-En la portada del informe que acaba de publicar Amnistía Internacional
(AI) aparece la frase: "El pasado dice cosas que interesan al futuro". ¿Qué
cosas son interesantes para el futuro?
-Esa frase pertenece a Eduardo Galeano y es muy significativa. AI cumple
cuarenta años de trabajo en todo el mundo. En este tiempo hemos recogido mucha
información sobre abusos y violaciones de los derechos humanos y de todo ese
trabajo que ya es pasado, AI ha extraído una serie de lecciones que consideramos
esenciales para el futuro de cara a la prevención de los conflictos. En primer
lugar luchamos para terminar con la impunidad, para que personas que hayan
vulnerado los derechos humanos en un pasado, no tengan la sensación de que eso
prescribe y puedan gozar de jubilaciones doradas. Por otro lado, el pasado
también nos alerta para ver con otros ojos todo lo que está ocurriendo a raíz
del 11-S: Estados -encabezados por EEUU- deciden actuar unilateralmente contra
el terrorismo, vulnerando derechos y libertades antes reconocidos. Tenemos la
sospecha de que este sistema ya fue empleado durante los años 70 y 80 en el Cono
Sur contra los disidentes. El resultado fueron miles de personas detenidas y
desaparecidas, que en su momento también fueron consideradas terroristas por los
regímenes de aquellos países. Hoy sus familias exigen justicia. AI no está de
acuerdo con la ecuación de que para garantizar la seguridad hace falta
sacrificar los derechos humanos y las libertades de las personas. Creemos que lo
ocurrido aquel 11-S es deleznable, ahora bien, la respuesta no puede ser
vulnerar los derechos de las personas, ni que el terrorismo sea la excusa
perfecta para que los gobiernos pongan en marcha su lucha particular contra la
disidencia interna.
-Sólo tenemos que observar el mundo para ver con qué ligereza son acusados y
juzgados como terroristas, muchos críticos y disidentes.
-Por ejemplo Reino Unido tiene en estos momentos una legislación
antiterrorista que permite detener indefinidamente a una persona sólo por su
aspecto. A partir de ahí, no tiene derecho ni a la asistencia de un letrado, ni
a informar a sus familiares, ni a ser reconocido por un médico y además, el
Gobierno no da explicaciones de por qué tiene retenida a esa persona. Fíjate que
estamos hablando del Reino Unido. Lamentablemente muchos gobiernos se están
apuntando a este tipo de medidas. Ahí están los presos de Guantánamo, retenidos
en una especie de limbo jurídico sin ningún tipo de derechos. O los
independentistas chechenos, que también son considerados terroristas.
-Desde AI apoyáis que España colabore con la Corte Penal Internacional (CPI)
para hacer efectiva una justicia universal con el máximo de garantías. Después
de lo aquí ocurrido con el caso de los militares argentinos, ¿pensáis realmente
que todos los gobiernos están interesados en destapar este tipo de delitos que
implican a terceros estados?
-Desde el principio apoyamos la creación del CPI e hicimos campaña para
que los gobiernos firmaran y ratificaran el Estatuto de Roma. Después de una
serie de años, por fin el tribunal se pone en marcha para investigar y juzgar
crímenes de guerra y delitos contra la humanidad, pero sólo los que han sido
cometidos después del 1 de julio de 2002 que es cuando este Tribunal entra en
vigor. Esto por supuesto marca un antes y un después.
El Gobierno español que fue uno de los primeros en sumarse a esta iniciativa,
está poniendo en estos momentos una serie de "pegas". Pide que desaparezca en
España el principio de justicia universal por el que se confiere competencia a
los tribunales españoles para juzgar crímenes internacionales. El gobierno
español no está muy interesado en investigar temas anteriores a esta fecha como
es el caso de Argentina. AI cree que sí puede hacerlo, y además nos parecen muy
acertadas las declaraciones del presidente argentino cuando habló de eliminar el
decreto que impide la extradición de personas acusadas de crímenes contra la
humanidad, dado que allí seguían vigentes las leyes de punto y final. Lo que
nosotros pedimos está muy claro: Luchar contra la impunidad. Si allí no pueden
ser juzgadas estas personas, que se juzguen en otro país con las debidas
garantías democráticas.
-El gobierno español ha demostrado reiteradamente una falta de voluntad
política a la hora de abordar el tema de la violencia de género. Existen medidas
puntuales y dispersas, y como consecuencia el número de víctimas ha aumentado.
¿Qué valoración hacéis vosotros de cómo se está enfocando este problema?
- No queremos que la sociedad española se resigne a ver cómo todos los años
cerca de un centenar de mujeres pierden la vida a manos de sus parejas, o bien
sufren agresiones que es otra forma de tortura. En torno a este problema creemos
que existe mucha propaganda y poca efectividad, no hay una política clara. Un
ejemplo son las campañas de publicidad que se hacen todos los años para animar a
las víctimas a que denuncien a sus maltratadores. Tienen éxito, pero sólo duran
un mes hasta que se celebra el día de la mujer. Por otro lado estos mensajes van
dirigidos siempre a la víctimas, pero ¿por qué no se dirigen al agresor,
advirtiéndole las consecuencias que pueden tener sus actos delictivos? Para AI
este tema es prioridad de alto nivel, por eso estamos elaborando campañas -en
colaboración con asociaciones y colectivos de mujeres que llevan años trabajando
en esto- para promover el respeto por los derechos humanos en los hogares de
todas estas mujeres.
-AI junto con Greenpeace, Intermón y Médicos sin Fronteras estáis trabajando
desde hace tiempo en una campaña para exigir al gobierno español transparencia
en el comercio de armas. Nuestro país, al igual que otros, exporta armamento y
luego envía ayuda humanitaria a los lugares del conflicto. ¿Cómo terminar con
tanta hipocresía?
-España entraría en el segundo grupo de exportadores. El primero estaría
compuesto por los integrantes del Consejo de Seguridad y algún país más. Cuando
empezamos esta campaña solicitando control y transparencia, los permisos que
concedía el Gobierno para exportar armas era materia reservada. No se sabía qué
se vendía ni a quién. En estos años de trabajo esta cuestión ha dejado de ser "top
secret", aunque los documentos que nos aportan siguen estando muy incompletos.
Acabamos de elaborar un informe ("Regulación del comercio de armas") donde
señalamos una serie de medidas para un control más efectivo. En cuanto a la
pregunta te diré que afortunadamente existen ONG que se han negado a ir en esos
paquetes humanitarios organizados por los gobiernos porque consideran que se
trata de un servicio post-venta.
-¿Cuál sería nuestro talón de Aquiles en materia de derechos humanos?
-Aparecen detallados en el informe 2003. En resumen, desde AI rechazamos los
asesinatos de ETA que el pasado año costaron la vida a seis personas y una niña
menor de seis años. Creemos que no se pueden conseguir objetivos políticos a
costa de la vida de las personas. Por otro lado nos preocupa e investigamos el
aumento de las denuncias por torturas y malos tratos por motivos racistas
infligidos por parte de funcionarios públicos. También los daños sufridos en
aquellas personas detenidas en régimen de incomunicación como presuntos miembros
de ETA, que han denunciado a las Fuerzas de Seguridad del Estado por tortura.
Muy preocupante es también la situación de las mujeres inmigrantes
indocumentadas, especialmente vulnerables a sufrir todo tipo de agresiones y
violencia, y que precisamente por carecer de papeles, no acuden a la justicia.
Reclama también nuestra atención la situación de los niños que llegan a Ceuta y
Melilla, que en muchas ocasiones han sido expulsados por las propias Fuerzas de
Seguridad del Estado, las mismas que deberían de haberles protegido. En este
sentido, también han sido denunciados centros de internamiento en esas ciudades,
ya que existían condiciones de vida muy extremas entre los propios internos. El
aumento de la violencia en las cárceles españolas también dio lugar a la
elaboración de un informe y una serie de recomendaciones dirigidas a los órganos
competentes.
-Dentro del recorte de derechos y libertades sufridos en todo el mundo a raíz
del 11-S, desde AI manifestáis vuestra preocupación por la situación de la
libertad de expresión.
-Sí, creemos que la libertad de expresión está amenazada en todo el mundo.
En muchos países ser periodista, informar con veracidad e independencia es un
delito. En muchos casos, incluso puede ser motivo de encarcelación, o ejecución
extrajudicial. En este sentido, en España tenemos el caso del asesinato del
periodista José Couso. No valen las explicaciones que han dado las autoridades
españolas sobre lo ocurrido, ya que ese mismo día las tropas norteamericanas
atacaron la oficina de Al Jazeera y a otra agencia de noticias que no era
precisamente simpatizante de EEUU. No creemos por tanto que lo de Couso fuese un
accidente, ya que esta táctica ya se ha empleado antes. En la guerra de Kosovo,
los EEUU bombardearon la televisión yugoslava argumentando que transmitían
propaganda y consignas. ¡Pero si la labor de los periodistas es informar...! Por
ello desde AI hemos creado una red específica para apoyar la libertad de
expresión en todo el mundo. ∆
Después de la entrevista, el presidente de AI puso rumbo a México para
asistir a la XVI Reunión del Consejo Internacional, donde más de 500 líderes de
la organización -representantes de 80 países- se reunieron para adoptar un nuevo
plan de acción para la primera década del siglo XXI. El mundo está cambiando,
las amenazas se intensifican y los defensores de los derechos humanos diseñan
nuevas estrategias.