Foto: Valvanera
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SEPTIEMBRE 2003
CAOS CLIMATICO
La ola de calor que este verano ha castigado a más de treinta países
del Hemisferio Norte, ha tenido una media de temperaturas cinco grados
superior a la normal. Para muchos expertos, que pronosticaban para
dentro de 20 ó 30 años esta media, todo apunta a que el cambio climático
causado por el hombre se está acelerando.
Foto: Nan |
Texto: José M. López
A
lo largo de la historia de nuestro planeta se han sucedido largos
períodos cálidos, entre los cuales se intercalaban las famosas
glaciaciones. Fueron cambios progresivos que se produjeron durante
decenas de miles de años, y siempre por procesos naturales. Sin embargo
con el inicio de la era industrial, las cosas empezaron a cambiar. A
finales del siglo XIX ya se especuló con la posibilidad de que el hombre
pudiera influir sobre el clima. Y en los años 70, cuando se empezaron a
tener datos concretos, un pequeño grupo de científicos dio la voz de
alarma: la tierra se estaba calentando. A pesar de ello hubo que esperar
hasta 1988 para que los conceptos cambio climático y efecto invernadero
se hicieran populares, gracias a los medios de comunicación. Sólo fue a
partir de entonces cuando se creó el Grupo Intergubernamental sobre
Cambio Climático (IPCC), que puso en marcha una red de científicos a
escala mundial para estudiar el clima.
El proceso de la comunidad científica de aceptar el cambio climático fue
lento, como afirma Juan Carlos Rodríguez, Portavoz sobre Cambio
Climático de Ecologistas en Acción: "Los científicos no son gente que
acepte las cosas según le vienen y más en un tema tan difícil como el
clima. Pero éste es un hecho que está cada vez más claro. No sólo que
hay un cambio climático, sino que este cambio tiene una velocidad
realmente desconocida en la historia de la humanidad y que además está
causado por acción humana de manera mayoritaria. No quiere decir que no
haya factores naturales, pero éstos cada vez importan menos frente a la
influencia del ser humano".
El IPCC publicó su primer informe en 1990, al que siguió otro en 1995 y
uno último en 2001. En ellos los científicos previeron incrementos de
temperaturas del orden de 1,4 a 5,8 grados centígrados para los próximos
cien años.
RECORDS HISTORICOS MUNDIALES
Sin embargo estos pronósticos parecen quedarse cortos ante lo que día a
día se puede observar principalmente en el Hemisferio Norte. Según la
Organización Meteorológica Mundial (OMM) dependiente de la ONU, el
pasado mes de mayo ha batido el récord mundial histórico de la
temperatura global de la Tierra.
Y a pequeña escala ejemplos no faltan. En España hubo cinco grados de
media más de lo normal en el mes de junio. En Francia se llegó al récord
de temperaturas con 40ºC. En Suiza el mes de junio fue el más caluroso
de los últimos 250 años. En algunos estados de la India las temperaturas
llegaron hasta los 49ºC, lo que provocó la muerte de más de 1.500
personas. Y así sucesivamente. Pero 2003 no es la excepción. Los nueve
años más cálidos de la historia se han registrado entre 1990 y 2002.
Ante estos hechos, algunos científicos como John Schellnhuber, director
del centro Tyndall -que acoge al grupo de científicos expertos en clima
más importante que hay en Gran Bretaña-, empiezan a hablar de la
posibilidad de que el cambio climático esté avanzando con más rapidez y
fuerza de lo esperado. Según afirmó en declaraciones realizadas para El
Mundo el pasado agosto: "El calor abrasador que estamos experimentando
en la actualidad podría guardar relación con la peor de las expectativas
[del calentamiento global] que nadie querría que llegara a hacerse
realidad." Y continúa, "Sabemos que el recalentamiento de la tierra
avanza a gran velocidad, pero la mayoría creíamos que habrían de pasar
20 ó 30 años antes de ver rachas tan calurosas. El problema es que se
están registrando ahora. En el futuro se multiplicarán los casos de
clima extremo".
Que los casos de clima extremo se están incrementando lo saben bien en
países como Estados Unidos, uno de los más castigados por este tipo de
fenómenos. En estos últimos meses el número de tornados se ha disparado
por todo el país. En mayo se produjeron 562, lo que supuso el récord de
estos fenómenos producidos sólo durante un mes. Las precipitaciones
también han batido records, ya que se han recogido entre 50 y 350 litros
por metro cuadrado en un período de doce semanas. Y lo mismo se puede
decir de condiciones de frío severo en estados en los que era
desconocido. Con todo ello se están desbordando muchas de las
expectativas más pesimistas. Entonces, ¿a qué nos enfrentamos?. Según
Juan Carlos Rodríguez: "En principio a un aumento de las temperaturas
entre uno y medio y cinco o seis grados hasta finales del siglo XXI,
según el IPCC. Aunque luego ha salido ya un estudio en el que se decía
que podía ser mayor incluso. Aparte de las temperaturas hay impactos
fuertes, por ejemplo en nuestro país, donde se prevé una disminución de
las precipitaciones. Pero aunque no sea así, al aumentar las
temperaturas habrá más evaporación y por tanto menos agua en la
superficie, con lo cual podrían pasar cosas como que el trasvase del
Ebro fuera inviable porque no habría agua que trasvasar. Otras cosas de
este estilo son problemas con la agricultura, con las costas -debido a
la subida del nivel del mar-, efectos ecológicos de todo tipo y en
general efectos difíciles de predecir pero que los estamos notando ya".
Foto: Nan |
PLANETA INSOSTENIBLE
Lo que sí está claro es que el futuro no es nada halagüeño. Para Javier
Martín Vide, presidente de la Sociedad Española de Climatología, "el
problema radica en que nuestra actividad es insostenible. Lo que los
habitantes de este planeta consumimos en un año de combustibles fósiles,
como carbón, petróleo y gas natural, equivale a lo que al Planeta Tierra
le costó almacenar como depósito geológico un millón de años. Un año de
consumo humano equivale a un millón de años de efecto natural, por lo
tanto eso es insostenible."
A esto además se suma la falta de responsabilidad de las multinacionales
del petróleo, las administraciones, los poderes públicos y sobre todo
los estados. En este aspecto Juan Carlos Rodríguez es contundente: "los
gobiernos están tomando todas las medidas posibles para que el problema
se agrave. No hay más que ver que las políticas energéticas
prácticamente no varían o varían por otros motivos. La política de
transporte tampoco cambia, la concepción económica de crecimiento a toda
costa tampoco. Hay países que parece que hacen algo, pero globalmente
los países desarrollados están haciendo todo lo posible para agravar el
problema".
Que el primer mundo es el culpable del caos climático que vivimos está
fuera de duda. El cambio climático está producido por las emisiones de
gases de invernadero -principalmente dióxido de carbono- debidos a la
acción humana y la gran mayoría de estas emisiones las causan los países
desarrollados. "Estados Unidos y Australia son los que tienen emisiones
per cápita mayores, el doble que las emisiones medias de Europa y
mucho más de lo que sería preciso para estabilizar la concentración de
dióxido en la atmósfera" afirma Juan Carlos. "Hay estimaciones que dicen
que los países ricos deberían reducir sus emisiones medias en un 75 u
80%, y en vez de hacer esto la mayoría de los países las están
aumentando más, empezando por el nuestro. España no es de los que más
emiten, pero tiene unas emisiones totalmente insostenibles para lo que
deberían ser unas emisiones per cápita medias en todo el planeta
que mantuvieran el nivel de dióxido de carbono".
Ecologistas y científicos coinciden en que la única manera de frenar el
cambio climático sería cambiando el modelo energético mundial, pero eso
es algo totalmente impensable en la actualidad. El consumo de petróleo a
nivel mundial es cada vez mayor y la tendencia no parece que vaya a
cambiar por lo menos a corto plazo. Algunos investigadores como Javier
Martín piensan por lo tanto que ya es muy difícil de detener este
proceso de calentamiento de la tierra: "La atmósfera muestra siempre una
gran inercia en todos sus mecanismos, de modo que aunque ahora
redujéramos drásticamente la emisión de los gases de efecto invernadero,
el planeta seguiría calentándose durante unos cuantos años o décadas. Y
lo que acordamos en Kioto fue un acuerdo muy modesto, mínimo, y no todos
los países están dispuestos a llevarlo a cabo. Por lo tanto la impresión
es que dentro de veinticinco o cincuenta años vamos a estar en unas
condiciones climáticas diferentes a las actuales, con las repercusiones
negativas que pueda tener eso".
Los estudios científicos sobre los impactos del cambio climático se
limitan a subidas de temperatura entre uno y tres grados. Las
simulaciones de lo que le sucedería al planeta con un incremento de tres
grados son realmente catastróficas: subida del nivel del agua del mar
con la consiguiente desaparición de infinidad de pueblos y ciudades
costeras, extinción de especies, expansión de enfermedades infecciosas
tropicales, incremento de todo tipo de catástrofes naturales, etc. Sin
embargo lo que no existen todavía son estudios de lo que sucedería si la
temperatura subiera seis grados, algo que los científicos del IPCC
consideran que entra dentro de lo posible. La falta de estudios quizás
sugiere que nadie quiera ni imaginar las terribles consecuencias que
tendría ese brutal aumento de temperatura para el planeta. Este verano
hemos tenido un aviso más de un cambio climático que parece ser cada vez
más rápido e intenso, pero no por ello ha cambiado la voracidad
energética del primer mundo. ¿A qué habrá que esperar?. ∆ |