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AGOSTO 2004

TELEVISION PROFESIONAL

PACO LOBATON
-Periodista-

PACO LOBATON
Texto: Marta Iglesias / Foto: Canal Sur

No hay duda de que será siempre el alma que dio vida a "Quién Sabe Dónde", una realidad española que mantenía a millones de espectadores en vilo cada semana. Pero más allá del programa que le dio a conocer, Paco Lobatón es un gran profesional de los medios de comunicación, cuyas carencias estudia con detenimiento. En la actualidad es miembro de la Junta Directiva de la Academia de la Televisión, dirige y presenta 7 lunas en Canal Sur, un magazine de actualidad que lleva un año en horario de máxima audiencia.

Cuando el público le sonrió, llevaba más de quince años de trabajo en la radio y televisión. Había sido presentador de telediarios, corresponsal de información política, enviado especial... Una serie de responsabilidades que componen un puzzle esencial para conocer la trayectoria profesional de una persona, más allá de la fama.

-¿Dónde está la línea divisoria entre lo humano y lo personal, entre un programa que profundiza en las personas y el que las convierte en un espectáculo?
-La línea divisoria está en que tú no puedes tratar ningún tema sin que las personas afectadas te den en alguna forma su consentimiento, por eso soy partidario de contar con su acuerdo siempre que sea posible. Sólo hay algo por delante de esto y es el derecho a la información de la sociedad. No puede ser que la información incremente el dolor que ya está instalado, si acaso debería procurar ser un poco lo contrario, un cierto paliativo. Y para terminar te diría como reflexión que muchas veces la frontera no está en qué o en quién, sino en el cómo, es decir, en el tratamiento que se da a la información. Estoy convencido de que es fundamental ver que cada caso merece en sí mismo ser analizado y ello requiere que se establezca un sentido de la proporcionalidad.

-¿Crees que con el nuevo gobierno la TV cambiará hacia una mayor calidad y cultura?
-La importancia que tiene el compromiso que ha expresado el nuevo gobierno es precisamente que en su propia formulación hay un reconocimiento de que hasta ahora el sistema llevaba directamente a una especie de envilecimiento de la función de la televisión. Si no existen estructuras que garanticen la independencia, si la televisión pública depende de algún poder, no cabe esperar que cumpla su función. Es fundamental restablecer eso, y hay mucha expectación. Es muy importante que no se defraude y se restaure ese principio por el que la RTVE recupere su función de institución democrática.

-Si fueses un médico analizando la TV pública, ¿qué mandarías extirpar y qué tratamiento le recetarías para estar en plena forma?
-Una de las cosas que había que hacer es no sólo tener un marco legal ahora inexistente, sino generar hábitos de los que carecemos porque se han creado hábitos muy relacionados con el sistema de dependencia. Por eso lo primero que tendríamos que hacer es desentumecer a todo el colectivo profesional. Hay un estado de entumecimiento, y para actuar en libertad y con libertad hace falta una importante terapia rehabilitadora.

"La sociedad española no va a consentir que se defraude todo lo que puso en marcha el 14-M, al depositar su voto"

-¿Entre los profesionales del medio hay expectación por el futuro?
-Desde los profesionales hay expectación, pero desde el público la expectación está cargada de escepticismo. La gente se ha dado cuenta que durante años las cosas que se decían en TV no se correspondían verdaderamente con la realidad. En eso hay una inteligencia enorme de la gente. En estos 25 años de democracia, hasta el golpe de Estado hay una actitud absolutamente cómplice de todos los medios de comunicación en contribuir a que la democracia se instale. Pero a partir de ahí la dinámica es de una cierta esclerosis, de una polarización en torno a los grupos mediáticos más potentes. Y eso tiene una consecuencia en el ejercicio profesional tremendo y es que se va produciendo de forma imperceptible una confusión entre información y opinión, y yo creo que estamos en el estadio de máxima confusión de esos conceptos que hasta ahora eran sagrados. Pero aún siendo tan grande esa confusión, por parte del público hay una gran capacidad de discernimiento, a la gente no se la engaña tan fácilmente.

-¿Se valora al público desde ese prisma?
-No. Creo que hay en ese sentido un menosprecio absolutamente injustificado, injustificable y prepotente de algunos gestores no sólo de medios públicos sino también privados. Algunos con ese planteamiento tratan de justificar lo que ofrecen al público, e incluso en términos de televisión se dice que hay que darle al público lo que pide. Pero bueno, ¿qué me dice usted? El público está en su casa y toma de lo que hay, así que no se justifique usted, que tiene la responsabilidad de ofrecer cosas buenas o muy buenas. Por ejemplo se ha creado un hábito en el espectador hacia una prensa rosa televisiva que no existía hace diez años, un contenido que es mucho más amarillo que rosa por su falta absoluta de criterio periodístico, por la impunidad con la que entran en el ámbito privado de las vidas de muchas personas y por la capacidad para generar personajes que son un referente absolutamente indeseable. Creo que la gente puede estar más interesada en muchas otras cosas que le conciernan más directamente, que le ayuden a mejorar su vida cotidiana.

-¿Por ejemplo?
-Por ejemplo una información veraz, algo que además es un derecho constitucionalmente reconocido. Yo estoy seguro que una información bien hecha acerca de temas de salud interesa. Yo te puedo decir que en el 94 puse en marcha en TVE un programa sobre empleo que se llamaba "Empléate a fondo" y que lo hicimos hasta el 98. Ese programa tenía un resultado de audiencia que doblaba la media de la segunda cadena, que era donde se emitía. Eso quiere decir que la gente lo veía con agrado porque además encontraba ahí una información útil acerca de qué hacer en una situación de desempleo. Por no hablar de "Quién sabe Dónde", que creo que también contribuyó a que se tomara conciencia de una serie de problemas sociales de incomunicación...

-Efectivamente tú para el gran público siempre serás la imagen de Quién sabe Dónde, pero ¿quién es en realidad el profesional Paco Lobatón? ¿Qué otras líneas de programas le interesan?
-En primer lugar que la gente me asocie con "Quién sabe Dónde" para mí sigue siendo un premio, porque ese programa fue mi gran descubrimiento no sólo de la TV, sino de la realidad del país en el que vivo y también de la condición humana.
Actualmente lo que más me gusta como línea de programa es todo lo que tiene que ver con la acción informativa muy pegada a la calle, a la realidad. Por eso me encantan los reportajes y dentro de mi trabajo como productor he promovido también esa línea de trabajo. Los reportajes y los documentales me interesan mucho, creo que además son géneros genuinamente televisivos.

-Durante mucho tiempo estuviste vinculado a los informativos, ¿hoy en día son todos muy similares en enfoque e información?
-Primero creo que hay una homologación que a mí me parece chocante y que demuestra que hay pocos esfuerzos por tener una personalidad propia a la hora de informar. Hay por otra parte elementos que generan confusión entre información y opinión, algo incluso más grave a lo que habría que poner medios urgentes para evitarlo. Y luego ha habido en cuanto a los contenidos una evolución, una cierta metamorfosis por la que se han introducido sucesos o noticias banales con tal de hacer el informativo más digerible y convertirlo en un programa muy competitivo en búsqueda de resultados de audiencia, lo cual los ha convertido casi en mini realitys.

"Algunos gestores de medios públicos y privados menosprecian al público de forma injustificada y prepotente"

-¿Bajo qué reglas de coherencia se rige Paco Lobatón?
-En primer lugar hacer el trabajo lo mejor que sé hacer. Creo que no hay que reservar nada para mañana o para el proyecto 10, pensando que el que tienes delante no lo es. Para mí el proyecto 10 es el que tengo la posibilidad de hacer, y frente a ese proyecto uno tiene el deber moral de emplear lo mejor de sí mismo. Esa es la primera regla. Y luego en relación a los contenidos, como yo sigo tratando temas humanos que es material altamente sensible, lo siguiente es informar y si es posible que ello repercuta en algo positivo.

-¿Qué temas de la actualidad nacional te preocupan en estos momentos?
-Lo primero, la amenaza terrorista, que además ya tiene una dimensión extranacional. Es muy importante además reclamar a los responsables políticos que se comporten de una manera muy responsable sin hacer de eso una batalla partidista. La segunda tiene que ver con que se restituyan algunas cuestiones de tipo democrático, y entre ellas la que se refiere al propio ejercicio de la libertad de expresión y el derecho a la información. Es importante socialmente hablando, porque una sociedad democrática que no tenga medios de comunicación libres corre el riesgo de dejar de serlo, de una manera imperceptible, poco a poco. También hay que cambiar algunas estructuras en el aspecto por ejemplo económico y estatutario, pero también hay que cambiar los hábitos. Cambiando las leyes de repente no cambian los hábitos y creo que hay que desentumecer muchos músculos para ejercer la libertad.

-Tu juventud ha estado marcada por un gran compromiso político, ¿cómo ves el futuro con la llegada de los socialistas?
-Creo que el 14-M ha significado algo verdaderamente importantísimo. Ha sido un hito político formidable porque parecía como si la sociedad fuera capaz de asimilar todo tipo de bellaquerías -y con ello me refiero a las mentiras, que creo que es de las cosas más indignas que pueden ocurrir en la relación entre los responsables políticos y los ciudadanos- y se ha demostrado que no. Ha sido una expresión de salud democrática y madurez; el trasfondo de la conciencia colectiva ha salido a flote y ha salido con mucha fuerza. Entonces yo confío en que la sociedad española no va a consentir que se defraude todo lo que puso en marcha al depositar el voto que llevó al vuelco. Confío en eso todavía más que en quienes tienen la responsabilidad de hacerlo, es decir, confío en la sociedad española.

-¿Con que se te puede tentar?
-(Risas) Con muchas cosas, soy muy débil. Algunas no te las puedo decir, así que ya te puedes imaginar. Por ejemplo soy incapaz de decir que no cuando se trata de hacer algo que tenga que ver con niños o con causas perdidas. En esos casos me cuesta mucho decir que no, o sea que se me puede tentar y me tientan a menudo. También me gusta disfrutar de cosas y una propuesta de viaje determinada sería una tentación imposible de resistir. Pero hay más, incluso en las cosas más cotidianas. Tengo una lista de tentaciones mucho mayor que la de pecados (risas). ∆

Paco Lobatón ha participado en el Ciclo de Conferencias Caja España.

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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