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FEBRERO 2004

BUSCANDO NUEVOS SUEÑOS

INGER BERGGREN
-Presidenta en España del Banco Mundial de las Mujeres-

INGER BERGGREN

Inger Berggren ha participado activamente en la lucha del movimiento obrero en Suecia durante los años 60 y en 1988 dirigió su mirada a España para fundar aquí el Banco Mundial de las Mujeres, una organización internacional que lucha por la independencia económica de la mujer.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

"Ahora el Banco Mundial apoya todas las iniciativas de microcréditos. Pero piden unos intereses tan altos que generan dependencia, ya que los beneficiarios necesitan pedir otro crédito a continuación."

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


"La independencia es la cuenta pendiente de la mujer en el mundo"

 

 

 

 

Texto: Marta Iglesias - Foto:  Nan

No dejo de preguntarme durante toda la entrevista por qué ha dejado Suecia para instalarse en España. La respuesta llega y me sorprende: Inger busca cambiar el mundo y en nuestro país hay mucho por hacer. "El Banco Mundial de las Mujeres (Women's World Banking) es una organización mundial que se creó en el 77 para facilitar el acceso a créditos a mujeres. Está en 43 países y el objetivo es ayudar a que las mujeres puedan montar empresas y generar su propio empleo a través de préstamos bancarios".

-¿Cómo llegó la institución a España?
-En el año 88 lo fundé yo en este país con los mismos objetivos de ayudar a las mujeres a crear sus propias empresas. Empezamos en el año 89 con los primeros convenios firmados solamente para tramitar préstamos a mujeres y a través de ellos todavía podemos tramitar préstamos a un interés más bajo -un 3,5 a 3,3%-, dos años de carencia durante los que se pagan solamente los intereses y no el capital. El préstamo puede ser hasta ocho años y nosotras hacemos el plan de viabilidad para este proyecto y la solicitud al banco. A través de estos convenios hemos creado 2.600 empresas desde el año 89 pero ha habido siempre un problema con estos convenios y ha sido el tema del aval. Así que en el año 96 empezamos una iniciativa que llamamos créditos solidarios, para mujeres en Castilla y León que no tenían avales y contaban con un proyecto empresarial. Luego empezamos con el Fondo de Garantía para mujeres inmigrantes con la Caixa y más tarde firmamos con Caixa Cataluña un convenio de colaboración para firmar microcréditos sin aval a mujeres excluidas de tener un préstamo bancario. Hace un año firmamos también los microcréditos del ICO, desde donde también podemos financiar microcréditos para mujeres. En España queremos bajar los intereses para las mujeres y que también tengan derecho a conseguir los intereses de preferencia, que son los que se dan por ejemplo a empresas grandes.

-Si las mujeres tuviesen en su mano el poder del dinero, ¿cambiaría el mundo?
-Sí, seguro. Porque además las mujeres invertimos en la familia, los hijos, la educación y eso no todos los hombres lo hacen. Sobre todo para las mujeres de los países subdesarrollados esto es muy importante, aunque no quiero decir con ello que no lo sea para los hombres.

-¿El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional tienen objetivos enfrentados al Banco Mundial de las Mujeres?
-Pues no sé. Yo veo que ahora el BM apoya todas las iniciativas de microcréditos, pero no sé si van a ser capaces de sacar a las mujeres de la pobreza porque en algunos sitios piden unos intereses altísimos, hasta un 30-36% porque dicen que son colectivos con mucho riesgo, que no tienen avales. Por eso yo me estoy preguntando si no generarán una dependencia total, y necesitarán pedir otro crédito a continuación. En realidad es lo que está pasando en el Grameen Bank, que tienen unos 200.000 clientes que piden un préstamo tras otro. En España damos un microcrédito y se supone que con ese dinero tienen que montar una empresa y cuando hayan pagado el microcrédito ya está.

-En la política mundial hay pocas mujeres en puestos relevantes y muchas de ellas tienen un marcado carácter masculino. ¿Cómo crees que sería el concepto de poder desde la mujer?
-Las mujeres han tenido que luchar tanto para llegar a puestos importantes, que para mantenerse allí tienen que adaptarse a la manera de trabajar de los hombres. Entonces esto durará hasta que tengamos muchas mujeres ministras, por ejemplo, y hasta que ellas mismas sean conscientes de que no hace falta trabajar de la misma manera que los hombres. Esto en Suecia ha empezado a cambiar en los últimos años. En el gobierno sueco hay más ministras que ministros, más mujeres en el Parlamento que hombres, hay muchísimas mujeres con cargos de dirección en las empresas.

-¿Cuál es la cuenta pendiente de la mujer en el mundo?
-La independencia. Y la independencia no la puedes tener si no tienes la independencia económica y la independencia económica normalmente no la puedes conseguir si no tienes un trabajo remunerado. Así que es el empleo lo que necesitamos.

-¿El siglo XXI será femenino?
-(Risas) Queda muchísimo camino. En una ocasión leí que si seguimos al mismo ritmo que tenemos ahora, para llegar a la igualdad en España nos quedaban unos 60 años. Y si vamos a África o los países árabes, imagina lo que falta.

-A las mujeres nórdicas les dicen en sus países de origen que han perdido su feminidad en la lucha por mejorar sus condiciones. ¿Para lograr la igualdad habéis tenido que renunciar a muchas cosas?
-Depende de lo que se considere femenino (risas). Yo me acuerdo que en la lucha feminista en Suecia por ejemplo en los años 60 estaba mal visto maquillarse, peinarse, vestirse bien. Eso es verdad, pero esto no sé si es femenino o no, porque ahora los hombres empiezan también a maquillarse, a estar muy pendientes de su pelo...

-¿Cómo es ahora la situación en Suecia?
-En Suecia los hombres son más compañeros. Es decir, aquí por ejemplo hay un señor que te abre la puerta, que te saca la silla, que te pone el abrigo. Eso en Suecia es imposible, yo creo que no he conocido ningún sueco que lo haya hecho (risas). En España en muchísimas familias la compra la hace la mujer y se encarga de los niños, la limpieza, planchar; en Suecia eso normalmente no es así sino que todo está totalmente repartido entre los dos. Somos más compañeros.

-Y supongo que tampoco las mujeres buscan un hombre que las cuide y que les evite enfrentarse a muchas situaciones.
-Sí, en el Banco Mundial de las Mujeres vemos muchas veces que la mujer no viene sola sino que viene con su marido o su novio y es él quien habla. A muchas mujeres les gusta el hombre fuerte que te cuida, que te recoge cuando sales de trabajar... En Suecia somos mucho más fuertes. Nosotras organizábamos durante diez años una feria de la mujer emprendedora y participaban 50 ó 60 mujeres suecas. Ellas mismas montaban sus stands, eran carpinteras, hacían de todo.

-En la actualidad la mujer sueca, ¿en qué campo de la mujer centra su lucha?
-El pleno empleo para la mujer existe, aunque hay todavía empleos y trabajos para la mujer mal pagados. Hay una lucha para subir los salarios de estas mujeres. Y también se lucha contra la prostitución, para lo cual tenemos una avanzada legislación que condena al cliente y no a la prostituta. A ellas se les ofrece formación, preparación, estudios y trabajo. Y de hecho la prostitución en la calle en todas las ciudades de Suecia prácticamente ha desaparecido.

-En España miramos a los países nórdicos como ejemplo de democracia, de educación, de calidad de vida. ¿Qué es lo más oscuro o negativo de esos países?
-Yo he vivido toda la lucha del movimiento obrero en Suecia y la gente se ponía metas y objetivos. Cada año nos iba mejor, había más reformas, más medidas, todo el mundo tenía dos coches, tenía dos casas, de todo. Y desde hace como unos quince años se han conseguido todos los logros propuestos y la gente está un poco perdida, no sabe en qué luchar y qué objetivos ponerse ahora. Y eso es triste.

-¿Ese espíritu combativo que tú viviste en Suecia se ha perdido?
-Sí, se ha perdido. Ahora están un poco perdidos, no saben en qué dirección ir.

-¿Y a ti se te ocurre la dirección?
-No, por eso estoy aquí (risas). Aquí todavía hay mucho que hacer.

-Uno de los países que se asemeja mucho a los nórdicos en modo de vida es Suiza, donde empieza a escalar puestos peligrosos la ultraderecha. ¿A qué crees que se debe ese giro en las preferencias políticas de los ciudadanos?
-A lo mejor es que hay un temor por todo el tema de los inmigrantes. En Suiza, como en los países nórdicos, la gente ha vivido muy bien y al haber una avalancha de inmigrantes ven en peligro su estado de bienestar. En los países nórdicos no creo que se dé esta situación porque hay una solidaridad muy grande y esos grupos contrarios son pequeños y no están en los parlamentos. Además hay una política de atención al inmigrante donde se les dan pisos, una ayuda económica, formación, los niños van al colegio, y al año aproximadamente se les busca empleo. Está totalmente controlado, no como aquí, que hay muchísimos ilegales que ni siquiera sabemos. ∆

   

   
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