Diputado en las filas de la segunda fuerza
política en Bolivia, el Movimiento al Socialismo (MAS), y líder del
campesinado cocalero y de los movimientos sociales e indígenas que
arrastraron de la Presidencia en octubre a Gonzalo Sánchez de Lozada,
Evo Morales representa hoy la bandera de la lucha por la recuperación de
los recursos naturales arrebatados a los bolivianos por el Gobierno y
las transnacionales.
"Cuando el movimiento indígena
se levanta, Estados Unidos acusa, desprestigia y sataniza"
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"El pueblo se ha movilizado para que los hidrocarburos
vuelvan a manos de los bolivianos". Y para que la tierra no quede en manos de
unos pocos. Estas son las reivindicaciones que Evo Morales ha expresado desde la
sede en Madrid del sindicato español Comisiones Obreras (CC.OO.) en la primera
parada de una gira europea que hará llegar su crítica al neoliberalismo hasta
Holanda, Francia, Bélgica y Suiza.
-Bolivia se encuentra hoy bajo las consecuencias políticas y sociales de la
denominada 'guerra del gas' en la que han tenido un papel esencial los
movimientos indígenas. ¿Bajo qué condiciones estarían dispuestos estos
movimientos indígenas y sociales a comercializar el gas boliviano?
-Todo el pueblo boliviano está dispuesto a comercializar el gas, pero
siempre y cuando primero el gas natural pase a manos de los bolivianos; segundo,
se industrialice el gas; y tercero, se exporte el gas. Porque el gas es el
patrimonio del pueblo boliviano, es la esperanza frente a la crisis económica,
es la solución. Por tanto, hay que recuperarlo y nadie se ha opuesto a que no se
venda el gas.
Otra cosa es con Chile. Con Chile tenemos una deuda histórica, tenemos una
cuenta pendiente que tiene que saldarse tarde o temprano con el acuerdo de la
comunidad internacional. El tema del mar ya no es un problema solamente de dos
países, sino es un problema multilateral. Evidentemente el pueblo desea que si
Chile no devuelve el mar, no haya nada para Chile. Es lo que tiene que entender
el Gobierno chileno para que Bolivia vuelva al Pacífico.
-A Evo Morales se le conoce desde fuera como líder cocalero. Precisamente el
cultivo de coca es otro de los problemas para Bolivia. Se pretende erradicar la
producción de coca que, a su vez, es un modo de subsistencia para muchos
bolivianos con un fuerte arraigo cultural.
-Hay que dirigir el proceso de la coca en un mercado legal nacido del
internacional. Aquí (en Europa) están industrializando la coca con una bebida
basada en la hoja de coca. Y, por tanto, hay que empezar la campaña por la
despenalización. La hoja de coca debe retirarse de la lista de estupefacientes
de Naciones Unidas, pero también hay que delimitar los cultivos de coca en
Bolivia. Va a haber coca, jamás va a acabar. Si antes los españoles eran grandes
cocaleros en Bolivia, sus fuentes de ingresos, su enriquecimiento en la época
colonial era justamente de la hoja de coca, a estas alturas cómo vamos a pensar
que se elimine. Cultivar coca, no para la cocaína, es muy diferente. Desafío a
cualquier Gobierno, especialmente al Gobierno de Estados Unidos, a una alianza
real y efectiva de lucha contra el narcotráfico. La droga es lamentablemente una
excusa para que Estados Unidos mejore el poder y control en nuestros países.
Detrás de la lucha contra el narcotráfico están intereses geopolíticos, están
los megaproyectos. Líderes diseñan el Plan Colombia y... ¿Qué es el Plan
Colombia? El segundo Plan Cóndor.
-Los movimientos sociales en Bolivia cuentan con un gran arraigo indígena.
Antes fue en México, Ecuador, ahora Brasil... ¿A qué se debe este aparente
renacer de los movimientos indígenas en toda América Latina?
-Después de 500 años de sometimiento, de esclavitud, de servidumbre, de
políticas de exterminio, decidimos pasar de la resistencia a la toma de poder
del territorio. Y territorio significa todos los recursos naturales de esta
madre Tierra. Pero hay que combatir con sus propios instrumentos, como lo
estamos haciendo dentro de su mismo sistema. Hay esperanzas en base a la
conciencia de cómo recuperar el poder para buscar cierto equilibrio económico.
Yo estoy muy alentado. Nunca había pensado que iba a ser invitado a tantas
conferencias, falta tiempo para participar. Me parece importante la honestidad,
ser consecuente, humildad, pero también agresión con nuestros enemigos. Yo no
tengo ninguna formación académica, vengo de las luchas sociales y sindicales. A
estas alturas estamos a un paso de ganar las elecciones y más si seguimos en ese
proceso de denunciar lo que puede pasar en Bolivia, buscando el apoyo social,
como también el apoyo de los Gobiernos para defender la democracia.
-¿Y qué puede temer Estados Unidos de unos movimientos indígenas que tanto le
incomodan?
-El movimiento indígena sigue siendo un movimiento que lucha por la
vida, que defiende la humanidad, un movimiento que lucha por los recursos
naturales, pero también por la democracia y los derechos humanos. Y cuando el
movimiento indígena se levanta, Estados Unidos acusa, desprestigia y sataniza.
Lo que veo es que este movimiento es imparable a nivel internacional y como
ellos (Estados Unidos) quieren intervenciones, pueden intervenir con facilidad,
pero jamás van a poder controlar. Así se intervino en Irak, pero, ¿qué
controlan? Nada. La única solución para Irak es el retiro inmediato de los
militares norteamericanos. Es seguridad para los soldados invasores, para el
pueblo iraquí, hasta seguridad para Naciones Unidas. Yo creo que Estados Unidos
seguramente estaba planificando intervenciones a Cuba, a Chávez, tal vez a
Bolivia, pero no van a poder controlar porque es una lucha de identidad, una
lucha cultural en este nuevo milenio. /
Óscar Gutiérrez. Periodista • Agencia de Información Solidaria |