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SEPTIEMBRE 2003

LA SUCESION

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Este
sistema sucesorio, donde el relevista sabe que todo está "atado y
bien atado", es copiado del Opus Dei,
que para eso es una escuela de Ministros y demás altos cargos. |
Es el culebrón nacional por excelencia.
Aznar, el señorito Aznar, se nos va, y su puesto está más solicitado que un
autógrafo de Beckham, aunque, eso sí, la spice pija y la Botella no se
parecen en nada. Tampoco ellos.
Y hete aquí que los españoles, como si no tuviéramos suficiente con los
calores, las quemas, el chapapote de las playas y demás circunstancias de la
vida, tenemos que aguantar un día sí y otro también el comentario de turno
sobre la sucesión del señorito, vamos, como si fuera un asunto de interés
general, prioritario, indispensable en nuestra veraniega existencia.
Y yo pregunto, apelando a la honestidad del lector, ¿a quién coño le importa
quién va a suceder a Aznar?
Hombre, me imagino que a los directamente afectados sí, a los que tienen
posibilidades de sucederle y a los que pululan a su alrededor, por eso de
ascender de escalafón, que no es lo mismo ser chofer de Rato como ministro
que como Presidente. O secretaria de Rajoy antes y después.
Pero a los demás, incluidos votantes del PP. ¿qué más les da? Ellos no votan
al bigote de Aznar, en realidad votan a una forma de pensar, de vivir, de
entender la democracia bajo el despotismo, de despreciar los derechos
fundamentales de los ciudadanos, de pasarse por el forro la más elemental de
la ética política, de resucitar el nacionalcatolicismo.
Y eso, todo ello, lo pueden seguir practicando cualquiera de los que están a
la derecha del señorito, porque así fueron educados, porque para ello fueron
seleccionados y amaestrados.
Aznar, como buen discípulo de Fraga, quien a su vez fue buen discípulo de
Franco, sabe que, continuando el lema de la saga, lo deja todo "atado y bien
atado".
Es más, no sería posible para su sucesor hacer otra cosa que lo que él hace,
no hay alternativa. Por eso todo se hace en el más absoluto de los
misterios, para que los aspirantes al sillón del poder tengan tiempo de
asimilar, sin condiciones, que sólo tienen que seguir el guión, que no
podrán introducir nuevas ideas, incluir variantes al libro de instrucciones
del "Boss".
En realidad, que también hay que decirlo, el método no es original, no lo
fue por parte de Franco y no lo es por parte de Aznar. Este sistema
sucesorio, donde el relevista sabe que todo está "atado y bien atado", es
copiado del Opus Dei, que para eso es una escuela de Ministros y demás altos
cargos, la fuente espiritual de la que beben los que aspiran a manejar los
hilos del poder en la tierra con el apoyo del poder de los cielos.
Pero, aunque el apoyo de los cielos es discutible, el caso es que lo de
acumular poder en la tierra funciona, así como ese espíritu servil que
caracteriza a quienes rodean al señorito y le adoran como si de la
reencarnación del mismísimo Escrivá se tratara.
Es evidente que el sucesor tiene que reunir los más altos valores morales,
ser de cuna noble, llevar una vida sin mancha y estar dispuesto, eso sí, a
bajarse los pantalones ante el socio americano, el Sr. Bush, porque eso
significa más poder, más respeto internacional y participar de todas las
cruzadas que se realicen en el mundo contra el infiel, o sea, contra el
considerado terrorista, o sea, contra los que no se quedan con los brazos
cruzados cuando los invaden, los masacran, los asesinan y los desprecian.
Por ello, el sucesor tiene que ser fuerte de carácter, de convicción firme y
decidida, no encogerse ante el dolor y sufrimiento de los pueblos y no
importarle que mueran los que sean con tal de ganar puestos en el ranking
mundial.
O sea, que lo mismo valdría Cascos que el mismísimo Rouco Varela, presidente
de la Conferencia Episcopal. Todos son cruzados de "Dios", marcados con el
signo de la gloria, designados para grandes empresas.
Por ello, ¿qué más nos da quién sea el sucesor...? Todos son maestros en la
mentira, afiliados al Opus, "dioses" de otra dimensión ajena a la realidad
de la calle.
Los mortales seguiremos con nuestros problemas y nuestro bocata de chorizo
viendo pasar el tiempo.
Menos mal que ya empieza la liga y tendremos con que distraernos y
evadirnos.
Nada que ver con la sucesión./ MC |
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