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Se ha comprobado que el calentamiento de la atmósfera ha crecido el doble de lo que inicialmente se había previsto, hace ahora veinte años.
Foto: (c) Archivo Museo Sal y Greenpeace/Beltrá

ABRIL 2004

El calentamiento de la atmósfera ha crecido el doble de lo previsto por los científicos. Este cambio climático está siendo tan rápido que la raza humana no ha tenido tiempo de adaptarse a estas nuevas condiciones. La Organización Mundial de la Salud acaba de proponer a los gobiernos una valoración de este impacto para poder prevenir los graves efectos que ya está teniendo sobre la salud humana.

CAMBIO CLIMATICO
El Equilibrio se rompe

El clima cambia tan rápido que a la humanidad no le da tiempo a adaptarse. La población más pobre sufrirá un empeoramiento de sus condiciones de vida: inundaciones, pérdida de fertilidad del suelo, propagación de enfermedades tropicales...
Foto: (c) Archivo Museo Sal y Greenpeace/Beltrá

Texto: Mariló Hidalgo

 

Pies en la tierra y cabeza en el cielo. Hombre y entorno son Uno. Ambos mantienen un perfecto y necesario equilibrio, básico para la evolución de la vida en el planeta. Todo se mueve. Los organismos vivos se interrelacionan en una especie de danza mágica llena de sonido, donde cada uno ocupa su lugar y emite un acorde. El movimiento es sencillo, perfecto, imparable y parece que responde a una fórmula matemática creada desde el principio de los tiempos, que está impresa en cada una de las criaturas.
Pasa un tiempo y surge una alteración. Un grupo intenta apoderarse de la Tierra, sacarle el máximo rendimiento e imponer sus condiciones. La Tierra se convierte en mercancía. El equilibrio se rompe.
Hace más de veinte años los científicos dan la voz de alarma: la temperatura del planeta aumenta y ello podría ocasionar graves consecuencias para la vida en el planeta. También señalan las causas: el aumento de la actividad industrial genera más contaminación y especialmente, la emisión de gases invernadero derivados de dichas acciones.
Veinte años después se ha comprobado que el calentamiento de la atmósfera ha crecido el doble de lo previsto por los científicos, según un informe elaborado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Este organismo (1) perteneciente a Naciones Unidas que aglutina el trabajo de más de 2.500 científicos de todo el mundo, lanza una previsión: a finales de este siglo la temperatura global se elevará más de cinco grados centígrados, el doble de lo que se pensaba hace cinco años. A la vista de ello, los expertos de la ONU se han apresurado a lanzar un SOS a los gobiernos para que tomen medidas ante lo que pudiera ser un "dramático" cambio.
Ante este tipo de advertencias unos reaccionan con indiferencia porque lo consideran una exageración: ¡tanta alarma y aquí no pasa nada! A otros simplemente no les interesa aceptarlo porque ello supondría cambiar totalmente su concepto de bienestar y crecimiento -un ejemplo es Bush, empeñado en negar la relación entre contaminación industrial y aumento de temperatura-. Un tercer grupo, aunque en el fondo se lo cree, prefiere no darle crédito por aquello de que nada es inmediato y puede que no me toque a mí.
Lamentablemente no depende de que uno se lo crea o no, sino de los hechos. Ecologistas en Acción de La Rioja(2) explican en su informe El cambio en el clima del planeta que "no es una novedad que el clima cambie, lo que es gravísimo es que cambia tan rápido que a la humanidad no le da tiempo a adaptarse y una gran parte de población, sobre todo la más pobre, sufrirá un empeoramiento de sus condiciones de vida: inundaciones, pérdida de fertilidad del suelo, propagación de enfermedades tropicales...". En el informe estos ecologistas aportan más datos y advierten que "si los gobiernos no toman medidas urgentes, la temperatura media global con que sólo aumente de 1,2 a 3,5ºC antes del 2080, los efectos pueden ser catastróficos: subida del nivel del mar lenta pero constantemente -para ese año podría aumentar unos 40 centímetros de promedio global-; un aumento de temperaturas junto con la alteración del régimen de lluvias y la salinización de acuíferos costeros por intrusión salina, harán que en muchas zonas escasee el agua tanto para consumo humano como para riegos. Por último, las cosechas se verán afectadas y ello acarrearía nuevas hambrunas".
Sin caer en el catastrofismo, lo cierto es que esto ya está ocurriendo de una forma lenta pero imparable. Una vez conocidos los datos queremos centrarnos en los efectos que ocasionan sobre la vida humana.

Efectos sobre la salud humana
Las pruebas aportadas por los científicos demuestran que efectivamente las variaciones del clima en estos últimos decenios, han producido cambios en el estado de salud de la población. Unos efectos son inmediatos, como informa la Organización Metereológica Mundial (WMO) cuando hace balance del año 2003 y recuerda las 100 personas muertas y 25.000 que se quedaron sin hogar en Corea como consecuencia de los ciclones tropicales. O los 162 muertos y 900.000 desplazados en Pakistán por las inundaciones. O la sequía en Africa que ha afectado a 23 millones de seres humanos. Las olas de calor en Europa o el aumento de los incendios forestales en todo el mundo. Otros efectos son más lentos e inciden sobre la salud humana a medio y largo plazo. El IPCC expone en su informe que los cambios en las frecuencias de calor y frío extremos, las frecuencias de las inundaciones y las sequías, y el perfil de los aeroalérgenos y la contaminación en el aire local afectan directamente a la salud de la población. También los efectos del cambio climático en los sistemas ecológico y social. Estos efectos incluirían cambios en los brotes de enfermedades infecciosas, la producción local de alimentos y la desnutrición, así como diversas consecuencias para la salud provenientes de los desplazamientos de la población y la desorganización económica. "El cambio climático somete a los humanos a un viaje continuo, -nos explica la farmacéutica y experta en cooperación sanitaria Arancha Desojo-, a un desajuste permanente y a una incertidumbre altamente estresante, exponiéndonos a fenómenos incontrolables que socaban nuestro sistema inmunitario". Es importante recordar que sólo por los efectos directos de la ola de calor que sacudió a Europa, perdieron la vida más de 20.000 personas el pasado año, según informó la Organización Mundial de la Salud-OMS (3). Si las olas de calor aumentan, el riesgo de muerte y enfermedades graves incidiría especialmente en grupos de personas mayores, enfermos y pobres que habitan en las ciudades, como pasó recientemente. La calidad de aire empeoraría y surgirían problemas de contaminación que afectarían de forma directa al aparato respiratorio. Por otro lado, las temperaturas altas, los cambios en precipitaciones y los cambios en la variabilidad del clima modificarían el ámbito geográfico y las estaciones de la transmisión de enfermedades infecciosas, transmitidas mayormente por mosquitos y garrapatas a través de la sangre. Esto quiere decir que este incremento de temperatura aumentaría la incidencia de diversos tipos de enfermedades infecciosas como: paludismo, dengue, encefalitis transmitida por mosquitos, enfermedad de lyme, encefalitis producida por garrapatas, y otras infecciones transmitidas a través del agua y los alimentos.

El cambio climático incide con virulencia, año tras año, en países ya de por sí pobres, con escasos medios de supervivencia. La sequía, las lluvias torrenciales, influyen en la producción alimentaria afectando directamente la salud de los pobres.

Vivir en un mundo más caluroso puede ser la causa de que brotes de determinadas enfermedades localizadas en puntos muy concretos del planeta puedan extenderse a otros lugares con el riesgo que ello puede suponer. La malaria por ejemplo, se extiende normalmente por lugares donde la temperatura mínima invernal no alcanza los 16ºC. Pero debido al calentamiento global del planeta los inviernos se están volviendo más cálidos en muchos lugares, como consecuencia se espera que la transmisión de esta enfermedad aumente. La doctora en geología y paleontología de la Universidad de Munich, Astrid Zwick aporta datos más concretos y explica las razones del "aumento de esta enfermedad en Ruanda después de registrarse altas temperaturas y lluvias. También en Etiopía, algunas partes de Asia y EEUU, durante los períodos cálidos y húmedos en Nueva Jersey, Queens, Nueva York, etc. El dengue se está localizando en lugares más altos que antes: América Central, Méjico, los Andes Colombianos. Después de un brote epidémico en Méjico se registraron tres casos de dengue en Tejas. También la encefalitis o el cólera registrado en América Central y América del Sur estarían relacionados con la última aparición del fenómeno de 'El Niño'. Por último, llama también la atención el brote de síndrome pulmonar por hantavirus, transmitido por los ratones. Hay que tener en cuenta que la sequía relacionada con el fenómeno 'El Niño' redujo la población de roedores. Por otra parte, las intensas lluvias produjeron gran cantidad de saltamontes y piñas piñoneras que sirvieron de alimento a los ratones portadores de los hantavirus. La población de roedores se multiplicó por diez y así surgió esta enfermedad mortal".
La realidad es que los gobiernos no están interesados en hacer públicos los brotes epidémicos por temor al turismo. Pasó en Turquía por ejemplo, cuando tuvo lugar una epidemia de cólera hace unos años y se tuvo conocimiento de ello por el contagio de turistas alemanes que venían de aquel país.

Hambrunas
Existe en el mundo un número indeterminado de viajeros sin mapa que recorren los caminos en busca de alimentos y una forma digna de vida. Se han quedado sin alimento, sin casa y bajo unas condiciones climatológicas extremas.
El cambio climático incide con virulencia, año tras año, en países ya de por sí pobres con escasos medios de supervivencia. La sequía, las lluvias torrenciales, influyen en la producción alimentaria afectando directamente sobre la nutrición y salud de los pobres. Los estudios de los impactos del cambio climático en la producción de alimentos indican que el riesgo de una reducción en la producción alimentaria es mayor en los países en desarrollo, donde se estima que actualmente hay 790 millones de personas desnutridas. La desnutrición es una de las causas fundamentales del raquitismo físico e intelectual de los niños, la baja productividad de los adultos y la susceptibilidad a las enfermedades infecciosas. El cambio climático incrementaría las hambrunas en el mundo lo que en ocasiones podría provocar desplazamientos de población, disturbios sociales y decadencia económica.

Fondos marinos
Las fluctuaciones de temperatura, los efectos del transporte de contaminantes a larga distancia, vertidos de aguas residuales, de industrias, favorecen la aparición de algas nocivas que portan toxinas que al ser ingeridas por peces y moluscos, se transmiten al ser humano cuando los consume, produciendo en ocasiones envenenamiento por biotoxinas. Este tipo de epidemias ha crecido en los últimos tiempos como consecuencia de la demanda de alimentos marinos y aumento del comercio de mariscos. La concentración de microorganismos ha ido en aumento gracias también al progresivo calentamiento de las aguas, que ha provocado una ampliación de las áreas de influencia, pasando su nefasta influencia a latitudes más altas. Por otro lado y sin consecuencia de muerte, los cambios en la cantidad y calidad de las aguas superficiales también acarrean efectos sobre la salud humana a través de las enfermedades diarreicas.

Radiaciones solares
El sol emite distintas radiaciones y no todas llegan a la superficie de nuestro planeta. Los rayos gamma y ultravioleta C (UVC) son absorbidos en su totalidad por la capa de ozono, los ultravioleta B (UVB) son sólo absorbidos en parte -y cada vez menos- y los ultravioleta A (UVA) llegan hasta nosotros. Cada uno de estos rayos causan un efecto distinto en nuestra piel: mientras los rayos UVA atraviesan la epidermis y producen el bronceado y el consecuente envejecimiento prematuro de la piel, los UVB se quedan en la dermis y son los principales causantes de los cánceres cutáneos, según informa la Asociación Española contra el Cáncer (4). En efecto, la disminución de la capa de ozono hace que lleguen hasta nosotros mayores radiaciones ultravioleta, sobre todo del tipo B, que favorecen la aparición de enfermedades como el cáncer de piel y las cataratas.
Según la OMS, cada año se diagnostican en todo el mundo cerca de 132.000 melanomas malignos, entre dos y tres millones de cáncer de piel y más de dos millones de casos de ceguera debida a las cataratas. De estos datos se deduce la urgente necesidad de programas de protección solar que aumenten la conciencia sobre los riesgos de la incidencia del sol en la salud humana. Con este objetivo nace en 1992, INTERSUN (www.who.int/uv), un proyecto de colaboración entre la OMS, Programa de NU para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC). Sus objetivos son por un lado investigar en profundidad la influencia de estas radiaciones en la salud humana; desarrollar predicciones fiables a medida que la capa de ozono se va debilitando; desarrollar métodos prácticos. Y lo más importante, aconsejar e informar a las autoridades y ciudadanos sobre las medidas a tomar.

La disminución de la capa de ozono hace que lleguen hasta nosotros mayores radiaciones ultravioleta, sobre todo del tipo B, que favorecen la aparición de enfermedades como el cáncer de piel y las cataratas.

De esta forma cada año llegan hasta nosotros una serie de consejos para conseguir una adecuada convivencia con el sol, aunque no siempre son tenidos en cuenta(4):
• Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día (entre las doce y las cuatro de la tarde).
• Utilizar barreras físicas para que el sol no llegue a la piel: sombrillas, sombreros de ala ancha, camisetas.
• Aplicar en la piel fotoprotectores solares con filtros de protección UVA y UBV adecuados al tipo de piel de cada persona.
• Usar gafas de sol que absorban el 100% de rayos UVA.
• Adecuar las medidas al lugar donde uno se encuentre: montaña, playa, etc.
• Beber abundante agua para evitar deshidratación.
• Protegerse también en días nublados.
La pregunta sería, ¿por qué a pesar de la información, los casos de cáncer en la piel y las cataratas aumentan cada año? Arancha Desojo nos hace una reflexión, "no sé si es falta de conocimiento o incredulidad, olvido o negligencia, pero claramente, no se toman las medidas adecuadas. Recuerdo que hasta hace poco los protectores solares sólo los utilizaban los niños y las personas con gran peligro de quemaduras, y generalmente se llamaban 'bronceadores' más que protectores, se empleaban para tostarse más rápido, y la mayoría de los utilizados en los años 70 y 80 no tenían factor de protección. Pero ahora todos nos estamos dando cuenta de los peligros, debido, en parte y por desgracia, a lo comunes que son los melanomas y las llamadas de atención que recibimos de los profesionales de la salud y de los medios de comunicación. Pero aún así, aún tenemos tendencia a olvidarnos de poner la crema antes de exponernos. Eso sí, todos sabemos que es el efecto invernadero, el agujero de la capa de ozono, el calentamiento global. Pero somos bastante escépticos sobre las enfermedades y trastornos que causan, acostumbrados como estamos a que las desgracias en forma de catástrofe siempre les pasan a otros, gente que vive lejos de nosotros. Sin reparar en que aquí, cerca, hay cánceres que también están producidos por la degradación medioambiental a escala global".

 

"Desgraciadamente no existen campañas financiadas con dinero público que informen de la relación que existe entre nuestro modelo de producción y consumo y el cambio climático".
Foto: copyright "Greenpeace/Morgan"

 DEJADEZ DE LOS GOBIERNOS

Cinco años tardó en ver la luz el Protocolo de Kyoto, un documento donde se recogía un compromiso para los gobiernos firmantes de reducir o limitar las emisiones de gases contaminantes. En dicho Protocolo se establecen unos límites -para los países desarrollados- en relación al nivel de emisiones que tenían en 1990, y que deben alcanzar durante el período 2008-2012. En estos momentos el proceso está estancado por la retirada de EEUU y la indecisión de Rusia de ratificarlo o no. La realidad es que la mayor parte de los países industrializados aún están lejos de esas cifras y precisamente los países que menos han contribuido a dicha contaminación, están siendo los primeros en sufrir las consecuencias del cambio climático. Mar Asunción Higueras, responsable del Area de Cambio Climático de   WWW/ADENA, nos explica la reacción de los gobiernos ante esta crisis.

-Según la OMS el cambio climático acabó el año pasado con la vida de 150.000 personas debido a distintas causas. Ante estos hechos ¿qué justifica la dejadez de los gobiernos, como han demostrado en la última Cumbre del Clima de Milán?
-No existe justificación ante la negativa de asumir un compromiso internacional para combatir el principal problema ambiental al que nos enfrentamos en el siglo XXI y que es causado por un modelo económico insostenible. Los países que no han ratificado Kyoto o, que habiéndolo hecho ahora hablan de renegociarlo y flexibilizarlo, aluden a que puede suponer un daño a su economía y a su competitividad. Ponen sólo en la balanza lo que puede costar a algunos sectores económicos el cumplir con el Protocolo de Kyoto, pero se "olvidan" de poner en el otro lado los costes que el cambio climático está ya costando y va a costar aún más a toda la sociedad si no se toman medidas. El cambio climático es el problema, el Protocolo de Kyoto es el primer paso para la solución.

"Los estudios de los impactos del cambio climático en la producción de alimentos indican que el riesgo de una reducción en la producción es mayor en los países en desarrollo, donde se estima que actualmente hay 790 millones de personas desnutridas"

-¿Qué intereses hay en juego?
-Los de algunas empresas que al no haber tomado medidas se encuentran con que ahora con la entrada en vigor de la Directiva Europea de Comercio de Emisiones, van a tener que internalizar en sus cuentas de resultados los costes del impacto ambiental que están causando, ya que o bien introducen medidas enérgicas de reducción de emisiones (principalmente encaminadas a reducir su utilización de combustibles fósiles) o compran derechos de emisión a otras empresas que hayan disminuido sus emisiones.

-¿Cuál está siendo la postura de nuestro gobierno?
-El Gobierno Español está siendo muy influido por los lobbys de las empresas contaminantes y está lanzando mensajes de que se deberían flexibilizar las Directivas Europeas para que no afecten a la competitividad de las empresas. Para WWF/Adena se están haciendo un flaco favor a la sociedad española y al tejido industrial, ya que en vez de apostar por políticas decididas de lucha contra al cambio climático igual que están haciendo otros países europeos, intenta que éstas tengan el mínimo impacto económico, pero esto supone que tampoco tengan impacto en la reducción de emisiones, que a medio y largo plazo mejoraría la competitividad de nuestras empresas al aumentar su eficiencia energética.

-¿Crees que tiene información el ciudadano de la amenaza que este problema supone para la vida del planeta y por tanto para su propia existencia? ¿Qué medidas puede tomar ante la inactividad de los gobiernos?
-Desgraciadamente no existen campañas financiadas con dinero público que informen de la relación que existe entre nuestro modelo de producción y consumo y el cambio climático, así como de los impactos que el cambio climático ya está teniendo en nuestra sociedad (olas de calor, sequías, inundaciones). Tampoco se informa de las acciones que cada uno podemos realizar para minimizar nuestro impacto. Las ONG como WWF/Adena intentamos hacer llegar estos mensajes con los medios de que disponemos. Es importante que el ciudadano se posicione y demande a las autoridades que emprendan acciones decididas para combatir el cambio climático, que es una amenaza real para todos.

"El cambio climático incrementaría las hambrunas en el mundo, lo que en ocasiones podría provocar desplazamientos de población, disturbios sociales y decadencia económica"

-¿Qué labor está llevando a cabo WWF/Adena en este sentido?
-En WWF/Adena trabajamos en tres líneas de acción principales:
• Influencia política para intentar que las políticas, estrategias y medidas que se tomen por parte de las administraciones contribuyan de manera decidida a combatir el cambio climático. En este sentido somos miembros del Consejo Nacional del Clima, enviamos críticas constructivas a los documentos oficiales y participamos en reuniones y foros de debate. Al ser una organización internacional también hacemos llegar nuestra posición a la UE.
• Proyectos demostrativos para ejemplificar que un modelo más sostenible es posible. En este sentido recientemente hemos iniciado la "Red Andaluza de Ayuntamientos del Clima" para facilitar la toma de medidas concretas de eficiencia energética y energías renovables en sus municipios. También estamos trabajando para intentar que se desarrolle en España la energía verde con criterios que garanticen la promoción de las energías renovables.
• Sensibilización de la población mediante cybercampañas, artículos, ruedas o notas de prensa.

 Posible reconciliación

La única vía para reducir los impactos del cambio climático es disminuir las emisiones de CO2 hasta los niveles mínimos para dar tiempo a que los ecosistemas se recuperen. Ello quiere decir que habría que cambiar de forma de vida, emplear otro tipo de energías: aire, hidrógeno, sol... El aire por ejemplo podría generar electricidad de forma inagotable, y ésta a su vez podría permitir "fabricar" hidrógeno. "En el cambio climático -apunta Arancha Desojo- también tenemos un papel importante cada uno de nosotros: evitar la utilización de materiales que degradan el medio ambiente, reciclar, economizar energía y agua, utilizar transporte colectivo. Y por supuesto, la presión de la opinión pública sobre los gobiernos para que nuestros pequeños esfuerzos personales sean aprovechados, porque sean obligatorios también para las grandes empresas contaminadoras o depredadoras. El asunto no es tanto saber qué soluciones adoptaremos, como reflexiona el director del Worldwatch Institute de Washington, "sino tener la voluntad de encontrarlas. Y no someternos a grupos de presión cuyo poder proviene exclusivamente de su riqueza. La clave es que el mercado diga la verdad. La tierra se podría convertir en un lugar formidable para vivir si contáramos con una economía ecológica". ∆

(1) www.ipcc.ch/  (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático) // (2) Ecoportal.net // (3) Informe de la OMS: "Las repercusiones del cambio climático en la salud" ( www.who.int/globalchange/publications/en/Spanishsummary.pdf ) // (4) Informe de la Asociación Española contra el Cáncer: "Sol, cáncer de piel y prevención". ( www.aecc.es  )

 

"Las alteraciones del clima no se sufrirán de la misma manera en todo el planeta, sino que cada ecosistema lo sufrirá en su aspecto más débil."
Foto: "Greenpeace/Daniel Beltrá"

Desaparición de glaciares

Greenpeace ha estado durante cuatro semanas en la Patagonia y Chile investigando a bordo del Artic Sunrise -rompehielos de la organización ecologista- la extensión y rapidez con que los glaciares están desapareciendo. Sus investigaciones confirman que "un gran número de los mayores glaciares de la Patagonia, como San Quintín y Upsala, han disminuido su espesor y han retrocedido kilómetros durante los últimos años". Sin ir más lejos, en nuestro país, la mitad de los glaciares que existían en Pirineos en 1980, han desaparecido. Nos amplía información Emilio Rull, su responsable en la campaña de Cambio Climático.

-El cambio climático es un hecho que aseguran se ha acelerado a partir de la segunda mitad del siglo XX. ¿Cuáles son las últimas evidencias?
-Las últimas evidencias, corroboradas por una expedición científica de Greenpeace por la Antártida y los glaciares de Patagonia, indican un claro aceleramiento de cambio climático con un deshielo de los glaciares mucho mayor de lo que se pensaba. Los hielos de la Patagonia chilena y argentina, la mayor masa de hielo del Hemisferio Sur después de la Antártida, se derriten más rápido que cualquier otro glaciar en el mundo. En los últimos siete años han perdido anualmente 42 km. cúbicos de hielo, lo que equivale al volumen de 17 millones de piscinas olímpicas.
Desde 1995 hasta 2000 el ratio de pérdida de hielo se ha más que doblado, lo que equivale a un aumento del nivel del mar de 0,1mm por año, incrementando el riesgo de inundaciones en muchas de las zonas costeras del planeta. De la misma manera, este deshielo está causando graves problemas a las personas que dependen de los glaciares para garantizar su suministro de agua potable. Esta situación puede causar enormes problemas en el futuro, ya que el abastecimiento de agua potable de una tercera parte de la población mundial depende de los ríos que nacen de los glaciares del Himalaya.
Asimismo un estudio reciente de la revista Nature mostró que el cambio climático podría llevarnos a la extinción de más de un millón de especies antes del 2050. El cambio climático es un problema global, ya que no sólo estamos en riesgo de perder los glaciares sino que sufriríamos también un aumento en la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones, sequías, pérdida de arrecifes de corales, aumento en el nivel del mar y un aumento de la extensión de enfermedades como la malaria.

"Evidentemente, el problema del cambio climático está provocado por el uso de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas. Es la base del modelo económico y energético sobre el que nos hemos desarrollado"
Foto: "Greenpeace/M. Romero"

-Algunos científicos apuntan la posibilidad de que este calentamiento del planeta pudiera producir un "efecto ártico". ¿Son posibles cambios tan bruscos?
-Las alteraciones del clima no se sufrirán de la misma manera en todo el planeta, sino que cada ecosistema lo sufrirá en su aspecto más débil. Igualmente, el calentamiento global del planeta y las alteraciones en el clima pueden llevar a paradojas como que parte de la zona norte de Europa se pueda enfriar debido a la paralización de las corrientes del Golfo en el Atlántico Norte. Esto provocaría un enfriamiento de estas zonas pudiendo llevar al norte de Europa una glaciación; aunque este enfriamiento no descarta que el calentamiento del planeta aumente la temperatura media del planeta, habiendo sido estudiada esta posibilidad entre los expertos.

-Los estudios que se hacen sobre el cambio climático son muchas veces utilizados por los diferentes grupos de presión política de uno u otro signo según sus intereses. ¿No existe una mínima base de consenso que permita abordar las graves consecuencias de este problema al margen de intereses políticos? ¿Cómo está siendo vuestra experiencia en este terreno? ¿Recibís muchas presiones?
-Evidentemente, el problema del cambio climático está provocado por el uso de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas. Es la base del modelo económico y energético sobre el que nos hemos desarrollado durante todo el siglo pasado y su influencia sobre las políticas energéticas de los gobiernos es incalculable, pero la ciencia es bien clara al respecto definiendo claramente cuáles son las causas del problema, cuáles pueden ser las consecuencias y cuáles son las soluciones (energías renovables, eficiencia energética y ahorro). La base mínima de consenso se traduce políticamente en el Protocolo de Kyoto, con un objetivo sencillo, pero establecido, de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 5% para el 2008-2012 sobre los niveles de 1990. Es un objetivo escaso pero que está marcando la base sobre la que avanzar para ir hacia mayores reducciones de gases de efecto invernadero. A pesar de este objetivo, el cambio que está suponiendo para los sectores contaminantes hace que éstos protesten e intenten desvirtuar aún más la finalidad de Kyoto, llegando a plantear la necesidad de repensar este objetivo o exigiendo que sea el Gobierno (o sea, todos los ciudadanos) los que carguemos con los costes económicos de su contaminación sin obligarles a cambiar sus modelos de producción, además de que los ciudadanos nos hacemos cargo de costes o externalidades que las compañías no asumen y que tienen impactos económicos, sociales y medioambientales sobre toda la sociedad.
En Greenpeace sentimos seriamente esta presión, no sobre la propia organización ya que al ser independientes económica y políticamente no dependemos de nadie para expresar y luchar por lo que consideramos justo, pero sí estamos viendo esta presión desde los sectores contaminantes sobre los Gobiernos.

-En todo ello, ¿qué labor realiza el Panel Internacional sobre Cambio Climático?
-Su labor es, principalmente, asesorar a los gobiernos sobre la ciencia, los impactos y las soluciones del cambio climático. Su labor ha sido, y es, fundamental en todo el desarrollo del Protocolo de Kyoto precisamente por su independencia a la hora de evaluar y estudiar todos los aspectos del cambio climático pues se trata de un grupo interdisciplinar multinacional donde prima el bienestar global y no los intereses de determinadas compañías como pueda ser la petrolera Exxon-Mobil. ∆

 

 FUSION OPINA

Uno de los grandes males de la especie humana, de donde derivan todos los demás, es el profundo desconocimiento de las Leyes Cósmicas, es decir, de aquellas Leyes que son inherentes a la Vida, que surgieron con la Vida y la acompañan dirigiendo su evolución.
Una de esas Leyes es la de Causa y Efecto, y su traducción sencilla es que todo Efecto emana de una Causa que lo produce, aunque a veces esa Causa esté aparentemente lejana en el tiempo.
Y el hombre es un ser vivo que genera permanentemente causas que, a su vez, producen efectos. Esto es así porque posee mente, sólo que aún no sabe manejar tan preciado órgano.
Como consecuencia vive prisionero de un círculo vicioso, el generado por su mente al crear causas sin tener en cuenta los efectos que estos van a producir en el tiempo. Luego, cuando los efectos llegan, o bien se olvidó ya de las causas que los originaron o bien se dedica simplemente a lamentarse por las desgracias que le "caen" del cielo o por lo injusta que es la vida.
Y todo esto viene a cuento del cambio climático y los desastrosos efectos que ya está produciendo y que van a intensificarse hasta un grado inimaginable.
Pero, aunque el hombre ya es consciente de esta realidad, sigue empeñado en engañarse, en ignorar las causas y en recurrir a algo tan estúpido como es minimizar las previsiones y utilizar a científicos que se prostituyen para verter opiniones contradictorias y alargar indefinidamente la llegada de los efectos ya anunciados. Pero la realidad planetaria se encarga de demostrarles que la situación es aún peor de lo que los más pesimistas se creían. La situación es crítica, y lo peor es que todos lo sabemos, aunque algunos se empeñen en ocultarlo, algo que también sabemos.
La realidad es que la especie humana se ha cargado el Planeta.
Intentar recuperarlo supondría acabar con la era industrial, parar todo, empezar de cero y por otro camino.
Nada vale, todo fue diseñado pensando en ganar dinero, no en la salud de la Madre Tierra.
Regenerar los mares, los cielos y la tierra supondría cientos o miles de años. No tenemos tiempo, sobre todo porque la población mundial no para de crecer.
Tal vez, lo único que nos quede sea vivir los efectos con dignidad, reconociendo el error y aprendiendo la lección a base de sangre y fuego.
A lo mejor, quién sabe, existe otra oportunidad de hacerlo mejor. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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