la base de Nayaf el día que hubo el ataque contra la base
española. Y ahí había dos tipos de combatientes: los españoles, que mantuvieron
el pulso e hicieron un uso lógico de la fuerza, y luego había combatientes -muy
directamente paramilitares de EEUU, gente vinculada a la seguridad del
contingente americano- que hicieron un uso abusivo de la fuerza en todos los
sentidos. Eran como rambos, pertenecen a empresas americanas de seguridad
que cada día de combate en conflicto les reporta entre 500 y 1.500 dólares, y
además se divierten disparando. El problema es que tú estás en un cuartel y
resulta que unos actúan de una manera y otros actúan de otra, con lo cual había
una disconformidad clarísima y una frustración clarísima por parte de los
soldados españoles. Al día siguiente los españoles se dieron cuenta de que los
ocho meses de trabajo ya no servían para nada.
-Has tomado
contacto con las tropas norteamericanas. ¿Reflejaban el descontento que ya
empieza a vivir parte de la población de EEUU?
-Con el
paso de los meses los americanos cada vez se sienten más cansados y más
confundidos. Además de haber muertos y heridos, también les están engañando
continuamente porque les dicen que van a estar cuatro meses, luego están seis y
luego un año. Y estar en un conflicto es muy duro y psicológicamente yo creo que
están muy cansados. Yo pensaba que el ejército norteamericano era un ejército
muy profesional y me he dado cuenta de que es una gente muy bien armada pero que
psicológicamente los soldados están muy mal preparados. De hecho tienen el
gatillo fácil, por eso el número de bajas que provocan son mucho mayores que
otros contingentes. A ello se suma que desde la Guerra del Vietnam no han
combatido cuerpo a cuerpo con un ejército que les embosque y yo he visto un
ejército americano muy, muy, muy débil en lo que es el combate de verdad, porque
bombardear con aviones desde arriba y provocar bajas civiles es muy fácil. Y
además están cansadísimos porque llevan un ritmo de misión tremenda, hay algunos
que llegaron a Irak viniendo de otras zonas, como Afganistán.
-¿El propio
ejército norteamericano se siente defraudado por el trato dado por sus
superiores e incluso abandonado por el Gobierno estadounidense?
-Yo no
sé si es así o no. Si yo fuera el Jefe del Ejército norteamericano simplemente
pediría explicaciones a Bush, que sólo está preocupado en mantener su puto
puesto. Primero nos ha metido en una guerra en la que todas las razones son
inexistentes, todo son mentiras clarísimas y flagrantes desde hace mucho tiempo.
Ahora hay un gobierno iraquí que es un gobierno títere, formado incluso por
algunos tipos con una trayectoria vergonzosa. Nos ha prometido que vamos a dar
la preferencia de la soberanía a los iraquíes el 30 de junio, lo cual es
totalmente imposible porque el día después -e incluso antes- va a haber ataques
generales en todo Irak contra este gobierno títere. Al final se dan cuenta que
todo está en función de la reelección de un señor que ha demostrado que es uno
de los políticos más mediocres de la historia de la humanidad. Porque al Sr.
Bush le dan igual los muertos, los heridos... sus únicos intereses son ser
reelegido en noviembre, sus negocios y los negocios de sus amigos, las compañías
petroleras.
-¿Cómo resumirías
la actuación del Gobierno del PP durante este conflicto? ¿Qué opinión te merece
el golpe de timón de Zapatero?
-El
gobierno de España durante este último año ha cometido uno de los más graves
errores en política exterior, desde los Reyes Católicos. España pasó de ser un
país neutral que puede ayudar a resolver conflictos internos como el de Oriente
Medio, a formar parte de una coalición maldita en Azores. Por nada, porque no se
consiguió ni un mínimo contrato decente, decides ir bajo el palio estadounidense
y jugar la vida de tus soldados. Y entrar en una lucha contra el terrorismo, que
es una lucha totalmente manipulada por el gobierno de EEUU. Eso ha sido un
desastre auténtico de consecuencias imprevisibles. Yo llevo más de 20 años
viajando por el mundo y jamás me había sentido perseguido por ser español como
ocurrió en Irak. Te puedo decir que para los secuestradores primero es el
americano y casi segundo el español, al mismo nivel que el británico. Y eso
nunca me había pasado, aunque he estado en lugares muy conflictivos. Tuve que
esconder el pasaporte, hacerme pasar por argentino, por cualquiera, para evitar
que me pudieran dar un susto. Por otra parte la decisión de Zapatero creo que es
una decisión lógica. Y lo que yo no admito es que los mismos que han azuzado a
Aznar -como cronistas, editoriales de diarios y columnistas que lo hacen
simplemente por intereses personales, no por intereses siquiera de análisis-,
ahora vengan a decir que esto es una fuga. Eso no lo admito. La decisión hay que
tomarla, ahora o dentro de un mes. Si es que da igual. Lo que no puedes es
tener a tus fuerzas en una emboscada permanente sabiendo que en Nayaf ya no son
los españoles los que tienen jurisdicción militar, sino que son los americanos y
están dispuestos a pagar cualquier precio para llevar a cabo sus políticas
militares, con lo cual esto afecta a la seguridad de los españoles. La decisión
yo creo que ha sido una decisión acertada y creo que ha sido muy bien recibida
por los militares españoles, que son conscientes que los puentes han quedado
totalmente destruidos. Seguir en Irak en estos momentos es poder acabar con un
reguero de sangre dentro de las fuerzas españolas. ∆ |