FEBRERO
2004
DESARME DE FICCION
"El pasado noviembre el Congreso de Estados
Unidos aprobaba un presupuesto de 401.000 millones de dólares para
el Departamento de Defensa"
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Hace un mes el presidente pakistaní
presentaba a su homónimo indio una propuesta para la firma de un tratado de
no agresión y desnuclearización del sur de Asia. Todo impulsado por el
Secretario de Estado de EEUU, Richard Armitage. Desde Washington se han
erigido en jueces del Tratado de no proliferación de Armas Nucleares, papel
que contrasta con el doble rasero que utilizan. De hecho, ellos mismos
siguen aumentando su gasto militar y este año EEUU gastará 6.400 millones de
dólares sólo en mantenimiento de su arsenal militar. ¿Asistimos a un desarme
ficticio? Así nos lo confirma el periodista de la Agencia de Información
Solidaria (AIS), Jacobo Quintanilla.
-Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña poseen armas
nucleares, no dejan de investigar y avanzar sobre el tema y son además
miembros permanentes del Consejo de Seguridad. ¿Cómo pueden hacer cumplir el
Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) cuando son los primeros
que lo vulneran?
-El TNP encierra muchas luces y sombras, y a pesar de los "esfuerzos"
realizados por todos los estados firmantes, la reducción significativa de
armamento nuclear mundial está muy lejos de ser una realidad. El principal
argumento que tienen estos cinco países -que no por casualidad son los cinco
miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas- para hacer
cumplir el TNP, es precisamente su capacidad nuclear. El monopolio del
terror les convierte en guardianes del TNP, porque de esta manera evitan que
ningún otro país se una a las filas de este reducido grupo que hace de su
capacidad nuclear un elemento definitorio en las relaciones internacionales.
-En concreto EEUU se ha erigido en el impulsor del TNP. ¿Por qué los
gobiernos toman en serio a una nación que se autonombra juez y utiliza el
doble rasero para medir a terceros países?
-Precisamente porque en su supremacía militar reside su hegemonía.
Estados Unidos es la primera potencia militar mundial, y asentado en esa
capacidad de destrucción formula más o menos libremente sus políticas. El
pasado mes de noviembre el Congreso de Estados Unidos aprobaba un
presupuesto de 401.000 millones de dólares para el Departamento de Defensa,
incrementando así los recursos militares en unos 8.000 millones de dólares
para este año dentro de la cruzada norteamericana "contra el terrorismo". El
principal problema es precisamente la falta de voluntad y, como bien dices,
el doble rasero de Estados Unidos con países como Israel y Pakistán (aliados
estratégicos estadounidenses) e India, únicos estados que se niegan a firmar
el TNP, sabedores de que su potencial nuclear es su única arma de
negociación con la gran superpotencia, como lleva evidenciando durante mucho
tiempo Corea del Norte, el único de los "estados gamberros" que hace meses
que trata de demostrar que su ejército sí tiene armas nucleares.
-¿Con qué autoridad Washington decide a quién invadir y cuándo? ¿Qué
criterios utiliza para ello?
-Dijo John Foster Dulles, secretario de Estado norteamericano en tiempos
de Eisenhower, que "los Estados Unidos no tienen amigos sino intereses", y
bajo esta máxima se ha movido y se mueve la política exterior
estadounidense. Estados Unidos estará allí donde sus intereses le digan que
tiene que estar, tal y como ha sucedido en Irak. El mes pasado conocíamos la
noticia, por voz del ex secretario del Tesoro, Paul O'Neill -que renunció a
su cargo por desavenencias con el presidente norteamericano- de que George
W. Bush comenzó a preparar la invasión de Irak y la caída del régimen de
Sadam desde los primeros tres meses de su mandato, con lo que se evidencia
aún más que lo único que tenía que encontrarse era un pretexto para proceder
a la invasión.
-¿Está EEUU construyendo un mundo a la medida de su poder y de los países
que le interesan? ¿Podrías dibujar el mapa que tiene Bush en su cabeza?
-Esa es la impresión que podemos tener. Construir un mundo a su medida,
basado en la doctrina de los "ataques preventivos" es algo que de momento, y
a excepción del caso norcoreano, se está cumpliendo. Vayamos con el mapa:
Corea del Norte es un caso especial. Al contrario que Sadam, el dictador Kim
Jong II, siempre ha admitido la existencia de armas de destrucción masiva y
ha sugerido en varias ocasiones su disposición a utilizarlas si su país es
atacado. Kim Jong II, consciente de que sólo la firma de un tratado de no
agresión con Estados Unidos o la fabricación de armas nucleares capaces de
amenazar a Japón y Corea del Sur, principales aliados norteamericanos en la
zona, pueden garantizar su supervivencia, se ha decantado por la segunda
opción hasta conseguir sentar a Estados Unidos en la mesa para negociar la
salida a esta crisis nuclear. Y en el mismo plano podemos situar también a
Irán, que igualmente ha admitido que está desarrollando un programa nuclear,
ante lo cual Estados Unidos y la comunidad internacional han mostrado
igualmente su preocupación. Tras el histórico acercamiento entre ambos
países con el levantamiento de parte de las sanciones económicas impuestas a
Irán hace 25 años para paliar los efectos del seísmo de Bam, George W. Bush
se ha apresurado a afirmar que esa medida no supone un descongelamiento de
las relaciones bilaterales, sino que para mejorar los vínculos, Teherán debe
abandonar el desarrollo de armas nucleares y entregar a los terroristas que
refugia. De momento, Irán ya ha suscrito el llamando Protocolo Adicional del
TNP que permitirá a los inspectores de la ONU controlar sin previo aviso sus
plantas atómicas, lo que es desde luego una muy buena noticia.
-EEUU investiga en estos momentos una nueva arma de destrucción masiva de
rayos gamma cuya radiación sería mil veces superior a la de los explosivos
químicos convencionales. Aunque suene a ciencia ficción, ¿sería descabellado
pensar que pretende hacerse el amo del mundo por la fuerza, desarmando
mientras a sus potenciales enemigos?
-El desarme de los potenciales enemigos de Estados Unidos no se va a
producir nunca porque precisamente ahí, en su capacidad militar, reside su
capacidad de erigirse en tales enemigos como sucedía en tiempos de la Guerra
Fría. En cuanto a las armas de rayos gamma, el desarrollo de este nuevo tipo
de armas de destrucción masiva podría disparar una nueva carrera
armamentística nuclear, como afirma André Gsponer, director del Independent
Scientific Research Institute de Ginebra, porque los países que no tengan
acceso a estas armas producirán armas nucleares como elemento disuasorio.
Peligrosa estrategia ésta del equilibrio del terror. ∆ |