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ABRIL 2004

CIENCIA GLOBAL

MANUEL TOHARIA
-Físico y periodista científico-

MANUEL TOHARIA

Para este apasionado divulgador de la ciencia, su momento actual es un regalo: es director del Museo Príncipe Felipe, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, y acaba de estrenar el programa Atlantia en La Primera. Acostumbrados a escuchar hablar sobre la ciencia en España, Toharia nos sorprende con una visión más global, que contempla la realidad del planeta entero.

 

 

 

 

 

 

 

"Más que hacer grandes manifestaciones, hay que cambiar la filosofía de vida, porque la culpa no es sólo de las grandes empresas. Ellas nos sirven a los que compramos. Al final el culpable es el ciudadano de a pie"

 

 

 

 

 


"El problema básico no es el cambio climático sino el que hay una enorme desigualdad en la tierra entre países ricos y pobres. La amenaza no es el futuro, la amenaza está ya aquí con nosotros hoy"

 

 

 

 

 


" Mi apuesta personal es la divulgación de la cultura. Saber más implica necesariamente ser más responsable, más consciente, tener mejor criterio, ser más libre"

Texto: Marta Iglesias / Foto: Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia

-Con el ritmo que llevamos en nuestro país, ¿cuándo cumpliremos con Kioto?
-Kioto es un problema que no tenemos que cumplir nosotros solos, Kioto lo tiene que cumplir todo el mundo, sino no sirve de nada. España emite muy poco CO2 por habitante. Reducir las emisiones de España es injusto porque hay otros que, aunque reduzcan, seguirán emitiendo más que nosotros. España tiene que entrar dentro del cupo de la UE, cosa que ha hecho y correctamente. En la UE Dinamarca y Alemania tienen que reducir mucho porque emiten cuatro veces más que nosotros y España puede aumentar, porque aún así emitimos per cápita mucho menos que Alemania. O sea, no es que ellos sean buenos porque han reducido y nosotros malos porque hemos aumentado. Es que nosotros emitimos menos que ellos, aunque quien menos emite es Francia porque lo tienen todo nuclear. Desde ese punto de vista, a mí me gusta que sea la UE en su conjunto la que reduzca los niveles de Kioto. Y la UE está haciendo un esfuerzo muy serio al respecto y parece que está a punto de cumplirlo. Pero si no lo cumple EEUU, ni China, ni otros países, tampoco sirve de nada que lo cumpla la UE, con lo cual lo de Kioto no es un problema de España sino que es un problema del mundo entero.

-¿Cuáles son los temas verdes que no han sido capaces de resolver ningún gobierno, sea del signo que sea?
-No te voy a dar una lista de problemas, te voy a dar un problema: el tiempo. Y no me refiero al meteorológico, sino al tiempo del reloj. Los partidos políticos tienen una óptica muy próxima en el tiempo porque un señor es elegido por cuatro años y tiene que hacer algo que en ese tiempo le otorgue la reelección. Cualquier medida que tomes en temas ambientales no tiene su reflejo en cuatro años, lo tiene dentro de 50 años. Esta es la principal dificultad de las políticas medioambientales, que son difíciles de adoptar porque los resultados no se van a ver a corto plazo y por tanto tú no puedes enseñarlos. En cambio si haces una carretera, está ahí a los dos años y todo el mundo te va a votar. Y ese problema es el problema de todo lo demás: residuos, CO2... Cualquier cosa tiene que ver con eso, con la escala temporal.

-Puesto que los políticos no piensan hacer nada por la ecología, ¿se impone un movimiento ciudadano, que cambie a nivel individual su modo de vida para cuidar el planeta?
-Yo no impondría un movimiento ciudadano, ni ecologista, ni nada. Yo impondría educación ambiental y educación científica. Es decir, que la gente sepa qué tiene que hacer para agredir menos el medio ambiente. Hay cosas complicadas, pero algunas son muy sencillas, como cambiar los hábitos de consumo respecto a los envases, el agua, la energía, los alimentos... tenemos que cambiar los hábitos de casi todo. Somos un país de desperdicio, desperdiciamos demasiadas cosas en todos los países ricos. Más que hacer grandes manifestaciones, hay que cambiar la filosofía de vida, porque la culpa no es sólo de las grandes empresas. Ellas nos sirven a nosotros, que somos los que compramos. Al final el culpable es, sin querer, el ciudadano de a pie.

-¿Cuál es su apuesta personal por la ecología, haciendo de ello un modo de vida?
-Mi apuesta personal es la divulgación de la cultura, que nuestros conciudadanos sepan un poco más y luego tengan más criterio para adoptar conductas racionales en lo ambiental, lo técnico, lo científico, lo económico, lo lúdico. Saber más implica necesariamente ser más responsable, ser más consciente, tener mejor criterio, implica ser más libre. Y ser libre es muy difícil, porque no te dicen lo que tienes que hacer, tienes que decidirlo tú utilizando tu criterio. En cambio que te lo digan y que te peguen un palo si te sales de la vía es más fácil. No, no, yo exijo de la gente que sepa más y ese es un esfuerzo que hay que hacer.

-En abril de este año entrarán en vigor todas la directivas y reglamentos relativos a trasgénicos. ¿Por qué en Europa somos tan reacios a estas semillas alteradas genéticamente?
-Eso es una batalla económica. En EEUU están perfectamente admitidos, cuando son los más exigentes con el tema de la salud. La prueba es que un medicamento no lo admiten si no se aprueba en EEUU. ¿Por qué para los trasgénicos parece que no? Pues porque Europa no quiere que traigan la soja americana que es mucho más barata y es masiva. Pero es un problema económico, no hay ningún problema de riesgos.

-Además de los efectos del cambio climático en el planeta, se habla cada vez con más insistencia del efecto sobre la salud del hombre. ¿Cuáles son esos efectos? ¿En qué podrían derivar?
-Yo tengo para eso un dato que es incontrovertible. El ser humano, como mono listo, en las épocas anteriores al siglo XVIII apenas vivía 35-40 años y en estos momentos vivimos más de 80. Que alguien me diga que ahora estamos más amenazados, que comemos peor... yo no me lo creo porque los datos lo contradicen. Nunca hemos comido tanto, ni mejor, ni con más seguridad. Nunca hemos tenido menos enfermedades, nunca hemos tenido más elementos para curarnos. Nunca hemos tenido más ocio, cultura, educación, transporte y nunca hemos vivido tanto ni mejor. Entonces cuando me hablan de las amenazas del mundo moderno yo es que me echo a reír, y eso que tengo 60 años y si las amenazas existen de verdad soy el primero que las va a sufrir. ¿Cuánta gente se ha muerto de la gripe del pollo? 19 personas ¿Y cuánta gente vive en China? Como 1.500 millones. ¿Y eso es una amenaza? Pero si están muriéndose aquí en España cientos de personas en las carreteras cada fin de semana y nadie dice nada; si mueren en nuestro país 40.000 personas de cáncer de pulmón y pasan de informar sobre el tabaco. Yo es que me quedo asombrado, pensando que los periodistas hemos perdido el norte, ¿por qué le damos tanta importancia a la gripe del pollo y no hablamos del tabaco y la carretera todos los días?

-¿Por qué no hay una apuesta seria por las energías renovables, sabiendo que a la vuelta de la esquina se terminarán los combustibles fósiles?
-Porque miramos sólo el corto plazo. Mientras queden carbón y petróleo, pues a gastarlos. Cuando se acaben ya se pensará otra cosa. El mundo capitalista es un mundo que mira a muy corto plazo, igual que el mundo político.

-¿El futuro de la energía es la fusión, para la que se pretenden hacer grandes inversiones en el ITER?
-No. Yo no estoy de acuerdo con eso. Me parece que la fusión es costosísima y que además tiene unos riesgos muy grandes. Una cosa que está a cien millones de grados no puede ser inocua. Eso tiene un accidente o un problema y, ¿qué quema mientras se apaga? Es que lo que se hace en el ITER es una bomba nuclear, en pequeñito y controlada, pero como se te descontrole... Con lo cual no me parece ni exento de riesgos ni que sea una cosa accesible a corto plazo, porque es carísimo y de momento ni siquiera se ha demostrado que sea viable. Yo creo que lo mejor es primero potenciar las energías renovables y segundo, sobre todo y fundamentalmente, fomentar de una manera extraordinaria el ahorro energético. Y esto se logra aumentando la eficiencia de los procesos, es decir conseguir lo mismo con menos energía, y evitando el malgasto, el excesivo desperdicio.

-¿Cómo visualiza el planeta en unos 50 años?
-Seguirá dando vueltas alrededor del sol sin preocuparse de nada. Los países ricos seguirán siendo ricos y los pobres seguirán pobres. Eso no te engañes, es lo que va a seguir ocurriendo. Los que vamos a tener problemas somos nosotros, algunos humanos. Ni siquiera los ricos tenemos solución para casi todo. Seguiremos siendo ricos e insolidarios. Ese es el problema básico del mundo. A los pobres de ahora no les hables de que en 50 años van a estar muy mal, si ya están muy mal, si ya se mueren de hambre. El problema de estar muy mal en el futuro nos preocupa a los que tenemos demasiadas cosas, que somos unos irritantes ricos que nos morimos por exceso de colesterol y no por hambre, como ellos. Esto es lo ridículo. El problema básico no es el cambio climático sino el que hay una enorme desigualdad en la tierra entre países ricos y pobres y hay 1.500 millones de humanos muriéndose literalmente de hambre y de sed. Y yo esto lo veo igual en 50 años. La amenaza principal no es el futuro, la amenaza principal está ya aquí con nosotros hoy. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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