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NOVIEMBRE 2003
EN TORNO A LA BANDERA
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Tal vez por eso no me gusta lo que hay en torno a la bandera, porque
siempre me sonó a instrumento para comer cocos, manipular vidas y
acojonar a reclutas. |
La que se armó con lo de la bandera. Yo
confieso que nunca entendí tanta pasión por la bandera, sobre todo porque
siempre me dio la impresión de que era utilizada con fines e intereses muy
particulares, y sigo pensando así.
Además, todo aquello que es impuesto, o sea, que es obligatorio so pena de
cargar con las consecuencias, me repatea doblemente, porque el respeto a lo
que sea tiene que tener unas connotaciones profundas y personales, no
obligadas, porque si no no es respeto, es miedo.
Yo recuerdo, en la mili, que dábamos rodeos para no pasar delante de la
bandera, porque si te despistabas y no saludabas te caía un puro. Pero, al
mismo tiempo, no te salía de dentro pararte y fingir lo que no sentías ante
algo que, al fin y al cabo, era un trozo de trapo pintado. Otra cosa
diferente era saludar a un superior, porque era un ser humano, que sentía,
que te respondía, que estaba vivo.
El problema es que a la bandera se la cargó de una responsabilidad que no
puede asumir, se la sacó de contexto. Por eso, es tan simple dar la vida por
la bandera como levantarse o no levantarse cuando pasa, porque con todo ello
estás humanizando algo que no tiene humanidad, y, en el caso que nos
compete, el no saludar, o sí, la bandera de los EE.UU. no tiene ninguna
consecuencia para Bush ni va a afectar su ya mermada capacidad de pensar.
Yo pienso que el ser humano busca expresar o representar en sus ornamentos
aquello de lo que carece, por eso quien le otorga mucho poder a la bandera
es porque no lo posee, y quien la desprecia es porque quiere escenificar una
venganza absurda.
Las películas americanas de héroes y guerreros de pro, colocan antes del "The
End" un primer plano de la bandera. Cuando lo de las Torres se vendieron más
banderas que en toda la historia de los EE.UU. Quiere decir que tener una
bandera colocada en el balcón de tu casa significa transmitir un mensaje al
resto de que estás en celo patriótico. Y digo yo que puede ser herencia del
reino animal, porque los pájaros macho hacen un alarde de colorido
excepcional para decirles a las hembras que están ahí, a punto, dispuestos a
todo con tal de mojar.
Y a lo mejor se trata de eso, porque al menos en este país, los que más
alarde hacen de la bandera y del patriotismo implícito, son los que más
mojan, o sea, los que mejor viven a costa del argumento.
Tal vez por eso no me gusta lo que hay en torno a la bandera, porque siempre
me sonó a instrumento para comer cocos, manipular vidas y acojonar a
reclutas.
Y es que no me gusta todo lo que está diseñado para acojonar. Como el
infierno, como el Vaticano, como el capullo ese del cardenal Ratzinguer,
como Cascos, como las bombas inteligentes, como los ultras, etc, etc.
Y si Zapatero no se levantó por coherencia, eso dice, pues hizo bien porque
así piensa, aunque, repito, no sirve de nada, porque los pueblos, los
ciudadanos, son seres humanos, y tienen un lenguaje propio, una vida que
late dentro, no como la bandera que sólo se mueve si el viento la hace
moverse.
Pero los patriotas de hoy, los que siguen manipulando la historia y
repitiendo los errores del pasado, utilizan la bandera para medir a los
seres humanos, y eso, en realidad, lo que da es una medida de ellos mismos y
una clara definición de sus intenciones.
Saludar, venerar, idolatrar, quemar, despreciar o humillar a la bandera, no
son más que reflejos de la incapacidad del ser humano para expresar con
coherencia sus necesidades, sus sentimientos, sus sueños o sus
frustraciones.
Mientras se necesiten y utilicen "ídolos" a los que otorguemos valores que
no poseen, estaremos muy lejos de demostrar la verdadera capacidad que el
ser humano posee.
Dios no necesita bandera./ MC |
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