NOVIEMBRE 2003

TEMA DEL MES - LIBIA COMPRA INMUNIDAD

"Si tenemos en cuenta que la economía mundial depende del petróleo
barato, se empieza a comprender por qué Libia recibe un trato
favorable"
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Recientemente, Gaddafi ha aceptado pagar una indemnización de
2.700 millones de dólares a las familias de las 270 víctimas del
atentado de Lockerbie (1988). Con este acto reconoce su
responsabilidad, pero a la vez se asegura el levantamiento de las
sanciones internacionales que pesan sobre Libia, país conocido por su
apoyo al terrorismo. El periodista de la Agencia de Información
Solidaria, Juan Carlos Galindo, responde nuestras preguntas y confirma
que el hecho creará un grave precedente.
-Hace años Libia era un país que siempre estaba presente en los
medios de comunicación de nuestro país. ¿A qué se debe el silencio
mediático que vive desde hace años, si se sabe que el país sigue
apoyando al terrorismo?
-Bueno, lo cierto es que durante los últimos años la agresiva
política exterior del coronel Gaddafi se centró en África y la
información existente sobre este continente en España es -salvo
ocasiones muy puntuales- prácticamente inexistente. Además, a finales
de la década de los noventa el apoyo del gobierno libio a grupos
terroristas internacionales se redujo considerablemente y Libia
inició, de manera muy sutil, su progresiva integración en la sociedad
internacional. Por otro lado, Gaddafi dejó de ser el enemigo público
número uno, papel que desempeñó durante gran parte de la década de los
ochenta.
-Libia pagará a las 270 víctimas del atentado de Lockerbie un total de
1080 millones de dólares cuando se levanten las sanciones de la ONU, otros
tantos cuando EEUU ponga fin a su bloqueo y 540 cuando este país haya sido
borrado de la lista estadounidense de países que apoyan al terrorismo. ¿Es
que el dinero y el petróleo lo compran todo?
-Libia tiene unas reservas estimadas en 36.000 millones de barriles de
crudo y el coste de extracción es uno de los más bajos del mundo. Además,
cuenta con importantes reservas de gas natural. Si tenemos en cuenta que la
economía mundial depende directamente de la disposición de petróleo barato y
en grandes cantidades, se empieza a comprender por qué Libia recibe un trato
favorable. Sin embargo, la situación está lejos de ser nueva. Durante años,
la familia real saudí ha patrocinado el extremismo islámico y el terrorismo
a lo largo y ancho del mundo. Sin embargo, gracias a su riqueza petrolífera
(más de nueve millones de barriles al día y 230.000 millones de barriles en
reserva) ha sido considerado como un actor más de la sociedad internacional.
-¿Qué inmunidad comprará Libia a precio de ganga?
-En el caso de Lockerbie, la inmunidad penal. A partir del momento en el
que afronta su responsabilidad civil -el pago de las sanciones- queda
eximida de la responsabilidad penal. Y esto a pesar de haber reconocido la
autoría del atentado. Pero además, compra la impunidad en cualquier otro
proceso penal. Y lo que es aún más grave, el régimen del coronel Gaddafi
queda eximido de todos sus crímenes en África: financiación de los
sanguinarios rebeldes del RUF (Sierra Leona), apoyo militar y económico a
Charles Taylor (Liberia), ocupación de Chad, apoyo a grupos criminales en la
República Democrática del Congo y un largo etcétera. Además, sigue violando
de manera sistemática los derechos humanos de la población libia, hecho del
que parece que se han olvidado ilustres líderes occidentales como José María
Aznar.
-Puesto que está claro el pasado y presente terrorista de Libia, ¿por qué
EEUU no le señala con el dedo? ¿Qué intereses tiene creados en el país?
-Lo cierto es que Estados Unidos señaló durante mucho tiempo a Gaddafi
como la encarnación del mal absoluto. De hecho, impuso sanciones
unilaterales contra Libia que aún hoy siguen vigentes. Lo que ocurre es que,
en estos momentos, la Administración Bush tiene otras prioridades. Y por
supuesto, existen intereses comerciales y grupos de presión. No es
casualidad que el grupo empresarial estadounidense con más intereses en
Libia sea el Oasis Consortium, con sede en Houston (Texas).
-Si estas sanciones y sus contraprestaciones se cumplen, ¿qué precedente
sentaría?
-Un precedente ciertamente peligroso. A partir de este momento,
cualquier criminal de Estado con cierta capacidad económica y un buen equipo
de abogados puede eximirse de cualquier acusación. Por supuesto esto no es
nuevo. La diferencia con otros casos de impunidad flagrante es que ahora
esta inmunidad viene ratificada por una resolución del Consejo de Seguridad
de la ONU.
-¿Se pone entonces cada vez más de manifiesto que el Consejo de Seguridad
de la ONU sólo sirve para cumplir los intereses de los más poderosos y ya no
tiene entidad propia?
-La estructura del Consejo de Seguridad es arcaica y responde a un
momento particular de la historia. De manera que no puede responder a los
desafíos y las necesidades de la nueva sociedad internacional. Es cierto
que, en la medida en que cualquiera de los cinco miembros permanentes puede
bloquear una resolución, el Consejo de Seguridad sirve más a los intereses
de estos países. Por otro lado, siempre ha sido un instrumento al servicio
de unas cuantas potencias y, a mi modo de ver, nunca ha contado con una
entidad propia. Por último, su fuerza para hacer efectivas sus resoluciones
depende directamente de los intereses de estas potencias, con lo que se
convierte en un instrumento político e ineficaz. ∆
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